Narciso Casado
«Es urgente que Iberoamérica resuelva la fragmentación de su mercado»
Narciso Casado es Secretario Permanente del Consejo de Empresarios Iberoamericanos (CEIB) y Director General de CEOE Internacional
Además de representar la marca de la CEOE por todo el mundo, Narciso Casado fue parte del equipo que puso en marcha la primera patronal iberoamericana, CEIB , una organización para impulsar la modernización de unas economías que aún presentan visibles déficits, pero que siguen repletas de posibilidades para nuestras empresas.
Varios países de Iberoamérica se han visto afectados por las revueltas sociales y otros sufren un frenazo económico. ¿Ha habido dudas en nuestras empresas sobre el papel de la región como gran socio a largo plazo?
El principal riesgo es que los países de la región no vuelvan a recuperar las tasas de crecimiento y no diversifiquen a medio y largo plazo sus economías para escapar de la trampa de los países de renta media. La mayoría afrontan un gran reto, que no solo requiere la consecución de unos fundamentos macroeconómicos equilibrados, sino también el refuerzo de las instituciones, la mejora del entorno de negocios y la puesta en marcha de políticas y reformas encaminadas a diversificar una estructura económica aún muy centrada, en muchos casos, en el sector primario y en la generación de productos de bajo valor añadido.
Con ello en mente y sumado al reconocido compromiso de permanencia que tienen las empresas españolas, Iberoamérica seguirá siendo, junto con la UE, el principal destino de nuestras inversiones, apoyándose en una serie de ventajas competitivas como son las capacidades y recursos disponibles, las sinergias empresariales y una lengua y forma de ser común. Lo que sí ocurre es que algunas empresas concentran su presencia inversora en los principales mercados. En muchos casos, los menores retornos de las inversiones en los mercados más pequeños han llevado a las empresas a reconsiderar su presencia en estos mercados y a concentrar sus operaciones en los países más grandes. En este sentido, la fragmentación de los mercados en Iberoamérica sigue siendo una de las asignaturas a superar en el futuro.
¿Es clave resolver esa fragmentación para frenar el avance del atractivo inversor de otras áreas como Asia?
Sí, es una tarea pendiente sobre la que urge actuar. Esto se ve reflejado en el caso del reducido comercio interregional, que representa un 16% del total en Latinoamérica, frente al 64% de la UE. En un momento como el actual, caracterizado por la creciente rivalidad entre grandes bloques económicos, los países de la región deberían realizar un mayor esfuerzo en integrar sus economías y posibilitar que las empresas adquieran más escala y competitividad. Para ello, la región debe dar pasos encaminados hacia el desarme arancelario, la cooperación y la convergencia regulatorias, la eliminación de trabas al libre movimiento de personas y capitales para lograr la libre circulación de bienes, servicios, personas y capitales.
¿Qué efectos puede tener el proteccionismo de Trump en la presencia de nuestras compañías en el norte de América?
Las relaciones económicas entre España y América del Norte tienen un carácter prioritario para nuestras empresas, al constituirse como un mercado integrado de gran tamaño, liderado por EE.UU., la mayor economía del mundo. En este sentido, acogemos de forma positiva los nuevos acuerdos comerciales que han entrado en vigor como el Acuerdo CETA entre la UE y Canadá, así como las negociaciones -en estado muy avanzado- entre la UE y México para modernizar los capítulos económicos del Acuerdo de Asociación, y el visto bueno dado por el Congreso de EE.UU. al Uscma, entre Estados Unidos, México y Canadá, instrumentos que permiten a nuestras empresas competir en igualdad de condiciones en terceros mercados.
Respecto a las medidas proteccionistas adoptadas considero que estas no son las respuestas adecuadas para resolver problemas domésticos que deben ser afrontados de otra manera, ya que el comercio internacional ha sido el gran motor de reducción de la pobreza en el mundo y no el causante de problemas económicos y sociales, originados por la falta de reformas económicas estructurales.
¿Cuáles son los sectores y destinos en los que cree que hay más oportunidades para las empresas españolas en Iberoamérica?
Si consideramos los esfuerzos que deben realizarse en los campos de las infraestructuras, digitalización de la producción y capital humano se abren grandes oportunidades en los sectores de la construcción, infraestructuras, gestión del agua, energía, educación/formación y finanzas. Sectores clave en el proceso de desarrollo y modernización social de la región y en los que la experiencia, especialización y reputación de las empresas españolas son conocidas a nivel mundial. Además, me gustaría destacar las oportunidades que ofrece a las empresas el logro de los objetivos de la Agenda 2030, que están en sintonía con el lema de la próxima Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que lleva por título «Innovación para el Desarrollo Sostenible Objetivo 2030» y tendrá lugar el próximo noviembre 2020 en Andorra. Las principales oportunidades que hemos identificado desde nuestras comunidades empresariales en la región se centran, a corto plazo, principalmente en Brasil, Panamá, Paraguay y Ecuador, si bien, con las condiciones y medidas adecuadas, la región iberoamericana en su conjunto ofrece un gran potencial.
¿Qué papel están jugando las organizaciones empresariales en la modernización de las economías de Iberoamércica?
Considero que la falta de competitividad es uno de los grandes lastres tradicionales de la economía de América Latina y un freno constante para sus empresas, que echa raíces en el fuerte peso de la economía informal, el pequeño tamaño de las empresas, el escaso desarrollo de los mercados financieros y las barreras no arancelarias. Desde CEIB hemos puesto el empeño en diseñar para la región un espacio empresarial y económico mucho más profesionalizado, un marco plural y participativo que incluye numerosas reuniones, eventos, seminarios y grandes encuentros que buscan soluciones para los temas anteriormente mencionados.
La inseguridad jurídica ha sido otro de los frenos recurrentes para la inversión en Iberoamérica. ¿Pueden iniciativas como el Centro Iberoamericano de Arbitraje ayudar a suavizar este problema?
La seguridad jurídica, y más concretamente la mejora del sistema judicial y la solución de conflictos entre empresas, se constituye como uno de los pilares fundamentales de la promoción de inversión, en aras de poder asentar un clima de seguridad y de confianza para los inversores.
Por ello, desde CEIB, quisimos reforzar la institucionalidad en la región firmando el pasado 6 de febrero de 2019 un convenio de colaboración con el Centro Iberoamericano de Arbitraje (CIAR). Esta medida nos pareció particularmente beneficiosa para nuestras pymes, puesto que pone a disposición de nuestros miembros un mecanismo de resolución de controversias privado más económico y ágil que los procedimientos tradicionales.
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