Hay que atacar las causas
Hemos parado el golpe, ahora toca empezar a reconstruir, aunque sea con el lento avance de las vacunas
Desde el principio de la crisis supimos que las restricciones a la movilidad impuestas por la pandemia iban a castigar con severidad a la economía. Calculamos que dos o tres meses era el plazo máximo que soportaríamos antes de que los daños fueran permanentes. Hemos superado el año de distorsiones más o menos severas así que debemos empezar a calcular la estabilidad de nuestra estructura económica, una vez que la esperanza de una pronta vacunación general se desvanece cada día por culpa de una administración europea que nos ha sorprendido por su inoperancia. En EE.UU. le encargaron el proceso a un militar experto en logística que obtuvo resultados brillantes. Aquí se ocupa una cuadrilla de funcionarios puntillosos que nunca gestionaron nada y cuyos resultados son penosos. Imperdonable
En España, y en lo que concierne a la economía, el Gobierno decidió centrarse en minorar los efectos de la pandemia, aunque supusiera postergar el ataque a sus causas. De ahí que el acento se pusiera en los ERTE y en los créditos ICO . Ambas medidas han lograron minimizar daños, pero la prolongación del problema obligará revisar la situación.
Esta semana hemos conocido informes que son muy ilustrativos. Coface considera que los ERTE consiguieron impedir un derrumbe mayor de los beneficios empresariales, del -26% al -67%. Pero el análisis de los últimos datos muestra una dificultad creciente para retornar a los puestos de trabajo anteriores. Bien porque la empresa sea inviable o bien porque su actividad se ha jibarizado, lo cierto es que propone cambiar el paso y centrarse más en la esperanza de la formación que en el espejismo de una vuelta a la normalidad.
El informe de Coface anuncia que las insolvencias en el sector turístico subieron un impresionante 90% en el interanual del segundo trimestre y se estima que las llamadas empresas zombis caminan un 34% por encima de su nivel de 2019. Por tanto, hemos parado el golpe, ahora toca empezar a reconstruir, aunque sea con el lento avance de las vacunas. ¿Ha oído a alguien citar al esfuerzo personal y al sacrificio colectivo como medicinas apropiadas?
Noticias relacionadas