Alemania planta cara a la estanflación
El ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, advierte de que se trata de un «peligro real» y que su departamento está centrado en «hacer todo lo posible para evitar ese escenario»
Nadie en Europa había hablado tan crudamente sobre el peligro de estanflación como el ministro alemán de Finanzas, el liberal Christian Lindner. Lo último que había dicho al respecto Christine Lagarde, presidenta del BCE, hace solo cuarenta y ocho horas, es que «no vemos signos de estanflación en Europa , solo inflación a corto plazo». Pero Lindner ha advertido ante el pleno del Bundestag que se trata de un «peligro real» y que su departamento está centrado en «hacer todo lo posible para evitar ese escenario». El gobierno de la economía más grande de Europa adaptará sus planes de gasto público para mantener por su cuenta «a raya el ciclo de aumento de los precios y crecimiento anémico», ha dicho el ministro, «un desarrollo en la dirección de la estanflación es una amenaza seria ; la gente y la economía pueden confiar en que aplicaremos todas nuestras herramientas fiscales para evitarla».
Lindner justifica así la prolongación de la suspensión un año más del freno a la deuda, que consta en la Ley fundamental alemana y que el gobierno ha aparcado para hacer frente a la revitalización de la economía después de la pandemia. Ha prometido que los presupuestos generales regresarán lo antes posible a la estabilidad fiscal «paso a paso», en busca de «la meta de estabilidad que nos permita seguir siendo solventes» y consciente de que «Alemania debe dar ejemplo de estabilidad fiscal más allá de sus fronteras y hacia el resto de Europa». Y tras referirse a la Reserva Federal Estadounidense y su reciente aumento de los tipos de interés, ha recordado que «el Banco Central Europeo ha anunciado un endurecimiento de su política monetaria , lo que subraya el hecho de que su Consejo de Gobierno ve los riesgos de la inflación y se está preparando para ellos». «Esto demuestra que no podemos confiar en que el BCE organice el crecimiento y que el Estado lo financie permanentemente con bajas tasas de interés». «Tenemos que hacer autosostenible el crecimiento en este país y al mismo tiempo sacar al Estado de la deuda», ha dicho también.
La estanflación se caracteriza por un estancamiento económico combinado con importantes alzas de los precios, un contexto recesivo en el que aumenta el desempleo y la capacidad adquisitiva de la población se ve seriamente recortada. Los precios ya venían un año subiendo de manera sostenida, hasta el 7,5% en Estados Unidos y hasta el 5,8% en Europa , debido a problemas en las cadenas de suministro que ocasionó la pandemia y a una expansión fiscal sin parangón en la historia. Cuando la evolución lógica parecía la reversión, la invasión de Ucrania ha dado con el petróleo en los 130 dólares/ barril y el resto de los costes energéticos también disparados, de manera que no hay forma ya de reducir la inflación a corto plazo. Algunos expertos vaticinan un crecimiento negativo de entre el -0,5% y el -1,5% este año, en el que se esperaba un crecimiento en Europa por encima de la media global, lo que nos situaría en el escenario de estanflación al que nadie desea mirar a los ojos.
El último episodio de este tipo se vivió en los años setenta, cuando los países productores de petróleo elevaron considerablemente los precios del crudo. Cuanto más tiempo dure la guerra en Ucrania, más cerca estaremos de repetirlo y Alemania comienza a tomar medidas. Lindner ha defendido ante el pleno del parlamento alemán un alivio fiscal que supondrá para una familia tipo de una pareja con dos hijos el ahorro de 360 euros al año. Esto se suma a un paquete de 13.500 millones de euros para abaratar el precio de la electricidad. Ha defendido un presupuesto suplementario para afrontar una «situación de emergencia extraordinaria» y la oposición espera una deuda adicional de 50.000 millones que según el ministro de Finanzas estará relacionada «directamente con las consecuencias de la guerra en Ucrania». A cambio, se ha comprometido a eliminar otros proyectos recogidos en el acuerdo de coalición pero que carecen de posibilidades de financiación en el nuevo escenario. «El objetivo principal el apoyar a las personas y a las empresas», ha dicho, «esperamos y apostamos por que no habrá más emergencias el año que viene y podremos entonces retornar al freno de la deuda».
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