Iberoamérica busca su sitio en el nuevo mapa de la globalización
La redefinición de las cadenas de valor abre nuevas oportunidades a la Región
La globalización, tal y como la conocíamos, ha entrado en cuarentena. Y la emergencia sanitaria ha volteado la configuración de las cadenas globales de valor . La estructura de los sistemas productivos no va a ser dinamitada, apuntan los expertos, pero sí se reformularán y se atenderán nuevas variables más allá del coste, con especial protagonismo a corto plazo del factor proximidad . Un nuevo equilibrio que abre oportunidades para una región Iberoamericana obligada a apostar por una mayor integración y el impulso del comercio internacional, reforzando la seguridad jurídica para activar el imán inversor, tal y como se apuntó en el encuentro digital «La regionalización de las cadenas globales de valor de bienes y servicios», recientemente organizado por el Consejo de Empresarios Iberoamericanos (CEIB), la Secretaría General Iberoamericana y la Federación Iberoamericana de Jóvenes Empresarios (FIJE).
«Es importante hacer una apuesta firme por el multilateralismo, y es que solos llegamos más rápidos, pero juntos llegamos más lejos», apuntó Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, en la sesión de apertura. El líder de la patronal española insistió en que este camino de apertura comercial «no es una opción, sino algo absolutamente necesario como garantía de futuro».
El Covid ha trastocado las reglas. «Nos hallamos ante un nuevo orden internacional, en el que impera la sostenibilidad en los modelos de negocio y las cadenas de suministro», recordó el secretario general de la Organización Internacional de Empleadores (OIE), Roberto Suárez. El virus ha desatado un tsunami económico global , pero también ha abierto nuevas ventanas de oportunidad desde las que otear un futuro más despejado. Un ejemplo, como recordó la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, es el de México, que «podría verse beneficiado por la relocalización de las cadenas de suministro de Estados Unidos, desde Asia hasta el país norteamericano». Ya hay síntomas previos. Un informe de Kearney muestra que, mientras en 2019 las importaciones de EE.UU. procedentes de China caían en 90.000 millones de euros, las importaciones de México crecieron en 13.000 millones.
Como explicó el jefe de Gabinete en la Dirección General de Comercio Internacional e Inversiones del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo español, Luis Óscar Moreno, las tendencias que se venían observando en las cadenas globales de valor (acortamiento o regionalización) se han exacerbado con motivo de la guerra comercial y el Covid-19. « Probablemente, de ahora en adelante las cadenas de valor incorporarán factores que van más allá de la eficiencia y los grandes bloques determinarán con su política comercial la geografía de los suministros». Eso implica «cadenas de valor más cortas, menos complejas y concentradas, lo que genera oportunidades de regionalización del comercio con América Latina».
Las relocalizaciones de EE.UU. desde Asia pueden beneficiar a la Región Iberoamericana
Una visión en la que coincidieron todos los expertos. «Es una buena oportunidad para que América Latina atraiga y diversifique las inversiones extranjeras y promueva más el comercio intrarregional», apuntó el vicepresidente del Banco de Desarrollo de América Latina-CAF, Jorge Arbache. Vivimos un momento en el que la economía de servicios está adquiriendo gran importancia y se está produciendo «una construcción creativa», que representa una oportunidad para los países bien preparados, apuntó el presidente de la organización empresarial chilena SOFOFA y presidente pro témpore del Consejo Empresarial de la Alianza del Pacífico (CEAP), Bernardo Larraín.
Un escenario mutante en el que la colaboración público-privada será esencial . La prioridad: apuntalar el tejido empresarial de la Región, reconoce el director ejecutivo y economista jefe de la Unión Industrial Argentina, Diego Coatz, pero también es el momento de apostar por la innovación y la transformación digital , así como de «repensar un esquema de integración regional que permita agregar valor en origen». Juan Duarte, presidente de la ANDI del Futuro, apuntó que los mercados regionales, como la Alianza del Pacífico, serán claves para sortear la «peor crisis económica en los últimos 120 años».
La ocasión es evidente. «Nos encontramos ante una oportunidad histórica en lo relativo a las cadenas globales de valor para reducir la fuerte dependencia que tenemos de China y fortalecer la región iberoamericana», aseguró el secretario general de la Federación Iberoamericana de Jóvenes Empresarios (FIJE), Antonio Magraner. Hay puntos fuertes, como el alto nivel de cualificación y un bonus joven prometedores, como explicó Roberto Suárez. Pero el trabajo pendiente es ingente. «Para aprovechar las oportunidades regionales es indispensable mejorar la infraestructura de transporte, así como avanzar en políticas de facilitación de comercio a nivel regional», aseveró el ministro de Economía de Guatemala, Antonio Malouf. Reducir el alto peso de la economía informal y la burocracia son otros deberes pendientes. Y reforzar el papel de las pymes. Pablo Adrián Hardy, responsable de Economía y Empresas de Segib, defendió la innovación abierta como el instrumento idóneo para abrir el camino a las firmas de menor tamaño en los tableros de los mercados globales.
En la clausura del encuentro, el secretario permanente de CEIB y director general de CEOE Internacional, Narciso Casado, coincidió en señalar que la situación creada por el Covid derivará en un aumento de la integración iberoamericana y que, a través de la digitalización y la conectividad online, se generará un mayor sentido de comunidad. «Esta pandemia y todo lo que trae consigo debe convertirse en una oportunidad para aprender», insistió. La principal lección: avanzar en la integración y el multilateralismo, «hacer más Iberoamérica» . Una unión que debe sumar fuerzas desde los cimientos de un gran pacto social, como reclamó Grynspan.
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