El coronavirus acelera la «taxificación» de Uber en España

La «app», que aglutina ya a 700 taxistas, responde al desplome de la movilidad con la diversificación

Galiardo destaca el «crecimiento exponencial» de Uber Eats ABC

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Fue casi de un día para otro. El coronavirus silenció las grandes ciudades españolas, llevándose su frenética sinfonía de cláxones y frenazos. El confinamiento motivado por la pandemia hundió un 90% los viajes en taxi y en vehículos de turismo con conductor (VTC). Niveles que se replicaron en Uber. «Han sido momentos muy duros, y nuestra actividad en el segmento de los coches con conductor quedó reducida al máximo», explica durante una entrevista con ABC el director general de la compañía en España, Juan Galiardo.

El directivo pone en valor que en los momentos más duros del confinamiento la actividad de la compañía se limitara prácticamente a realizar iniciativas solidarias, traducidas en casi 10 millones de desplazamientos gratuitos de personal sanitario. Con los cambios de fase de la desescalada, la empresa «puso el foco en la seguridad y fue recuperando actividad progresivamente». Y ahora que el encierro ha finalizado, la demanda «se está comportando razonablemente bien».

«Esperamos recuperar la actividad de antes de la pandemia a finales de año»

«Nos preguntábamos qué pasaría con casos de uso como el de la noche, donde mucha gente nos prueba y que junto al aeropuerto es uno de los segmentos más importantes para nosotros. Por suerte, estamos viendo que aunque los bares y las discotecas no han reabierto al 100%, la gente sigue socializando y sigue utilizando nuestra aplicación», explica Galiardo, que si bien apunta a una recuperación gradual, también reconoce que Uber funciona hoy a medio gas.

Según sus cálculos, la actividad de la plataforma está hoy un 50% por debajo de los niveles precrisis. Además, «agosto será un mes duro». «Esperamos poder recuperar la actividad que teníamos antes de la pandemia a finales de año», explica el director general de la compañía en España, que pone sus esperanzas en que la recuperación registrada estas últimas semanas se amplíe a partir del mes de septiembre.

La actividad de la plataforma esta hoy un 50% por debajo de los niveles precrisis

Mientras la demanda se recupera, la oferta se transforma. Galiardo asegura que durante el confinamiento «se dieron de alta tantos conductores de taxi como de VTC. El volumen de actividad que hacen los taxistas con nosotros ha crecido muchísimo. Empezamos con 50 conductores a finales de año y a día de hoy hay 700 registrados en la aplicación entre propietarios de licencias y asalariados. Podemos ser parte de esa recuperación del sector», explica el directivo, que asegura que el taxi es «una prioridad» para la compañía.

Son números todavía alejados del negocio de las VTC. Solo en Madrid, unas 4.000 licencias de vehículos con conductor están vinculadas a Uber. Pero en la compañía esperan que ambos segmentos se vayan asemejando cada vez más. Distintos colectivos del taxi han denunciado que la plataforma es un foco de precariedad, a lo que la compañía responde asegurando que «muchos taxis han llegado a facturar 4.000 euros al mes» durante los últimos meses. «Creemos que podemos aportar soluciones al sector y estamos viendo una respuesta muy buena», explica el director general de Uber España.

Metro y autobús

Más allá del taxi y las VTC, la empresa cuenta con el ambicioso proyecto de integrar los servicios de metro y autobús de la Comunidad de Madrid en la aplicación. El lanzamiento se retrasó por el coronavirus, pero Galiardo espera «poder retomarlo antes de final de año»: «Queremos contribuir a reincorporar los usuarios del transporte público. No podemos ceder todo el terreno que le habíamos ganado al coche privado».

Por el momento, el servicio que está manteniendo a la empresa es Uber Eats. «Está habiendo un crecimiento exponencial. Mucha gente que no pedía comida a domicilio lo ha probado durante el confinamiento y un buen número de restaurantes han visto una oportunidad en este periodo y han entrado en nuestra aplicación».

El auge de este tipo de servicios ha reabierto el debate sobre las condiciones laborales de los «riders»que colaboran con este tipo de plataformas. Desde Uber aseguran que no han modificado de forma sustancial las condiciones de estos repartidores pese al crecimiento de la carga de trabajo –algo que sí han hecho otras empresas– y que han «redoblado esfuerzos» para que estos repartidores pudieran «maximizar sus ingresos»durante el confinamiento. Eso sí, la plataforma sigue viendo necesario que estos trabajadores no sean contratados para mantener el modelo.

Y en toda esta vorágine empresarial, la compañía se asoma a un «precipicio regulatorio»que puede provocar que miles de licencias VTC desaparezcan en 2021 si no son reguladas por las comunidades. «El gran reto es ver cómo se puede transicionar fuera de regulaciones como el tiempo mínimo de espera, que supone un obstáculo muy importante de cara a la recuperación de la movilidad en ciudades como Barcelona o Valencia», destaca Galiardo, que recuerda que el Tribunal Constitucional se pronunciará en breve sobre la norma de la Ciudad Condal que obliga a la precontratación de coches VTC, una medida que provocó la salida de la ciudad de Uber. El directivo aboga por unas normas que no solo «blinden» a las VTC, sino que también «den flexilibilidad al taxi para que compita en igualdad de condiciones».

Sin cifras definitivas para el ERE

La pandemia está haciendo mella en las empresas de movilidad. Cabify ha anunciado un ERTE entre su plantilla en España y Uber ha optado directamente por el ERE. «Está siendo una transición muy complicada y es nuestra obligación tomar las medidas necesarias para garantizar la viabilidad de la empresa. Ya existían una serie de dinámicas antes del Covid, como la virtualización de la atención al cliente, que hacían que tuviéramos que tomar la difícil decisión de reestructurar el negocio», explica Galiardo, que asegura que todavía no cuentan con la cifra definitiva de afectados por este recorte de empleo. El Covid también ha retrasado la llegada de Uber a los beneficios: antes de la pandemia, la compañía esperaba ser rentable en 2020. Ahora ese objetivo se ha retrasado hasta el año que viene.

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