El Gobierno presionará para lograr arancel cero en Reino Unido en alimentación, automoción y turismo

«No cerraremos un acuerdo a cualquier precio». Así se pronunciaba ayer Michel Barnier, negociador de la Unión Europea para el Brexit , al presentar el mandato que el Consejo Europeo da a la Comisión para tratar el futuro acuerdo comercial con Reino Unido . Líneas rojas, justo cuando el tiempo apremia, por ejemplo en materia de competencia o pesca. Y, en este aspecto, nuestro país va más allá en la defensa de los productos nacionales que pueden considerarse «marca España» , como vino, aceite, frutas y hortalizas.

La secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez , ha señalado una serie de bienes y servicios sobre los que el Gobierno hará hincapié en Bruselas para lograr ese pacto. En este sentido, el Ejecutivo presionará por aranceles y cuotas cero, en especial, para productos agroalimentarios, de automoción, farmacéuticos/químicos y pesca, a lo que hay que añadir servicios financieros, de telecomunicaciones y turismo. El escenario del que se parte es que los gravámenes serán cero en todos los productos pero, si llegado el caso no fructifican las conversaciones, España apostará fuertemente por esas balas.

Estos son los puntos en los que nuestro país pedirá a Bruselas hacerse fuerte en la negociación con Reino Unido, que arranca este 1 de marzo. Un proceso que habría de durar hasta octubre o noviembre ya que el documento acordado deberá pasar por el Consejo y Parlamento europeos. Sin embargo, sobre la mesa está la posibilidad de que ambos bloques pidan una prórroga del tiempo para abordar el tratado comercial y de inversiones; esa prórroga podrá ser pedida hasta el 1 de julio .

Pese a la premura con que han de abordar el asunto, Méndez confía en que en estos pocos meses Bruselas sea capaz de alcanzar un acuerdo con los británicos ya que, de lo contrario, a partir del 1 de enero de 2021 se dejaría de estar en el periodo transitorio actual y entrarían en vigor restricciones comerciales entre terceros estados, siguiendo las normas de la Organización Mundial del Comercio . En suma, aranceles, controles en aduanas, problemas en el acceso a contratación pública, etc.

«Las empresas españolas están bien informadas y bien preparadas», ha comentado la secretaria de Estado de Comercio. A su juicio, las compañías han realizado ya sus planes de contingencia , al tiempo que ponía en valor iniciativas realizadas ya por el Gobierno para paliar los efectos adversos, como el «cheque Brexit» o el servicio de consultoría específica para este tema que puedan necesitar las empresas con intereses en Reino Unido.

Así las cosas, Méndez ha hecho suyas también las palabras de Barnier al señalar que la UE no está dispuesta a rebajar los estándares comunitarios para con los productos que entren en cualquier Estado miembro. Aun así, ha explicado que esta negociación se parte de la base de que tanto el bloque europeo como Reino Unido cuentan ya con líneas comunes en todos los aspectos comerciales. Caso distinto ocurriría en caso de que los británicos decidieran modificar sus estándares sociales, sanitarios, de etiquetado o medioambientales, por ejemplo, para contentar a Estados Unidos . Así, el «problema» lo tendría el ya exmiembro comunitario por tener que adaptarse a distintas normativas.