La inflación se dispara todavía más en EE.UU.: 8,5%, la más alta desde finales de 1981
Los precios energéticos escalan un 11% entre febrero y marzo, y los alimentos se encarecen un 1,5%
La inflación sigue desbocada en EE.UU. , donde el índice de precios de consumo creció un 8,5% en marzo respecto al mismo mes del año anterior, la mayor subida desde diciembre de 1981. Los problemas estructurales en la cadena de suministro que se manifestaron el año pasado, unidos al impacto brutal de la guerra en Ucrania y a la fuerte activación económica de la primera potencia mundial con el fin de las restricciones de la pandemia han disparado los precios, en especial los de la energía y la alimentación, con un impacto directo y diario en los consumidores. Marzo batió el dato de febrero, que registró una inflación interanual del 7,9%.
Los precios son un quebradero de cabeza para el presidente de EE.UU., Joe Biden , cuyos resultados en gestión económica -con un gran rebote de la actividad y una recuperación acelerada del mercado laboral, desplomado con la pandemia- se ven empañados por los precios. Este mismo martes, Biden anunció una batería de medidas para rebajar el coste de la gasolina. Este otoño, los demócratas se juegan mantener sus mayorías exiguas en el Congreso -y con ello, que la agenda de Biden sobreviva- y no hay peor noticia para ellos que el votante se acuerde del presidente cada vez que llena el depósito.
Aunque el precio de la gasolina se ha estabilizado en las últimas semanas, los precios energéticos muestran un salto del 11% de febrero a marzo. En el caso de los alimentos, la subida es del 1,5%. La situación en Ucrania, que apunta a un recrudecimiento de la ofensiva rusa en el Dombás y a una guerra terrestre que podría alargarse durante meses, no invita al optimismo. Rusia es uno de los grandes exportadores mundiales de gas y petróleo y los efectos de la guerra y de las sanciones a Moscú -EE.UU., por ejemplo, ha vetado la importación de gas y petróleo rusos- han impacto con fuerza en los precios. Ucrania es uno de los principales graneros del mundo y la guerra podría dejarle sin cosecha este año e impactar con fuerza al mercado global de alimentos. Rusia también es un productor principal de los fertilizantes que utiliza buena parte de la industria agrícola global.
La inflación, sin embargo, no se debe solo a la energía y a los alimentos. El índice que excluye a estos dos factores más volátiles muestra una subida del 6,5% respecto al mismo mes del año anterior, aunque con una pequeña caída respecto a febrero. Y no se debe solo a la situación en Ucrania : es el sexto mes consecutivo con una inflación de al menos el 6%, mientras que la guerra todavía no ha llegado a los dos meses.
La evolución de los precios añade la presión para una reacción más contundente por parte de la Reserva Federal , que tiene entre sus objetivos prioritarios mantener la inflación en el entorno del 2%. El dato de marzo da peso a las voces que piden a la Fed que en su próxima reunión sobre política monetaria el mes que viene apruebe una subida de tipos de medio punto, frente a la habitual subida de un cuarto de punto. La Fed aplicó la primera subida de tipos desde 2018 en su última reunión, el mes pasado.
Noticias relacionadas