Destellos de innovación para guiar la accesibilidad
Numerosas startups, que en muchos casos unen las motivaciones personales y profesionales, buscan mejorar la vida de las personas con problemas de visión
En España hay cerca de un millón de personas que tienen algún problema de discapacidad visual en distinto grado. Para ellos cada vez son más abundantes las propuestas innovadoras de startups que desarrollan soluciones tecnológicas con el objetivo de que su día a día, en especial en los casos más graves, sea más fácil y cómodo. Muchos de estos proyectos están liderados por emprendedores que aúnan los motivos profesionales con los personales.
Es el caso de Antonio Sánchez, fundador de Bemyvega. Este emprendedor tiene una hija con problemas visuales y fue consciente de que, si no encontraba ninguna ayuda, la pequeña se perdería gran parte de la formación, porque la experiencia educativa tiene una parte muy importante de lenguaje no verbal. Sánchez se puso entonces a buscar alguna solución tecnológica, pero no encontró nada, por lo que decidió crear un equipo para que su hija «accediera en igualdad de condiciones a las clases».
Para ello se planteó qué significaba estar en una clase y todos los campos visuales a los que su hija tenía que atender. Vio fundamental enfocar al profesor, así como captar la señal o la imagen de la pizarra. Además, estimó oportuno que hubiera una imagen sobre el powert point o la presentación del docente. De esta forma desarrolló «un equipo que era capaz de proporcionar toda esa experiencia formativa a personas con baja visión».
Una más en clase
¿El resultado? Su hija, cuenta el fundador de Bemyvega, ya se podía sentar como sus compañeros –no necesariamente en primera fila– y podía ser consciente también de todo lo que pasaba en la clase, porque el equipo (que funciona con tres señales de vídeo que se recogen en tiempo real y se mandan a través de una red que genera el equipo a cualquier dispositivo inteligente que esté en la sala), consigue dar una imagen completa del lugar en el que se encuentra.
Outbarriers, una startup granadina, plantea por su parte una solución a los problemas de accesibilidad que la personas con problemas de visión encuentran en los locales comerciales. Su propuesta se basa en el desarrollo de una baliza con un pequeño altavoz que permite descubrir nuevos comercios y desempeñarse en ellos sin problemas. «Lo usamos para cuando la persona quiere localizar la entrada de un lugar o una máquina de billetes, por ejemplo. Mediante el móvil pulsa el botón y empieza a sonar el dispositivo indicándole que justo ahí está lo que busca», explica Chema Robles, uno de los fundadores de una compañía que está trabajando ahora con instituciones públicas para mejorar la accesibilidad y que cuentan con una fuerte presencia tanto en Madrid como en Granada. Además, el dispositivo, que se puede utilizar descargando simplemente una app en el teléfono, cuenta con mensajes que le permiten al usuario hacerse «un mapa mental del entorno en el que está» y así evita tropezar con algún escalón u otro elemento arquitectónico.
El medio natural tampoco es ajeno a los problemas de accesibilidad que sufren las personas con problemas visuales. Para ayudarles nació Geko Navsat, una startup que desarrolla soluciones basadas en tecnologías de navegación por satélite para mejorar la seguridad de personas y empresas que desarrollan actividades en estos entornos.
Lo hacen a través de su producto Blind Explorer (Explorador ciego), una solución que permite a estas personas recorrer de forma autónoma y segura rutas y entornos naturales a través del guiado sensorial. «Le vamos a reproducir el sonido respecto a su posición. Si está desplazado a la izquierda del camino y está mirando para otro lado le vamos a hacer el sonido hacia la derecha para que se vaya orientando», explica Rafael Olmedo, CEO de una empresa que ha participado en la aceleradora espacIA de la Fundación Once, que próximamente celebrará su tercera edición, y con la que están haciendo accesible el Camino de Santiago.
Ver con el taco
Tuso es otra de las firmas que están innovando en este ámbito. El proyecto surgió en Barcelona, en un skatepark. Allí, varias personas aficionadas a este deporte guiaban con plastilina a otro compañero suyo con problemas de visión el recorrido que tenía que seguir para poder seguir practicando su deporte favorito. Álvaro Millán se interesó por el chaval e ideó una solución que «convierte el tacto en la vista de las personas ciegas». Es decir, consiste en una pulsera que lleva un sistema vibratorio que transmite al usuario el camino que debe de seguir. La ventaja es que funciona a través de Google Maps, por lo que se puede utilizar en cualquier lugar del mundo. Son solo algunos ejemplos de un impulso innovador con un importante retorno social.
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