ENTREVISTA
Carlos Falcó: «El dinero que mueven las falsificaciones se acerca al de la droga»
El marqués de Griñón y presidente del Círculo Fortuny, asociación española que integra a 56 marcas de lujo, habla en ABC sobre la industria del lujo en nuestro país y el reto de atraer a turistas de mayor poder adquisitivo
No es noticia decir que España es referencia mundial en materia turística. Cada año vienen decenas de millones de viajeros, pero es cierto que en estos momentos el sector vive una desaceleración, hasta el punto de encadenar por primera vez desde la crisis cuatro meses de caídas. A pesar de ello, la buena noticia es que el gasto turístico sí se está incrementando, aunque el impulso de España como destino del turismo de compras es todavía una asignatura pendiente. Y es que según un estudio reciente de Global Blue, nuestro país solo atrae al 13% de los turistas de lujo, muy por debajo de Francia, Italia y Reino Unido, que captan más del 30%. Esta estadística la quiere revertir Carlos Falcó (1937), presidente del Círculo Fortuny -asociación española que integra a 56 marcas de lujo- y del European Cultural and Creative Industries Alliance (ECCIA) -alianza europea que cuenta con más 600 marcas-, que habla en ABC sobre la industria de alta gama.
¿Cómo va este sector en España?
Tiene buena salud. Alcanzamos una facturación de unos 10.000 millones de euros y se espera que crezca más rápido que los competidores. En 2025 podríamos doblar la cifra y entrar en el club de los que están entre los 20.000 y 30.000 millones.
Llama la atención que pese a ser líderes en recepción de turistas seguimos a la cola en el sector de compras.
Yo me fijo más en las tendencias que en las cifras absolutas. Hace años nuestra preocupación era mejorar la conectividad de los turistas chinos, algo que hemos conseguido multiplicándola por diez en los últimos tres años. No digo que vayamos a repetir esto en el próximo trienio, pero con lograr la mitad ya estaríamos en el club de los líderes.
¿Hay vida más allá de China?
Claro que sí. La importancia de China es la que es. Son más de una tercera parte del mercado mundial, tanto por las compras en China como por las compras de los viajeros. Pero hay que tener en cuenta a otros turistas, como los de Iberoamérica, el resto del sudeste asiático... También estamos interesados en atraer a los turistas de Oriente Medio, que son compradores muy importantes en la alta gama. Y no hay que olvidarse de los rusos.
Imagino que piden a los políticos que agilicen los visados.
Claro. A los políticos les toca resolver temas para favorecer la actividad de las empresas. Qué duda cabe que hay que mejorar el tiempo de los visados. España tarda quince días en dar un visado a una familia china, mientras que Francia y Londres tardan uno.
¿Cuáles serían, aparte de atraer a más turistas, los retos del sector?
Creo que el reto es cómo se convierte un artesano español, que viene de siglos de cultura, en una marca, como hicieron en su día Louis Vuitton o Hermès. Eso antes llevaba varias generaciones, pero una de las ventajas del nuevo entorno digital es que hoy día se puede crear una marca en mucho menos tiempo. Hay que aprovechar que a las grandes compañías digitales como Alibaba les interesa el lujo.
¿Cuál es el peso del comercio electrónico en la industria?
No tengo cifras concretas, pero Alibaba tiene en China 700 millones de clientes que compran a través de la plataforma. Fuera de China tiene otros 200 millones. Es la población de Europa y EE.UU., y eso hay que aprovecharlo.
¿Cómo ve el sector el posible gobierno de coalición?
Como empresario lo que deseo es que el gobierno sea «business friendly». Es decir, que creen un entorno similar al de nuestro competidores para competir en igualdad de condiciones. El Estado no crea puestos de trabajo, los crea la iniciativa privada.
¿Afecta al sector la incertidumbre política?
Claro. París ha pagado muy caro las algaradas de los chalecos amarillos, creciendo la mitad de lo que hacía. Barcelona también ha pagado muy caro los disturbios. La imagen internacional mueve a la gente, es lo que determina que un turista venga. Hay que cuidar esa imagen. España ha traído un número récord de turistas. Ahora no hace falta traer a otros 80 millones de turistas, sino mejorar la composición de los que vienen, atrayendo a los que nos interesan más. Eso pasa por el turismo de calidad y no el de sol y playa, que aun así hay que seguir manteniéndolo.
¿Hay más problemas que merman nuestra competitividad?
Es importante la fiscalidad. Cualquier reforma puede afectar muy directamente a la creación de empleo de calidad y la formación de nuevas empresas. Yo les pido a los gobernantes españoles que ayuden a que se genere en los próximos años un crecimiento en nuestro sector como el que ha habido en los últimos. El pasado año crecimos el doble que Europa. Básicamente pedimos que no haya ninguna iniciativa que nos perjudique. También que se vigile desde la UE el respeto a la propiedad intelectual. Que no haya copias que se venden en el mercado paralelo.
¿Cuánto afectan las falsificaciones?
En torno a 130.000 millones de euros. El dinero que mueven se acerca a los niveles de segmentos ilegales como las drogas. Es verdad que las marcas crecen mucho, y que cuanto más crecen más susceptibles son de ser falsificadas. Por eso la propiedad intelectual debe ser una prioridad para Europa.
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