En campaña electoral, «miente, miente, que algo queda» y, encima... ¡sale gratis!
Los españoles reciben hoy tal estallido de cifras y frases contundentes por minuto que ya no pueden discernir entre la verdad y la mentira
![Debate de los cuatro principales candidatos](https://s2.abcstatics.com/media/economia/2016/06/20/politicos-mentiras-k7FB--620x349@abc.jpg)
Miente, miente, que algo queda. Una expresión que se usa casi siempre referida a la difamación, empleada como herramienta sistemática para imponer como verdad algo que quizás es solo un rumor o una sospecha que, además, solemos relacionar con poco menos que conspiraciones y mentes maquiavélicas que sueñan con tener las habilidades de Joseph Goebbels ("Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad", concluía el político alemán y ministro para la Ilustración Pública y Propaganda de la Alemania nazi entre 1933 y 1945). Sin embargo, no solemos relacionarla con la publicidad política. Craso error.
¿Por qué? De alguna manera, cuando los mensajes adoptan la forma que entendemos como "publicidad política pagada", relajamos nuestro juicio. ¿Por qué hay leyes y convenciones que protegen al público de la publicidad comercial engañosa y no pasa lo mismo con la publicidad política? Sea como fuere, nuestros políticos lo saben y, sin duda alguna, se aprovechan de ello, dando por descontado que los ciudadanos (sus votos) se lo tragan todo. Y en campaña, más aún si cabe. ¿La razón? que al final mentir, sin límite ni pudor, en política, no te pasa factura... ¿o sí? ¡Que se lo pregunten al aún presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy! Prometer la bajada de impuestos en su programa de cara a las elecciones de noviembre de 2011 –que ganó, como ya saben claro– pero que luego no pudo cumplir, sino todo lo contrario, desde luego "gratis" no le ha salido.
El caso es... que volvemos a estar en campaña. Porque... ¡llevamos prácticamente año y medio sin salir de ella! Con propuestas diversas –eso sí, aquellas que los ciudadanos queremos oír, dependiendo de esta o aquella tendencia ideológica–, con el "y tú más" de por medio, acusaciones sin fin, insultos varios, argumentos basados en cifras ilusionantes pero difíciles de ser creíbles, promesas irrealizables, datos falsos... ¿Y nos lo tenemos que tragar sin más?
Repasando los mil y un debates con los que nos han obsequiado nuestros políticos "a cuatro" en las dos últimas semanas, y los cientos de entrevistas con las que igualmente nos bombardean día sí día también, quedan en evidencia promesas y cifras que carecen de todo fundamento para ser digeridas con total certeza. Ni media hora necesitó, por ejemplo, Carlos Herrera, en su programa mañanero en COPE, para desmontar con una simple frase,"usted no dijo eso", los argumentos de un Pablo Iglesias, candidato, hoy, de Unidos Podemos, que afirmó "que no se puede ser comunista y gobernar España" y que negó haberle declarado la guerra a todos los medios de comunicación de este país en 2013. Ni salida del euro, ni bajada del IRPF, ni Podemos es comunista. La entrevista destapó un Iglesias que tuvo que renegar en varias ocasiones de su antiguo programa para no caer en el mayor de los ridículos. Para gobernar no somos comunistas, para debatir sí, vino a decir ante el asombro del locutor que le exigió la fuente de los datos en los que se amparaba para justificar sus respuestas.
Los españoles, que con la crisis se han convertido en verdaderos expertos en términos económicos, sin embargo, reciben hoy tal estallido de cifras y frases contundentes por minuto que ya no pueden discernir entre la verdad y la mentira. Entre la manipulación y la realidad. Si se dan datos, ¿por qué no creerlos sin más? Si no se desmontan, por qué no confiar.
En esta campaña, aprovechando el desgaste de muchos españoles que siguen sin vivir como quisieran, o por desconocimiento real de la redirección, y recuperación, de nuestra economía, Iglesias se ha convertido en el rey de la manipulación de los datos. Si bien el candidato socialista, Pedro Sánchez, le va a la zaga. De hecho, reitera sin cesar que las grandes empresas no pagan lo suficiente en impuestos, y que aproximando los tipos nominales a los efectivos se podría recaudar lo suficiente para reconstruir el supuestamente "devastado" Estado del Bienestar. La verdad es que el Gobierno ha recuperado la recaudación de las grandes empresas hasta niveles previos a la crisis (18.878 millones de euros) gracias a la reforma fiscal, que eliminó las deducciones para acercar el tipo efectivo del impuesto al nominal.
También es una constante escuchar que la temporalidad laboral aumenta y aumenta sin cesar en boca de Sánchez, Iglesias y... Albert Rivera, el candidato de Ciudadanos: "Nueve de cada diez contratos son temporales", afirma. Falso. En el mercado laboral, los trabajadores con un contrato indefinido son una mayoría en España (74,9%) frente al 25,1% de los temporales, y en los últimos dos años, el número de trabajadores con contrato estable han crecido en casi medio millón, según los datos oficiales de la EPA. Tampoc es cierto que haya más temporalidad ahora que en años anteriores. En estos momentos, la tasa es del 25% frente al 35% que llegó a alcanzar en las legislaturas socialistas. ¿Y el Estado del Bienestar? ¿Se lo ha cargado Rajoy? Falso. El gasto público en Sanidad ha crecido un 18,2% desde 2003 y en Educación, un 18,5% en igual periodo... Y así un suma y sigue de mentiras tras mentiras que no solo dañan al adversario, sobre todo, a los ciudadanos que sufrirán después las promesas irrealizables por la base manipulada de inicio. Lo dicho, miente que algo queda. Total... Aunque justo y honesto, no es.
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