Las cubiertas de la Caja Mágica: Cuando la lluvia no es un problema
Así funciona la joya de la corona del torneo
El Mutua Madrid Open es oficialmente un torneo al aire libre, pero ha conseguido que las condiciones climatológicas no afecten a su desarrollo gracias a las cubiertas móviles que consiguen techar los tres estadios principales cuando aparece la lluvia. Son la ATP y la WTA , organizadores del circuito masculino y femenino, quienes toman la decisión de cubrir las pistas, una decisión meditada y que solo se toma en caso de que las condiciones lo hagan inevitable, pues altera en gran medida las condiciones de juego.
La cubierta de la Caja Mágica que resguarda de las inclemencias meteorológicas tanto a jugadores como espectadores está provista de un sistema con motores hidráulicos , carriles de tren , y pistones que permiten su movimiento. El techo que cubre el Estadio Manolo Santana pesa 1 . 200 toneladas y tiene una superficie total superior a los 6.000 metros cuadrados. Las otras dos pistas (Estadio Arantxa Sánchez Vicario y Estadio 3) pesan 900 toneladas y tienen unos 3.000 metros cuadrados.
«Tener una cubierta móvil en un estadio de tenis te da la seguridad de terminar los torneos en el día fijado, antes podía llover durante varios días y no se podía terminar en la jornada prevista. Otros grandes estadios como Wimbledon y Roland Garros la han añadido», explica a ABC Daily José Francisco Bravo , director de producción del Mutua Madrid Open y responsable de las cubiertas.
La tecnología ha avanzado a pasos agigantados desde que se construyese la Caja Mágica en 2008 , a pesar de esto, sus techos retráctiles siguen estando en el top mundial para sus responsables, tanto en seguridad como en modernidad: «Cada cubierta tiene dos láseres que vigilan cualquier desajuste en el sistema y miden la velocidad a la que se mueven. Si algún elemento obstruyese los carriles, el sistema de seguridad recibiría la información a través de estos láseres y pararía el mecanismo de inmediato».
Los carriles por los que se despliega son iguales que los de un tren, pero el doble de grandes y fuertemente reforzados. Mientras que en otros estadios se desplazan a través de ruedas dentadas o guías, aquí lo hacen mediante unas ruedas de tren que realizan un desplazamiento de 60 metros desde el punto de inicio hasta el final. Después de trasladarse se inclina un total de 15 metros. «La posición final es un guiño al diseño, no es necesaria, pero es un elemento que queda estéticamente maravilloso , se eleva los días sin viento y en los que las condiciones meteorológicas lo permiten», comenta el responsable.
La cubierta de la Manolo Santana tarda en hacer el recorrido unos 13 minutos , y su mecanismo aporta multitud de ventajas. Es, ante todo, eficiente al funcionar con potentes bombas hidráulicas que consumen poco. «Esta maquinaria es única en el mundo, la cubierta es plana y tiene una única pieza móvil. Cuando se desliza para proteger la pista de las lluvias, su sistema de drenaje libera el agua acumulada al estanque que rodea la Caja Mágica, un espacio artificial pero lleno de vida que también es alimentado por una fuente principal o cascada», concluye Bravo.