Silveyra (Cabify): «La reconstrucción de los desplazamientos urbanos será un desafío»
Mariano Silveyra, vicepresidente de Cabify, cree que «no todo lo que pierda el transporte público irá al vehículo particular», y avanza que la compañía continuará ofreciendo el polémico servicio de paquetería
Toda crisis puede traer bajo el brazo una oportunidad. Así lo cree Cabify, la plataforma de movilidad fundada en Madrid en 2011, que esta semana ha presentado además su primer resultado bruto de explotación (ebitda) positivo en España, de 8,16 millones en 2019 , con un beneficio neto de 2,7 millones de euros . En nuestro país, opera ya en Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante, Sevilla, Málaga, Santander, La Coruña, Benidorm y Zaragoza.
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En las últimas semanas, la compañía ha puesto en marcha nuevos servicios, como el traslado con descuento a personal sanitario o el de paquetería, que no ha estado exento de polémica -una asociación de taxis les ha denunciado por «competencia desleal», y le ha valido la apertura de un expediente por parte de la Comunidad de Madrid-. «Probablemente seguiremos prestando el servicio», avanza su vicepresidente, Mariano Silveyr a, en una entrevista con ABC en la que prevé una «reconstrucción» del grueso de desplazamientos urbanos por las nuevas limitaciones al transporte público para frenar el contagio del coronavirus. « Habrá gente que opte por nuevas alternativas de movilidad, como la nuestra . Sería un grave error que todas las ciudades vuelvan a llenarse de coches particulares, porque volveríamos a los problemas de antes: contaminación, accidentes…».
-¿En qué condiciones ha continuado Cabify operando bajo el estado de alarma?
-Hemos estado funcionando desde el primer día, siguiendo muy de cerca en las primeras semanas como se redefinió la demanda. La gran mayoría de empresas (Cabify está inscrita como agencia de viajes e intermedia entre compañías de VTC y el cliente final) han presentado ERTE, buena parte de ellas para el total de su plantilla. Lo que hemos hecho estas semanas han sido desplazamientos esenciales. También hemos tenido un acuerdo con la consejería de Sanidad de Madrid y la de Transportes: se repartieron lotes con el sector del taxi y Uber para movilizar a personal sanitario al centro de salud. Hemos hecho más de 30.000 viajes. Hemos gastado más de 150.000 euros en ese programa. Y hemos estado activando productos e iniciativas sanitarias: 50% para personal sanitario que ha funcionado bastante bien, hemos hecho envíos y moviendo paquetería. Todas estas iniciativas buscaban sobre todo generar ingresos. Nos hemos mantenido activos con un porcentaje reducido de la flota. Esto ha sido a nivel mundial, en los diez países en los que operamos el nivel de confinamiento ha sido muy parecido. Cabify además ha presentado un ERTE por el 100% de la plantilla para reducir la jornada un 50% de los empleados. Esperamos que la actividad de movilidad se retome cuanto antes. El objetivo era lograr la máxima liquidez y disminuir al mínimo el flujo de fondos. Todos hemos estado muy concienciados y muy conectados. El comportamiento de la plantilla ha sido ejemplar.
-¿Ya ha comenzado a incrementarse el número de usuarios?
Es significativo el comportamiento respecto a la precrisis. Antes la distribución tenía mucho peso relevante los desplazamientos en fin de semana. El modo de uso de nuestra iniciativa de movilidad es muy variado: trabajo, razones de salud (esto se ha incrementado bastante) y ocio. Esta es la parte que no se ha recuperado. Esto hemos visto en China con nuestro competidor está ya a un 70% de antes, pero los trayectos de ocio no se han recuperado. La curva de demanda ha cambiado. Vemos crecimientos a doble dígito semana a semana, ya hemos duplicado el volumen respecto al pico mínimo de actividad. Esperamos retomar la normalidad pero no antes de verano, porque también se conjuga con la caída de actividad en los meses estivales. Pero tampoco sabemos cómo se va a comportar este año, en agosto suele caer. Esperamos para octubre o noviembre volver a plena actividad. Trabajamos con distintos escenarios. La idea es ir midiendo en tiempo real para ver cual se activa y en función de eso ir activando inversión y flota. No puedes tener a toda la flota ociosa porque es un sistema de delgado equilibrio entre oferta y demanda. Es un gran desafío porque estamos arrancando desde cero, prima la capacidad de adaptación y la toma rápida de decisiones. Claramente las decisiones en función del escenario que prevemos para la semana que viene serán unas u otras. Claramente desafiante. Si te quedas corto de la puedes jugar bastante. En dos meses y medio hemos desaparecido de la mente del consumidor. Prácticamente nadie ha invertido en marca. Hay que volver a conectar con el usuario y de forma diferente, porque claramente las motivaciones han cambiado y cambiarán. Esto afecta a cada uno de los players. La verdad es que no lo sabemos cómo evolucionará la situación. En todos los escenarios cada una de las motivaciones crecen y se compensan. En España la particularidad es que el mercado es muy finito. En otros mercados no hay limite de vehículos ni en registros, pero sí es complicado conseguir los conductores. En algunas ciudades estábamos ya cerca del total de autorizaciones máximas, cerca del delgado equilibrio. Entendemos que el ocio tardará un poco más en recuperarse, pero al final se recuperará.
-La crisis ha servido para poner en marcha nuevos modelos de negocio. ¿Sobrevirián tras la pandemia?
-Las colaboraciones con la consejería de sanidad e Ifema se han descontinuado, pero el descuento “para héroes” (50% para personal de centros sanitarios) sigue aún activo. Tiene aún recorrido, e iremos viendo como reacciona la demanda. La de paquetería ahí hubo idas y vueltas, hubo mucho ruido. Nosotros nunca dejamos de operar esta categoría, desde inicio actuamos como intermediario. Transportes de Madrid nos dijo que no tenemos autoridad para hacerlo como intermediario, y una semana después empezamos a hacerlo de forma directa, como hacen las empresas de transporte. A día de hoy seguimos así.
-¿Se mantendrá este servicio?
-Posiblemente lo sigamos haciendo porque claramente hay una oportunidad de actuar, y hay una oportunidad de prestar un servicio. Lo prestamos con determinados vehículos que son los que cumplen la regulación de transporte: menos de dos toneladas. La empresa que presta el servicio es una de las subsidiarias de Cabify: Prestige and Limousines, es la que presta servicios de transporte de personas y la que ha asumido la contratación. Cabify (Maxi Mobility Spain) no actúa como intermediador, a pesar de que no estamos de acuerdo con la Consejería de Transportes. Creemos que sí podiamos ser intermediador, pero decidimos hacer ese cambio como un guiño a la administración. Consideramos que lo que hacíamos era perfectamente legal.
-¿Cómo será tomar un Cabify a partir de ahora?
-Desde hace dos semanas entregamos kits gratuitos a todos los conductores, con mascarillas, guantes y gel hidroalcohólico. También ya hay un gran número de vehículos con mamparas protectoras, y se prevé que lo tengan todos. También hay conductores que tendrán mascarillas para el pasajero que no tenga, como medida de cortesía. A los requisitos que ya teníamos se suman. Uno de nuestros requisitos es la seguridad, en Latinoamérica siempre hemos destacado por nuestro concepto de seguridad. Ahora ese concepto se amplía porque verás cuando subas a los coches que las unidades están impecables, que el conductor cumple con determinados protocolos, para evitar el riesgo de contagio. Estamos construyendo esto sobre una base que ya era muy sólida, reforzándola con nuevos atributos de seguridad. Y vamos a seguir compensando el cien por cien de la huella de carbono, los viajes seguirán siendo sostenibles. Y cuidando la calidad del servicio: no es lo mismo que un coche tarda 10 minutos a que tarde tres. Realizaremos un seguimiento a través de la app para saber si los conductores están cumpliendo, y otro tipo de iniciativas de control, como «mystery shopper».
-¿Creen que la gente tendrá más temor de ahora en adelante a subirse a un vehículo con un chófer?
-En China la gente está haciendo caso a las restricciones y están tratando de buscar alternativas de movilidad al transporte público. Parte de esos desplazamientos se harán en vehículo particular, pero claramente no serán la mayoría. En España el transporte público tiene un peso relevante, y ni por capacidad ni por lógica buena parte de ellos irán al transporte particular. Porque el usuario del transporte público era el más alejado del vehículo particular. Si ya carecía de sentido tener vehículo particular para hacer pocos desplazamientos, menos ahora. Pero sí habrá una tendencia a la tenencia de uso de vehículo particular, o a su compra. Pero será un porcentaje menor. Habrá que ver. El desafío en las ciudades será ver cómo reconstruye el grueso de desplazamientos. Habrá gente que decida optar por nuevas alternativas de movilidad, como la nuestra. Si antes era 30, 30, 30, ese 30% de desplazamiento en transporte publico no ira todo al vehiculo particular o a pie, pero con que una parte vaya a alguna de las otras alternativas colapsa todo el sistema. Todos los taxis, cabify, patinetes… no llegan a cumplir ni el 1% del total de desplazamientos. Durante unos meses seguramente se pueda absorber, pero luego colapsaremos. Sobre todo porque estas alternativas están limitadas por regulación o por modelo de negocio (tendrían que duplicar la flota los carsharing). Hay todo un desafío en cómo se redistribuye esa tarta de movilidad. Los usuarios deben sentirse seguros. Sería un grave error que todas las ciudades vuelvan a llenarse de coches particulares, porque volveríamos a los problemas de antes: contaminación, accidentes…. El objetivo de las ciudades debería ser que los vehículos particulares no inunden las ciudades. Deberíamos seguir encaminados a ello.
-¿Los usuarios van a seguir preocupados por el medio ambiente o quedará en segundo plano?
-Creemos que sí. El planeta nos ha dado una advertencia. El planeta respira cuando nos retiramos de las calles. Sería un grave error empezar de nuevo a movernos de forma ineficiente. La movilidad eléctrica debería ser una prioridad lo antes posible. Cuando hemos dejado de funcionar hemos visto el beneficio que representa, tratemos de enfocarnos en eso.
-¿Se está trabajando en un modelo de negocio concreto para suplir a transporte público?
-Estamos estudiando diversas alternativas, aunque por el momento se encuentran en fases muy iniciales. Se trata de proyectos que analizaremos si pueden evolucionar y nos permiten seguir ofreciendo al usuario diversas alternativas de movilidad, que en definitiva es el futuro a medio plazo. En esta línea, poder integrarnos con el transporte público permitiría al usuario tener al alcance de su mano, en un único lugar, todas las opciones para desplazarse por la ciudad acorde a sus necesidades.