Autónomos y patronal madrileña piden que se paralice el registro por el caos regulatorio
«La medida se tiene que trabajar mejor y, posteriormente, aplicarse sin improvisar», dice CEIM
Inseguridad, improvisación, complicación, caos... Son algunos de los calificativos con los que el mundo empresarial está viviendo los tres primeros días de aplicación de la ley que obliga a las empresas a controlar la jornada diaria de sus trabajadores. Las consultas a los despachos laboralistas se están multiplicando para esquivar la acción de la Inspección, que ayer ya comenzó a actuar, según publicó el propio organismo en un tuit. «La Inspección ya ha iniciado las visitas para comprobar el registro de jornada», apuntó
El control diario de jornada es obligatorio desde el pasado domingo y se produjo dos meses después de la entrada en vigor del decreto que regula esta imposición. Fue preciso, sin embargo, que el Gobierno publicara una guía para orientar a las empresas, sumidas en el descontrol.
Por la confusión generada el presidente de ATA, Lorenzo Amor, ha reclamado que se paralice la ley hasta que un reglamento desarrolle las especificidades de cada actividad y trabajos. Ayer hizo lo mismo el presidente de la patronal madrileña (CEIM), Juan Pablo Lázaro , aseguró que va a solicitar al Gobierno que aplace la aplicación del registro horario «hasta que se sepa exactamente cómo se puede aplicar».
En opinión de los empresarios madrileños, desde hace unas semanas, esta iniciativa ha introducido «confusión, caos e incertidumbre en las empresas, especialmente en las pymes. Por lo tanto, creemos que la medida debe trabajarse mejor y, así, cuando se aplique se evitará inseguridad jurídica sin improvisar», apuntó la organización .
Según los empresarios madrileños, «no tiene sentido que se publique una medida, cuyos detalles se dice que se especificarán posteriormente en un reglamento y cuya complicación en su aplicación ha provocado que un día después de su obligatoriedad se tenga que emitir una guía, pero indicando que es a título meramente informativo, sin perjuicio de la interpretación que hagan lo tribunales», asegura la patronal que dirige Lázaro.
Filosofía controladora
CEIM considera equivocada la «filosofía controladora» hacia los trabajadores que transmite la medida. «El entorno de la empresa ha cambiado y no es de control, sino de confianza y de flexibilidad. En el siglo XXI, se trabaja por objetivos, existe el teletrabajo y la incorporación de nuevas tecnologías», indicó la organización.
Aseguró la patronal que «estamos completamente a favor de luchar contra el fraude de las horas extraordinarias, pero con medidas efectivas y que no supongan ni sobrecostes, ni más burocracia para las empresas».
En este sentido también se ha pronunció Lorenzo Amor, presidente de ATA: «Los autónomos están desconcertados y preocupados porque la nueva norma carece de la necesaria seguridad y certidumbre jurídica para desarrollar su actividad ». Es por este motivo por el que ha reclamado al Ejecutivo que paralice la ley hasta que un reglamento desarrolle las especificidades de cada actividad y trabajos que desarrollan los pequeños empresarios. Recuerda Amor que el 95% de las empresas españolas tiene menos de cinco trabajadores y que muchas «han implantado un sistema de trabajo que combina a la perfección la movilidad laboral, la conciliación, el teletrabajo y se ajustan más a los objetivos que al horario».
Amor lamentó ayer que no se haya excluido a las micro y pequeñas empresas del registro horario como se hace en otros países. Así lo aseguró tras conocerse la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE, que instó a los países a tener en cuenta el tamaño de las empresas y las particularidades de cada sector a la hora de exigir el control de la jornada. «En España, como siempre, tendrán las mismas obligaciones una empresa de 1.000 trabajadores que un autónomo que tenga un trabajador».
Excepciones en Europa
Destacó que hay países como Alemania o todos los del norte de Europa, en los que prácticamente todas sus normas eximen siempre de aplicaciones a pequeñas empresas para evitar que se conviertan en una nueva traba. En España esto no ocurre nunca y por eso es uno de los países de la Unión Europea que contabiliza más trabas para autónomos y pequeñas empresas», apuntó.
CEOE: las empresas cumplen
La organización que dirige Antonio Garamendi es más cauta. Aunque asegura que la norma es compleja y adolece de seguridad jurídica afirma que no se ha planteado otro escenario que no sea el de cumplir con la ley.
«Los empresarios cumplen y no han dejado de trabajar con el Ministerio de Trabajo », señaló a ABC Rosa Santos, directora del departamento de relaciones laborales de la patronal. Así repondía a la titular de Trabajo, que el lunes pasado lamentó que las empresas no se «hayan tomado en serio» la entrada en vigor del registro.