«Inglaterra ofrece la opción de progresar; España, precariedad»
Estos llamados «nativos de la crisis» vinieron al mundo hijos de la Gran Recesión y viven sus vidas día a día a veces conscientes, y a veces no, de los sacrificios que han tenido que hacer de forma voluntaria o involuntaria
Los Millenials, conocidos como «la generación que vivirá peor que sus padres» han renunciado a lo que muchos considerarían derechos básicos como lo son el de poder comprar una vivienda, independizarse, tener una familia o conseguir un trabajo que se alinee con los estudios que se realizaron. Esta generación simplemente se ha visto robada de oportunidades de forma democrática, plagada con una percepción negativa del futuro, estos llamados «nativos de la crisis» vinieron al mundo hijos de la Gran Recesión y viven sus vidas día a día a veces conscientes, y a veces no, de los sacrificios que han tenido que hacer de forma voluntaria o involuntaria por haber nacido entre 1981 y 1996.
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Miguel Jorquera, 32 años, licenciado en Historia: «Inglaterra ofrece la opción de progresar; España, precariedad»
Miguel tiene una carrera universitaria y cuatro másters. En España debería ser profesor de Historia, pero por la situación económica y laboral que se vive en nuestro país trabaja de auxiliar de enfermería en Inglaterra. Se burla del «formaos, id al extranjero a aprender idiomas y tendréis más oportunidades al regresar», le parece «una milonga» y, en su caso, considera que carece de «lo más importante para salir adelante en España: contactos». A pesar de llevar más de cuatro años viviendo en el Reino Unido, se plantea constantemente regresar y una vez más probar suerte en España. «Los españoles, en general, siempre tenemos la idea de regresar» , opina. También admite que no lo ha hecho todavía porque «Inglaterra ofrece posibilidades de progresar en el ámbito sanitario como en el docente. Frente a eso, España ofrece precariedad».
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Miguel Ángel Osorno, 28 años, montador: «En mi profesión el sueldo es bueno, pero el empleo es inestable»
Como miles de españoles, Miguel perdió su empleo en marzo . Es por ello, que dos meses después, se vio obligado a dejar Madrid y regresar a Sevilla. Ahora está en el paro. En su profesión (mecanizado de piezas) el sueldo es «muy bueno», pero «muy inestable» . Y este es el motivo principal por el que no se plantea comprar una vivienda. Explica que son muchas las dificultades al pedir un préstamo y que, de obtenerlo, debido a la inestabilidad de los contratos, «podría quedarme en la calle en cualquier momento».
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Antonio Fúnez, 31 años, productor: «Hoy en día es mucho más complicado comprarse una casa»
Trabajaba en una televisión «muy pequeñita», pero tanto él como sus compañeros perdieron su empleo en 2008 y tuvieron que «buscar otra ocupación» . Consiguió trabajo en la empresa constructora de un familiar suyo, pero como muchos «millenials», tuvo que replantearse su elección y ahora estudia «desarrollo de aplicaciones multiplataforma », porque «es el futuro». Antonio considera que «hoy en día es mucho más difícil comprarse una casa», e insiste en que «los sueldos son iguales, pero todo es mucho más caro».
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Manuel Galvín, 30 años, periodista: «Somos una generación que ha tenido que luchar contra las recesiones a base de reinventarse y sacrificar sus ilusiones laborales»
Con un máster de política internacional ha podido ejercer su profesión un par de años, pero «lo cierto es que ha sido insoportable» harto de contratos precarios pese a su especialización ha tenido que "dejar la vocación periodística como un hobby" porque «es un sector castigado que no te da para una vida de comprar pisos, tener hipotecas y demás». Y a pesar de que ahora se dedica a la comunicación y al marketing la idea de la vivienda «siempre hay que aparcarla» , porque los precios siguen siendo exorbitantes en comparación con el nivel de ingreso.
Para Manuel esta es una generación que «ha tenido que luchar contra las recesiones a base de reinventarse y sacrificar sus ilusiones laborales» y que será definida por su nomadismo, explica que es de Cádiz, pero que «en los últimos 15 años apenas he estado tiempo allí», solo va para «trabajar con contratos puntuales con meses de duración», pero aclara, «y no me importa, al final estamos hechos para adaptarnos a todas las ciudades que nos echen». En su caso, ya lleva un par encima «Sevilla, Barcelona, Buenos Aires, Madrid…». Para él, este es un elemento que se debe también tener en cuenta con respecto a «lo que cuesta encontrar estabilidad hoy en día».