El arte de encordar una raqueta de tenis
Babolat, es una vez más el encordador oficial del Mutua Madrid Open
El encordado es un aspecto que suele marcar diferencias en los partidos de tenis. Los jugadores adaptan y personalizan su juego a través del cordaje, buscando que la raqueta esté equilibrada y que la tensión sea uniforme , siempre en función a lo que necesitan para competir. Un trabajo casi artesanal, que en el Mutua Madrid Open lleva años en las manos de los expertos de Babolat .
La marca de Lyon, una referencia con 147 años de historia , cuenta con uno de los espacios más visitados en la zona de jugadores. Cuentan con diez máquinas encordadoras y más de 14 personas trabajando para ofrecer el servicio más especializado a los mejores jugadores del mundo: «En este torneo en particular hay mucha afluencia de raquetas, sobre todo al inicio. Después, los cuadros se van estrechando y va bajando el volumen de trabajo, en un solo día he llegado a encordar 40 raquetas», cuenta Virginia Staatsmann , encordadora de Babolat.
Los jugadores buscan la unión de la raqueta , a través del conjunto del marco y cordaje, para conseguir desarrollar al máximo su juego. Para ello, existen muchas calidades y tecnologías de cordajes diferentes, así como distintos diámetros, pesos y tensiones. Cada jugador personaliza y orienta el cordaje a su tipo de raqueta. «En el tenis no hay nada óptimo, depende de las necesidades y objetivos del tenista. Igual que la tensión, es muy relativa y no existe una estándar . Cada jugador puede pedir una tensión distinta o incluso cambiar de un día al otro», menciona Staatsmann. Estas variaciones son en función de factores como el clima, el estado de la superficie de juego, el tiempo e incluso la altura: «Aquí en Madrid, que no se encuentra a nivel del mar, los jugadores normalmente solicitan un poco más de tensión, porque la pelota va más rápido y para poder controlarla mejor se necesita mayor rigidez. Sin embargo, esta sale con más velocidad sí la raqueta tiene poca tensión».
El proceso de encordado se realiza de manera manual , a excepción de la tensión; ejercida por una máquina especial que tensa el cordaje. Con ayuda de una pinza se fija la cuerda hasta terminar de trenzar, para posteriormente anudar. Siempre se empieza a trabajar por el centro de la raqueta, cuidando que la cuerda coincida con la parte del puente. Mientras se encuerda se va ordenando para que esta tenga un buen aspecto y las cuerdas queden totalmente rectas. «El secreto no es pasar las cuerdas, sino que estas lleguen en el mejor estado posible al final del trabajo y que la tensión sea lo más estable posible». El tiempo que se requiere para terminar una raqueta es de entre 15 a 20 minutos, sin embargo, cuidar el cordaje es lo más importante: «Es esencial que el cordaje esté colocado correctamente, en el tiempo necesario. No es un sprint, es una carrera de fondo, son muchos días y muchas raquetas que hay que trabajar. Para nosotros lo más importante es hacer las cosas bien, la única competición está en la pista de juego ».
Staatsmann, quien ha tenido el placer de encordar la raqueta de Carlos Alcaraz , cuenta en exclusiva para ABC Daily los secretos de su herramienta: «Carlitos lleva una raqueta encordada a 25 kilos verticalmente y a 23 en horizontal . Desde que llegó al torneo conserva esa tensión todos los días y es un jugador que no es muy exigente». Dependiendo de cada jugador, la tensión de las cuerdas verticales y horizontales varía, pero lo primordial es el equilibrio de la tensión del cordaje. En este torneo la tensión más baja la lleva el francés Adrian Mannarino , con 10 kilos, y la más alta es de la jugadora en dobles Ulrike Eikkeri , con 40 kilos.
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