El empleo crece un 30% menos y Vara se rebela por el desplome del campo extremeño
En cuatro meses Extremadura pierde 20.000 ocupados y se mantiene como la región con más paro. La economía generó 402.300 puestos el año pasado, un 30% menos, y Madrid aportó casi cuatro de cada diez
La desaceleración económica y el impacto que sobre el mercado laboral han tenido factores como el alza de los costes laborales se han dejado notar en la evolución del empleo. En el conjunto del año se crearon 402.300 puestos de trabajo , lo que supone el peor dato desde 2013, último año de la crisis, y un 30% menos de ocupación que un año antes (163.900 puestos), según la EPA del cuarto trimestre, que situó el número total de ocupados en España cerca ya de los 20 millones , concretamente en 19.966.900. Aún faltan 786.500 ocupados para restablecer los niveles previos a la crisis.
Pese a la mala evolución anual de los datos, el cuarto trimestre de 2019 sorprendió por sus resultados positivos. Servicios de estudios y analistas esperaban cifras negativas, pero los cuatro últimos meses se saldaron con 92.600 nuevos ocupados, el mejor cuarto trimestre desde el año 2006, lo que permitió recuperar tasas de crecimiento del empleo del 2%.
¿A qué se debió el empujón del empleo en el último tramo del año? Claramente al tirón de la ocupación en Madrid , convertida en el motor del empleo en España. La región generó el 85% del empleo entre octubre y diciembre, mientras diez comunidades autónomas destruyeron ocupación. Es decir, que sin el empujón de Madrid el último trimestre de 2019 se hubiera saldado con destrucción de puestos de trabajo.
Aumentan los activos
La ralentización del empleo coincidió en el tiempo con un importante aumento de la población activa, que respondió básicamente a la llegada de inmigrantes. En el último año se incorporaron 290.000 personas a la población activa , nueva mano de obra disponible para trabajar. Se trata del mayor incremento de la población activa desde el año 2008, lo que, unido a la desaceleración del mercado laboral, provocó que la reducción del desempleo se frenara en seco. El año pasado el número de parados se redujo en 112.400 personas, el menor ritmo de los últimos seis años , lo que supone menos de una cuarta parte de lo que cayó en 2018, cuando la rebaja fue de 462.500 parados. Con estas variaciones el número total de desempleados queda en 3.191.900 y la tasa sobre la población activa en el 13,78%.
Los datos de la EPA se corresponden con un ejercicio en el que el salario mínimo interprofesional (SMI) aumentó un 22,3%, hasta los 900 euros, en el que también subieron las cotizaciones que pagan los empresarios a la Seguridad Social -un 7% las bases máximas y un 22,3% las mínimas- y en el que los salarios pactados en convenio crecieron algo más de un 2%. A lo que se suma la incertidumbre generada en el ejercicio por próximas subidas de impuestos, nuevas alzas de los costes laborales y el anuncio de una derogación de los puntos claves de la reforma del mercado de trabajo y, por tanto, de un recorte de la flexibilidad laboral.
Servicios de estudios, analistas y expertos coinciden en el impacto sobre el empleo que ha tenido el alza del SMI . El último en dar la voz de alarma fue el BBVA Research, que cuantificó en 45.000 los empleos que se dejaron de crear por este incremento en 2019. Su impacto sobre las empleadas de hogar ha sido evidente, como también sobre el campo. El propio exsecretario de Seguridad Social Octavio Granado así lo reconoció.
Un 28,68% de paro
Según los expertos consultados la EPA avaló esta afirmación. Los datos de la encuesta reflejan el fuerte impacto del alza de costes en regiones con más peso agrario, en especial en Extremadura , que perdió casi 20.000 empleos en solo un trimestre para situar esta comunidad a la cabeza de España con una tasa de paro del 28,68%. Baleares , región eminentemente turística, también sufrió un fuerte revés en el empleo tras perder casi 50.000 ocupados.
Extremadura, junto a Castilla-La Mancha , fueron las dos únicas que perdieron ocupación en el conjunto del año. Todas las autonomías, por tanto, elevan su masa de trabajadores. Las mayores alzas se dieron en Madrid (138.900 más), también en Cataluña (87.000) y Andalucía (45.000).
Los malos resultados de la comunidad extremeña provocaron que el socialista y presidente del Junta, Guillermo Fernández Vara , reconociera que los datos son «rematadamente malos» y están vinculados «de manera clara» al campo. Fernández Vara, uno de los barones del PSOE, reclamó una reunión urgente con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, para analizar el «impacto» y las «consecuencias» que la subida del SMI está teniendo en los datos de empleo en el sector agrario en regiones como la extremeña porque, dijo, el «impacto» de dicha medida «no es el mismo en todos los sitios» . «Una caída de 7.000 u 8.000 empleos en el sector agrario en solo dos meses», a su juicio, solo puede responder a una «causa anómala».
Aunque de forma genérica defendió la subida del SMI, el presidente de la Junta explicó que quizás «ahora se puede dar la circunstancia de que en una coyuntura de precios bajos para el sector le cueste mucho poder estar sufragando una subida de los costes salariales, de la masa salarial vinculada a la subida del SMI».
Cotizaciones especiales
Por todo ello instó al Gobierno de Pedro Sánchez a «establecer o considerar» unas «cotizaciones especiales» para regiones como Extremadura: «Algo que es intrínsecamente bueno como que exista un mayor SMI, hay en algunos lugares como aquí que eso está provocando la destrucción de empleo agrario».
2019 no fue tampoco un buen año para los autónomos, fue incluso «desastroso», según Lorenzo Amor , presidente de ATA. Esta organización destacó ayer que el colectivo no creció el ejercicio pasado, que se perdieron 15.400 autónomos sin empleados y que aumentó el trabajo por cuenta propia en 7.500 más por la ayuda familiar.
La EPA refleja que el sector privado recobra el impulso después de varios trimestres flojos. De todo el empleo creado el año pasado, 360.000 se correspondieron con el privado y 42.300 con el público. También se produjo una leve mejora de la estabilidad en el empleo. El número de contratados indefinidos aumentó en 414.200 personas, mientras que el de temporales disminuyó en 78.600. En cualquier caso, la proporción de temporales sigue siendo muy elevada. El sindicato CSIF denunció que la temporalidad es incluso un punto y medio más elevada en el sector público que en el privado. Un 27,8% frente a un 26,3%.
La CEOE pidió ayer al Gobierno que no se introduzcan medidas laborales o tributarias que ralenticen la creación de empleo en el actual contexto de menor crecimiento económico. Subrayó que los datos de la EPA ofrecen un balance de 2019 menos favorable que el de 2018, «en línea con la pérdida de dinamismo de la actividad y el aumento de los costes laborales y de la incertidumbre».
Por último, la organización empresarial que preside Antonio Garamendi insistió en la necesidad de estimular la actividad económica mediante un marco jurídico «eficiente», que haga posible incrementar la competitividad de las empresas españolas.
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