España busca billete en el millonario tren de las infraestructuras digitales
El objetivo de ser el gran ‘hub’ del sur de Europa topa con obstáculos burocráticos y energéticos
Confinamiento, cuarentena o mascarilla son algunos de los vocablos que se han incorporado a nuestras conversaciones cotidianas con motivo de la pandemia, aunque la palabra conectividad bien podría considerarse como otra de las que ha hecho méritos más que de sobra para colarse en ese universo de términos de moda. Con la declaración del estado de alarma a mediados de marzo de 2020 la sociedad española tomó conciencia como nunca antes de la importancia de las redes de telecomunicaciones , gracias a las cuales autónomos y empresas pudieron mantenerse operativos en los peores meses de la crisis sanitaria. Una situación sobrevenida que azotó los cimientos de la economía y sirvió para confirmar que el despliegue de la red es una asignatura en la que España aprueba con nota.
Los indicadores comparativos con los vecinos del Viejo Continente reflejan esa buena posición. España ocupó en 2020 el quinto puesto en el ámbito de la conectividad en la clasificación del DESI de la Comisión Europea . Y es el país con más fibra de Europa (en penetración de esta tecnología, Islandia, con un 70,7%, y Bielorrusia, con un 70,4%, superan ligeramente a España que se queda con un 62,8% con cifras de septiembre de 2020), según FTTH Council Europe. A pesar de que España sale bien parada en la foto europea, hay expertos que invitan a una cierta prudencia porque no ocurre igual frente a mercados más pujantes como el asiático . «En la parte de fibra, comparados con Corea del Sur o Japón, no estamos al mismo nivel, nos faltan cosas por hacer. No debemos caer en el triunfalismo de decir que somos los mejores, sino aspirar a jugar en la siguiente liga», dice Luis Miguel Gilpérez , expresidente de Telefónica España.
La cobertura de las diferentes tecnologías que soportan la conectividad de banda ancha avanza con paso firme en nuestro país. El 4G es prácticamente universal (99,9% en 2020) , tal y como recoge el estudio ‘Cobertura de banda ancha en España en el año 2020’ , elaborado por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. Y la cobertura de banda ancha fija también progresa de forma notable. Atendiendo a las diferentes tecnologías, la cobertura de redes FTTH (fibra óptica hasta el hogar) llega al 85% de la población, mientras que el ADSL igual o superior a los 2 Mbps alcanza al 89% y el de 10 Mbps o más al 71%.
«A nivel de acceso estamos bien respecto a la media europea y tenemos unos precios bastante racionales, pero es verdad que hay pueblos concretos donde el acceso no es el mejor y también municipios en los que el 4G funciona bien a lo largo del año, pero en momentos donde aumenta la densidad de población, como el verano, sufren problemas», apunta Pere Tuset , profesor e investigador de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Cree que España camina en buena dirección , aunque «siempre hay espacio de mejora», que pasaría por incrementar la inversión para el despliegue de más fibra óptica y de tecnología 5G.
La red móvil de quinta generación será una de las grandes protagonistas en el ámbito de la conectividad. Sin embargo, España, en línea con Europa, se está quedando atrás en la carrera . «Es en Asia donde realmente se está jugando la batalla del 5G. Estamos un poco lejos de aspirar a competir en esa liga», comenta en este sentido Gilpérez.
Pero que en este aspecto España esté peor posicionada no anula sus fortalezas para consolidarse como un ‘hub’ de telecomunicaciones. « Reunimos todos los elementos . Contamos con la mejor fibra de los grandes países europeos, hemos creado la infraestructura y tenemos talento», resume. «Nos falta creernos que podemos serlo. Forma parte más de nuestro convencimiento que de nuestras capacidades», señala Gilpérez.
Los 72.000 millones de inversión rumbo a nuestro país procedentes de Bruselas pueden ser una gran oportunidad, aunque el otrora presidente de Telefónica España se muestra algo escéptico. « A Europa tenemos que ir con un plan integral y no tanto con proyectos sueltos que no tienen una conexión y creo que estamos más en este último punto que en construir un plan director que nos haga ser diferentes, más fuertes y relevantes», lamenta.
Centro de datos
Mientras llega el impacto del dinero comunitario, lo que está claro es que la capacidad de almacenamiento y procesamiento de datos digitales, así como las instalaciones que los cobijan, los centros de datos , se están convirtiendo en un aspecto clave de la infraestructura en la economía digital. Y España tiene un gran potencial. Amazon Web Services está construyendo tres centros de datos en Aragón , con una inversión de 2.500 millones de euros. Microsoft anunció la apertura de una región de centros de datos en la Comunidad de Madrid para proveer servicios de ‘cloud’ a las organizaciones, aprovechando la infraestructura de Telefónica como parte de su colaboración estratégica global. Y Google también hará lo propio de la mano de la teleco española.
De este modo, los tres gigantes tecnológicos que compiten en el mercado de la nube tendrán infraestructura local en España . «En el proceso de transformación digital hemos ido un poco a remolque, por eso los centros de datos se situaron en un principio en lugares centrales de Europa como Alemania. A medida que esas instalaciones llegan a su límite de capacidad, intentan abrir cerca de los usuarios y, como en España hay un interés de cada vez más empresas por poner parte de sus servidores en espacios ‘cloud’, tiene sentido que inviertan aquí», explica Pere Tuset.
El Data Center Location Index 2021, publicado por Arcadis, sitúa a España en el puesto 30 de los 50 mercados más avanzados, y el primero de Europa del Sur. Dentro del país, Madrid es clave en el mercado europeo de centros de datos, junto con Londres, París, Fráncfort, Ámsterdam y Dublín . Pero el peso de los ‘data centers’ en el PIB de las regiones en España es todavía bajo comparado con las mencionadas ciudades.
En un primer momento, los líderes de este mercado fueron esos lugares, pero « a medida que aumenta la demanda, tanto en la parte de ‘cloud’ como de servicios digitales , las empresas han tenido la necesidad de ir un poco más allá porque requieren de menores latencias, lo que hace que se tengan que ubicar más cerca de donde se produce la demanda», cuenta Fernando Maldonado , analista principal de IDG Research y uno de los autores del estudio ‘Madrid Hub Digital’, realizado por la consultora junto con Interxion, que abrirá su cuarto centro de datos en la capital a finales del año que viene.
La francesa Data4, que cuenta con 21 centros de datos en Europa, es otra de las que se ha fijado en España, donde invertirá 140 millones de euros para la apertura de su primer centro de datos , un complejo con cuatro módulos, ubicado en Alcobendas (Madrid).
Juan Vaamonde , director general de la firma para España, señala que influyeron varios factores en la decisión. «España ha tenido siempre el hándicap de ser una península, pero la forma en que se están vertebrando las comunicaciones, basadas principalmente en cables submarinos, hace que tener costas para que estos puedan llegar a la Península sea positivo. En menos de 60 milisegundos tenemos acceso a América del Norte, América del Sur, África y Europa . Es un rango muy interesante para muchos servicios y permite que España esté en el centro de ese ‘hub’ de comunicaciones», indica. La empresa, cuyo consumo energético es 100% verde, también valora «el alto porcentaje de energía renovable» en nuestro mix energético . Vaamonde recuerda, por otra parte, que la saturación que están sufriendo los FLAP «está permitiendo que España pueda saltar como un mercado alternativo» en el que percibe un «crecimiento muy interesante».
Áreas de mejora
Pero aún hay algunas tareas pendientes para que nuestro país, con Madrid a la cabeza, se convierta en un ‘hub’ digital. Esteve Almirall , profesor del departamento de Operaciones, Innovación y Data Sciences de Esade, considera utópico que España tenga un competidor a nivel de Amazon, Google o Microsoft en ‘cloud’, pero sí ve como una oportunidad el desarrollo de proveedores de segundo nivel que puedan cubrir una parte de las necesidades de las empresas. Echa en falta asimismo una mayor adopción del ‘cloud’ por parte de las compañías. «Ocurre a nivel de Europa, pero en España quizá más porque la adopción es más fácil cuando las empresas tienen un mayor tamaño», apunta.
Francisco Hortigüela , director general de Ametic, la patronal de la industria tecnológica, está convencido de que España es una firme candidata para convertirse en un ‘hub’ de telecomunicaciones, pero incide en reforzar tres pilares. « Necesitamos crecer en inversión en I+D+i porque es lo que te diferencia a la hora de liderar el mundo de las telecomunicaciones», comienza por destacar.
Otro objetivo es llegar a una cobertura del 100% del territorio para explotar todos los casos de uso del 5G. «Su principal ventaja está en el mundo industrial, agro, de las ciudades inteligentes, de la movilidad sostenible, etc. porque conecta máquinas entre sí sin retardos. Ahí tenemos que seguir avanzando para que la cobertura llegue también al campo y a los lugares donde están los polígonos industriales y las fábricas», subraya. El tercer área de mejora es la capacitación digital. « Tenemos muy buen talento, pero no suficiente », matiza. La legislación jugará un papel esencial en todo ello porque, como indica Hortigüela, impacta en la seguridad, en los costes, en el apoyo a la I+D+i... «Hay que crear un entorno lo más favorable para que las empresas tengan seguridad de que invierten en el mejor sitio posible a nivel global», concluye.
También habría que intensificar esfuerzos para consolidar a España como referente en la instalación de centros de datos. « Los países nórdicos han promovido activamente sus geografías como destinos de inversión de ‘data centers’ y nos llevan cierta ventaja», afirma Alberto Bellé , analista principal de IDG Research y coautor del estudio ‘Madrid Hub Digital’. Otro campo de mejora deriva de las altas exigencias de energía de estas instalaciones : «Requieren que los proveedores de energía las incluyan en su planificación. Esta ha sido una de las principales reivindicaciones de los operadores».
En el caso de Data4, ha cerrado un contrato con Iberdrola, pero Vaamonde reconoce que si necesitasen potencias mayores tendrían que hablar con Red Eléctrica. « Los planes de desarrollo de red son quinquenales y, aunque hay mecanismos que permiten hacer modificaciones, si tu requerimiento de potencia no estaba contemplado vas a tener procesos muy largos de desarrollo y en esta industria los ciclos de inversión en IT son mucho más cortos. Tenemos que cambiar el chip », advierte. En la lista de recomendaciones incluye una mayor transparencia por parte del sector para saber dónde hay remanentes de potencia : «Se está convirtiendo en una tarea ardua identificar ubicaciones donde se puedan construir ‘data centers’, algo muy importante para cubrir las demandas de nuestros clientes».
Para Bellé, de IDG Research, agilizar la concesión de licencias de construcción y actividad es otro desafío y recuerda que hay ciudades de Japón que se comprometen con plazos de respuesta específicos. Piensa, por otro lado, que España ha sido muy puntera en pilotos de 5G, pero en implantación otros han tomado la delantera. «Estamos en un marco competitivo y es muy importante acelerar la inversión en esta tecnología porque supone una ventaja competitiva», agrega.
Fuente de riqueza
La meta está clara: hacer del territorio nacional un núcleo para el desarrollo de estas infraestructuras cada vez más necesarias. Según resalta el mencionado informe de IDG Research, publicado en marzo, la inversión en infraestructura digital es en sí misma una fuente de riqueza allá donde se realiza . Y pone el ejemplo de Madrid, que recibirá 680 millones de inversión acumulada por parte del sector de los centros de datos en el próximo lustro que tendrán un impacto directo en su PIB de 2.598 millones (con la creación asociada de 680 empleos).
«Es una industria de valor añadido, con personal capacitado y salarios altos que contribuye a generar una dinámica de círculo virtuoso », dice Bellé. Su compañero Fernando Maldonado añade la capacidad de resiliencia de la industria, menos sensible a los vaivenes de la economía, y los beneficios difícilmente cuantificables que aporta, como el ‘efecto señalización’: «Que empresas como Amazon inviertan en España nos sitúa en el mapa».
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