Cataluña no va bien

«La bola de inercia que supone la atracción de capitales a Madrid abre poco a poco brecha con el resto»

IGNACIO MARCO-GARDOQUI

Cuando empezó la estampida de empresas catalanas, empujadas por los absurdos planes del procés muchos creyeron ver en ella, el derrumbe inmediato de la economía catalana. Obviamente no pasó tal cosa, pues una primera fase es que se desplacen los domicilios sociales , que es un acto administrativo con escasas consecuencias, una segunda que se vayan los domicilios fiscales, un movimiento que fue más contenido y una final muy diferente que lo hagan los centros de decisión. Además, aun cuando casi todas las empresas tienen fábricas, éstas carecen de ruedas para desplazarse y por eso los movimientos de desinversión, cuando suceden, tardan años en materializarse.

Esa realidad produjo una especie de alivio irresponsable en las huestes independentistas, al suponer que era la demostración evidente de que sus planes absurdos eran inocuos para su economía . Grave error. Una cosa es que el movimiento sea lento y otra que no exista. El caso del País Vasco es muy ilustrativo. En la época dura de ETA las inversiones se redujeron y las extranjeras cayeron con estrépito. En 1975, 23 de las 100 primeras empresas industriales españolas tenían su domicilio social o sus principales instalaciones productivas radicadas en el País Vasco. Hoy, son 5. Es un proceso silente, pero constante, que País Vasco aguanta solo en términos «per cápita» y gracias a su paupérrima evolución demográfica.

El movimiento coincidió allí con la crisis del petróleo. Ahora en Cataluña coincidirá con la crisis sanitaria del Covid-19 . No sé cual será más dañina, pero las cifras demuestran que, poco a poco, la bola de inercia que supone la atracción de Madrid para los capitales y, lo que es más importante, para la masa gris selecta abre, poco a poco pero de manera constante una gran brecha con el resto y, en especial, con Cataluña.

No solo es ya mayor el PIB de la Comunidad de Madrid, sino que su ritmo de crecimiento es mucho más vigoroso. ¿Las causas? Muy fácil. La inversión huye de los ambientes de incertidumbre y de inestabilidad política y las personas recelan y evitan los entornos sectarios, en donde las querencias políticas suman más que los méritos académicos.

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