Caixabank vislumbra un encarecimiento de la carne, los lácteos y las cartas de bares y restaurantes

La actualización de previsiones del servicio de estudios de la entidad recorta al 4,2% el crecimiento previsto para este año, retrasa la reducción del paro y prevé un pico de inflación del 6,8%, que se corregiría en 2023.

Una carnicera consulta un precio en un mercado de abastos en Córdoba Valerio Merino

Bruno Pérez

La inflación escaló el pasado mes de marzo hasta el 9,8% pero es posible que aún no hayamos visto todo el recorrido de la espiral de precios en España. El último informe de Caixabank Research , el servicio de estudios de la entidad financiera, pone el foco en las consecuencias sobre el sector agroalimentario del incremento de precios de las materias primas agrícolas y de los riesgos de desabastecimiento de determinados productos que históricamente se han importado desde Ucrania, como el aceite de girasol, el maíz, el centeno o los fertilizantes, y augura que ese encarecimiento tendrá impacto de forma singular sobre los productos cárnicos, los lácteos y también sobre el llamado canal Horeca: hostelería, restaurantes y cafeterías.

El informe hace hincapié en que el sector agroalimentario doméstico importaba de Ucrania el 63% del aceite de girasol, el 30% del maíz, el 19% del centeno y casi el 8% de los fertilizantes que utilizaba en sus procesos de producción y en que esta dependencia del llamado 'granero de Europa' acabará por impactar en los precios del sector. Ese grado de exposición es mayor en la industria cárnica y en la de fabricación de los productos lácteos, y de forma indirecta impacta en la hostelería.

El escenario augura un incremento de los precios de venta al público de la carne, la leche y sus derivados y también sobre las cartas de bares y restaurantes si no a corto a medio plazo. Los analistas de Caixabank, no obstante, se ubican entre los más optimistas respecto al impacto de la guerra sobre la economía española, que juzgan como importante pero transitoria.

La primera actualización de sus previsiones para España tras el estallido del conflicto en Ucrania, difundida este lunes, recorta del 5,5% al 4,2% el crecimiento previsto para este año, pero augura una rápida recuperación que permitiría al país recuperar ya en 2023 parte del terreno perdido con un crecimiento del 3,8%, respecto al 3,6% de sus previsiones originales. Un escenario que diverge, por ejemplo, del planteado por el Banco de España , que prevé que el crecimiento también se resentirá en 2023 y no recobrará la velocidad de crucero hasta un año más tarde.

Un escenario similar pinta para la inflación, que este año escalaría hasta el 6,8% -también por debajo del consenso de los analistas- y caería al 1,1% de media en 2023 . Caixabank entiende que la inflación subyacente -el núcleo duro de la cesta de precios, que excluye sus elementos más volátiles como los alimentos frescos o los precios de la energía- se estabilizará en torno al 2% el año que viene.

Donde se notará más el cambio de expectativas respecto a la evolución de la economía será en la evolución del desempleo. Antes de la invasión rusa de Ucrania, el servicio de estudios del banco apuntaba a que el paro caería por debajo del 12% en 2023, ahora la previsión es que se quedará en el 12,5%, todavía por encima de la tasa de paro que tenía España en el año 2008.

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