Las claves de la inyección histórica: así consiguió el BCE rescatar al Ibex 35

El Ibex 35 se anota una subida del 1,93% y la prima de riesgo cae hasta los 107 puntos

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La artillería del BCE se puso en marcha tras fallos en la comunicación que habían desatado la desconfianza entre los inversores. AFP

La amenaza económica del virus aumenta a la misma velocidad que los contagios. Al riesgo de un bloqueo total de la actividad se añade ahora el miedo a la fragmentación financiera de Europa . El temor a una vuelta a los peores momentos de la crisis de deuda pondría ahora en grave riesgo a los países con más ratio de deuda sobre PIB, entre ellos España e Italia. Y lo haría en un momento en que su demanda de fondos para hacer frente a las necesidades sociales de la pandemia van a ir en aumento.

Esto es precisamente lo que trató de frenar el miércoles por la noche el BCE con un plan de emergencia que, aunque logró contener la escalada del interés en los mercados de deuda y frenar los batacazos bursátiles, terminó por no mostrarse suficiente. Una acción que actuó como un calmante temporal en una jornada bursátil que se asemejó a una montaña rusa con final feliz.

Las bolsas europeas abrieron al alza, tras la inyección de 750.000 millones ayer en la madrugada por parte del BCE. Sin embargo, el bajo dato de confianza empresarial en Alemania y los futuros a la baja en Wall Street dieron la vuelta a los índices europeos, que volvieron a zambullirse en el rojo. Fue entonces cuando volvieron a entrar en acción los bancos centrales, en esta ocasión el de Inglaterra, que bajó los tipos del 1% al 0,25%, lo que volvió a aupar a las fiebres a terreno positiva. Con esas, el Ibex 35 subió un 1,93, acariciando los 6.400 puntos. Incrementos similares se anotaron los parqués europeos, con París subiendo un 2,68%, Milán, un 2,29% y Fráncfort, un 2%, mientras que Londres rebotó un 1,4%.

Debate en el BCE

Sin embargo, el dato más importante tras la intervención del BCE fue la prima de riesgo, que bajó de 161 puntos a 107 , siendo el interés del bono a diez años un 0,86%, muy por debajo de ayer. Hay mucho en juego. Una cierta escalada de los tipos de interés se da por descontada entre los analistas, debido precisamente a las perspectivas de mayores estímulos por parte de los Estados, pero se teme una ampliación desordenada de las primas de riesgo , porque rompe la correa de transmisión de la política monetaria y pone en jaque la estabilidad financiera del Viejo Continente. Cuando menos se esperaba, el coronavirus ha sacado a relucir las diferencias entre los países miembro. Entre el núcleo y la periferia.

La artillería del BCE se puso en marcha tras fallos en la comunicación que habían desatado la desconfianza entre los inversores. En concreto, el presidente del Banco Central de Austria, Robert Holzmann, que dijo que «todas las crisis económicas son también una limpieza» e insinuó que el BCE había llegado ya a sus límites. El interés de la deuda italiana se disparó a los niveles de estrés de 2008, mientras la española escaló hasta el 1,5%. También la miembro del consejo del BCE, Isabel Schnabel, tuvo que salir para intentar salvar la situación y, haciendo suyo el famosos «Whatever it takes» de Draghi , aseguró que el BCE hará «todo lo necesario» para controlar las actuales turbulencias en los mercados de deuda.

«El BCE no solo pone recursos ingentes, sino que modifica la aplicación flexible de coeficientes de compra de deuda a países que sufren ataques especulativos», saluda el director de coyuntura y análisis internacional de Funcas, Raymond Torres, que recuerda que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) tiene una capacidad de intervención de 410.000 millones.

Además, una pata fundamental de los programas de apoyo de los países se basa en avales estatales para que las empresas no sean asfixiadas por la falta de tesorería. Por lo que si se incrementa el interés de los Estados este se trasladaría automáticamente a las empresas. En concreto, España ha creado una línea de avales y garantías para la financiación a empresas de hasta 100.000 millones de euros y ha creado una línea específica de avales de 2.000 millones de euros para las empresas exportadoras y pymes.

«Lagarde ha hecho bien anunciando que no va a permitir una escalada de las primas de riesgo. Probablemente, no es suficiente: una opción es mutualizar parte del gasto a través de la emisión de los llamados eurobonos o coronabonos como ha propuesto Francia. Es un primer paso, pero Europa haría bien en asumir el coste a través de la monetización del gasto, con una flexibilización de las reglas del BCE», zanja el profesor y economista de Fedea, Marcel Jansen.

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