Más de 95.000 jóvenes españoles tuvieron que volver a casa de sus padres por la pandemia

El Covid hunde la emancipación juvenil hasta cifras del año 2001, y es peor incluso que en la crisis de 2008

Coronavirus España | Sólo un 8% de los menores con Covid transmiten la enfermedad, según un estudio

La juventud española se encuentra cada vez en una posición más difícil para acceder a una vivienda y uno de cada cinco jóvenes se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social ABC

Beatriz L. Echazarreta

Borja ha trabajado de «todo lo que te puedas imaginar: en hostelería, de profesor de actividades extraescolares, en varios campamentos con niños, “curros” cortos, la mayor parte de las veces, cobrando en negro». A corto plazo, este veinteañero pretende prepararse unas oposiciones con el fin de independizarse y sentencia: «Lo primero que haría con un trabajo estable es irme de casa de mis padres» . La pandemia ha causado estragos en las ya de por sí escasas posibilidades laborales para los jóvenes y 2020 refleja los peores niveles de emancipación juvenil desde el año 2001. Incluso peores que en la anterior crisis económica de 2008. Solo el 17,3% (1,1 millón de españoles) ha conseguido salir de casa de sus padres , según hizo público ayer el Consejo de la Juventud de España. Es más, habría que retroceder hasta el tercer trimestre de 1988, tres décadas atrás, para encontrar una caída en esta tasa tan profunda. Además, según el informe, unos 95.181 jóvenes han tenido que volver a sus casas por la pandemia (un 1,4% de los jóvenes analizados).

Borja tiene la carrera de Magisterio y la de Pedagogía, que terminó justo antes de que se decretara el estado de alarma. Mientras duró el confinamiento no pudo encontrar ningún empleo y «ahora ha conseguido cubrir una baja por Covid en un colegio». Al echar la vista atrás, este joven cántabro relata que lo único que ha logrado con sus sueldos es «subsistir» y se autodefine como «un sobrecualificado más» de los muchos que existen en España.

Solo tres de cada diez jóvenes tienen empleo

La última edición del Observatorio de Emancipación Juvenil, correspondiente al primer semestre de 2020 , también concluye que solo tres de cada diez jóvenes tienen un empleo y al menos un tercio de estos se encuentran en situación de ERTE . El Observatorio advierte de que los datos de empleo serían aún peores de no ser por la red de seguridad que han supuesto estos expedientes, ya que la juventud ha sido el colectivo de edad más beneficiado. Este fue el caso de Marisa, que trabaja en una agencia de producción. En marzo, varios clientes de su empresa empezaron a «congelar» los proyectos que estaban en marcha. Un mes más tarde, cuenta esta graduada en Periodismo, la productora comunicó a sus trabajadores que iba a haber ERTE y finalmente, terminó aprobándose en junio, a toda la plantilla y del 50 por ciento. Marisa, algo molesta, puntualiza que en la práctica «se hacían más horas».

Marisa sufrió un ERTE en junio ABC

Esta joven de 26 años comparte piso en el centro de Madrid junto con otras dos compañeras y cuenta que fue la propietaria de la casa la que, «ante nuestra delicada situación laboral», les ofreció pagar la mitad del alquiler. Como el ERTE se alargó unos meses y el sueldo «no se estiraba como para ahorrar», sus padres le abonan el alquiler desde entonces. Incide en que «su familia ya le ayudaba a llegar a fin de mes antes de la pandemia», pero ahora, sin su apoyo «sería imposible vivir en la capital» . Dice, con sorna, que «plantear ahora un aumento de sueldo es casi utópico».

En cuanto al desempleo juvenil, los datos que arroja el estudio tampoco son alentadores , pues la tasa de paro juvenil dobla la del resto de la población : un 30 por ciento entre los 16 y 29 años, mientras que entre los 30 y 34 años es del 17,3 por ciento y a partir de los 34 años, del 12,2. Además, la tasa de inactividad laboral ha alcanzado el 52%, la cifra más alta desde 2002. La juventud española se encuentra cada vez en una posición más difícil para acceder a una vivienda y uno de cada cinco jóvenes se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social. El salario medio tampoco ayuda, pues en nuestro país los jóvenes cobran 973 euros al mes y, según apunta el informe, el 93 por ciento se destina al alquiler.

«Te sientes una carga»

Dani sí trabaja, pero no ha podido salir del hogar familiar. Opositor al Cuerpo Superior de la Seguridad Social, lleva estudiando tres años y acaba de suspender el último examen, tras aprobar las cuatro pruebas anteriores. Vive con sus padres y este ha sido un «annus horribilis» para él.

«A medida que avanzas con la oposición -explica-, te va invadiendo la sensación de que eres una carga para tus padres. Gastas, te conviertes en una persona huraña y no ingresas ni un euro ». En su opinión, todo el entorno de los opositores es similar y «si no vives con tus padres, tienes que hacerlo con tu pareja». La paradoja de Dani es que tramita Ingresos Mínimos Vitales (IMV). Cuando suspendió el examen decidió ponerse a trabajar y está subcontratado por el Instituto Nacional de la Seguridad Social. Con lo que recibe de la administración, apunta, «me vería obligado a compartir piso, podría independizarme, pero a medias». A este opositor le contrataron para agilizar el «tapón administrativo» que existe con trámites del IMV y, por lo tanto, es temporal. « En la administración pública se les llena la boca hablando de la estabilidad de los contratos, y ni si quiera ellos lo cumplen» , lamenta.

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