Las empresas europeas se agarran al tren del talento
Las empresas del Viejo Continente señalan la captación de perfiles digitales de calidad como el factor clave en la lucha por el liderazgo en un contexto plagado de incertidumbres
Solo los que se muevan saldrán en la foto. El vértigo del cambio constante que ha introducido la revolución digital dibuja liderazgos empresariales cada vez más efímeros que obligan a reinventarse o morir. Es la era de la renovación permanente. Un reto que las empresas del Viejo Continente parecen haber entendido como inaplazable. Con el foco puesto en la transformación, casi el 95% de las compañías europeas confían en una evolución favorable para sus negocios en el próximo lustro pese a un entorno operativo externo más que complejo, según el informe «European Survey: Enduring a leadership position in 2025», elaborado por la organización de servicios empresariales BDO.
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El estudio, que recoge la percepción de 215 altos directivos de siete países (España, Alemania, Bélgica, Dinamarca, Italia, Noruega y Reino Unido), revela un elemento clave para aspirar al liderazgo : atraer y retener el talento de calidad. Es el aspecto más señalado por las compañías, un 22%, al ser preguntadas por los factores esenciales para tomar posiciones de ventaja en el huracán disruptivo. «La escasez de talento en perfiles de carreras STEM en Europa se hace aún más evidente ante la comparativa con el auge de estos perfiles en India, en gran parte de los países asiáticos y EE UU. Además, como consecuencia directa del descenso de la natalidad en Europa y especialmente en España, existe un “gap" importante entre la cualificación de los jóvenes y las necesidades de las empresas. La solución pasa por realizar políticas y estrategias públicas que faciliten el acceso y hagan atractivas la formación tecnológica a los jóvenes», explica Alfonso Osorio, presidente de BDO en España.
El informe subraya que, para rentabilizar esta prioritaria inversión en talento, las empresas deben entender las diferencias generacionales. «Podrían producirse cambios significativos en las rutinas de trabajo , empezando por el trabajo remoto, ya que más de cuatro de cada diez (43%) empresarios cree que aumentará significativamente de aquí a 2025», explica Osorio. Sin embargo, la cifra varía mucho según el país: en España , un 81% prevé este aumento, frente al 23% de Alemania y Reino Unido.
L a agenda de la transformación está en marcha... pero hay trabajo por delante. El 69% de las empresas europeas tiene confianza en que la disrupción digital será positiva para ellas, pero más de la mitad concede que tienen pendiente un cambio profundo en sus funciones tecnológicas. Pese a todo, el presidente de BDO en España cree que «en el ámbito microeconómico las empresas europeas aprueban en materia de digitalización y están a la altura de sus homólogas mundiales». Pero el Viejo Continente sí parece haber perdido el paso del liderazgo tecnológico global respecto a EE.UU. y China : no hay rastro de «big tech» en Europa. «Creo no se ha podido crear un gigante paneuropeo que compita con los grandes actores norteamericanos y chinos, ya que las reglas de libre competencia no lo permiten. La inversión en I+D de los gigantes americanos como Apple, Google, Facebook y Amazon es hasta seis veces mayor que la inversión que realiza España. Como ejemplo, el despliegue del 5G, carrera en la que Europa se ha quedado rezagada», asegura Osorio.
Incertidumbres
Un crecimiento anémico, el impacto por descubrir del Brexit, el auge del proteccionismo, el vigor populista... Aunque la encuesta se realizó antes de que la amenaza del coronavirus se hiciera real en Europa, el informe ya refleja el peso de la incertidumbre que azota al Viejo Continente. Solo un 13% de los encuestados creen que la economía mejorará a corto plazo, frente a un 31% que consideran que empeorará, un dato que contrasta con el 5% que estima que también lo hará su negocio. La sombra del Brexit es alargada: «Debemos tener en cuenta que estamos en el periodo de concretar y especificar todos los aspectos relativos a la salida del Reino Unido», recuerda Osorio, pero el «cisne negro» del coronavirus añade un extra de inquietud. «Parece inevitable que la incertidumbre tenga especial incidencia en los mercados de la UE por su dependencia comercial de China», concluye.