Bruselas confirma que España será el último país en recuperarse de la crisis
Aunque crecerá el 5,6% no recuperará el nivel prepandemia hasta 2023, año y medio después que el resto
La Comisión Europea espera que el PIB español aumente un 5,6% en 2022 y un 4,4% en 2023 . Bruselas mejora así sus previsiones sobre la economía de España, que se quedan, a pesar de todo, muy lejos del optimismo del Gobierno, que a estas alturas todavía cree que este año se logrará un crecimiento del 7%.
Los expertos de Bruselas consideran probable que el primer trimestre de 2022 se vea aún afectado por «circunstancias adversas considerables» a causa del resurgimiento de las infecciones, dado que creen que el creciente número de bajas por enfermedad «actuará como un lastre para la oferta laboral » y como resultado prevén que hasta finales de marzo la economía se desacelere hasta un escaso 0,6% para crecer más vigorosamente después, muy por encima de los demás países, que no habían perdido tanto durante la pandemia por lo que ya han recobrado el pulso del crecimiento y el empleo y vuelven a una velocidad de crucero.
En España se espera que el crecimiento económico recupere impulso a partir del segundo trimestre de 2022. Según las previsiones de invierno, se espera que la economía española recupere los niveles prepandemia en el cuarto trimestre de este año en materia de crecimiento, con un retraso de más de un año respecto al conjunto de la UE que ya los recuperó en el tercer cuarto del año pasado. Además, con un 13% seguirá siendo la economía europea más afectada por el desempleo, por encima incluso de Grecia .
Las expectativas de crecimiento para España están basadas en la recuperación del consumo privado y la inversión , gracias al ahorro acumulado por los ciudadanos durante la pandemia, por la subidas de las pensiones y, al menos teóricamente, por el efecto positivo que se espera del despliegue de los fondos europeos. Como complemento, si la situación general mejora, la recuperación del turismo internacional debería impulsar la economía de un país como España.
En el conjunto de la UE se calcula que después de una expansión del 5,3% en 2021, pasará a un 4,0% en 2022 y un 2,8% en 2023. En la zona euro se espera un crecimiento del 4,0% en 2022 y del 2,7% en 2023. El frenazo en el último cuarto del año pasado estaba previsto pero los técnicos de las Comisión reconocen que ha sido más brusco de lo esperado debido al aumento de las infecciones, los elevados precios de la energía y las interrupciones en la cadena de suministros. Estos problemas y otros más concretos como la presión sobre los sistemas de salud, la escasez de semiconductores y la constatación de que el coste de la electricidad seguirá siendo elevado, lo que mantendrá tensiones inflacionarias al menos en los primeros meses de este año. Este pronóstico asume que la tensión causada por la actual ola de infecciones será de corta duración. Se espera que la actividad económica recupere tracción , también a medida que las condiciones de oferta se normalicen y las presiones inflacionarias se moderen.
En España, la Comisión prevé que la inflación se mantenga en niveles elevados en la primera mitad de 2022, impulsada principalmente por los elevados precios de la energía y da por hecho que los productores van a transferir a los consumidores parte del aumento de los costes no salariales. No se moderará hasta al menos la segunda mitad de 2022 y se prevé que siga desacelerándose en 2023, si se produce una estabilización de los precios de la energía, que por otro lado se prevé también que van a mantenerse en un nivel elevado durante más tiempo del que se pensaba inicialmente. En cifras se calcula que la inflación en España habrá sido de un 3,0% en 2021 y que subirá al 3,6% en 2022 para disminuir al 1,1% en 2023.
Ante una pregunta directa sobre la polémica política por la distribución de las ayudas europeas a la recuperación, el comisario de Economía, Paolo Gentiloni , dijo que en la Comisión «estamos al tanto de esa discusión, pero no estamos en posición de extender nuestro papel» puesto que su competencia se limita a constatar si se han cumplido o no los objetivos diseñados por el propio Gobierno en su plan de recuperación. En cuanto a la reforma laboral recientemente aprobada en una estrafalaria votación parlamentaria, Gentiloni dijo que habían «tomado nota» y que en las próximas semanas será analizada por los expertos comunitarios para determinar si va en el camino de las recomendaciones por países, pero que «personalmente» él considera «positivo» que se hubiera basado en un acuerdo entre los agentes sociales.
También habló de los riesgos concretos para los países que como España están atrapados en un alto nivel de endeudamiento y advirtió de que es un problema al que habrá que hacer frente a medio plazo. «El problema de la deuda elevada existe, aunque por ahora no tiene consecuencias direBctas sobre el diferencial de la prima de riesgo, pero es un problema que deberemos atender para evitar que afecte al crecimiento».
Ha habido pocas ocasiones en las que las previsiones de la Comisión sean tan azarosas, porque dependen de factores que podrían cambiar bruscamente como por ejemplo la aparición de nuevas variantes del Covid-19 o la complicación del formidable pulso entre Rusia y Occidente a causa del futuro de Ucrania. Pero lo que es seguro en estos momentos es que España se está quedando a la cola de la recuperación y aunque las previsiones de crecimiento sean más altas que los demás, vamos a ser los últimos en salir de la crisis.
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