US Open

Garbiñe se despide en segunda ronda tras caer con la letona Sevastova

La española no encontró el ritmo de su tenis, no tuvo confianza, le fallaron todos los golpes, no restó bien, ni tampoco sacó

La tenista española, Garbiñe Muguruza AFP

JAVIER ANSORENA

En la recta final del primer set, con 5-5 en el marcador, Garbiñe Muguruza cometió uno de los muchos errores no forzados que contribuyeron a su derrota ante Anastasija Sevastova (7-5, 6-4) . Algo le dijeron desde su esquina en la pista central del US Open de Nueva York, donde estaba su entrenador, Sam Sumyk y Conchita Martínez, la capitana del equipo español de tenis. Muguruza, número tres del mundo , se sacudió los gritos de ánimo con un gesto con la mano que parecía querer decir «dejadme en paz, esto lo soluciono yo».

Pero desde ahí, el partido se le puso cuesta arriba. Lo empezó con decisión, con un juego muy largo, dominando el fondo de pista. Parecía encarrilado con un 2-4 a su favor , pero los errores no forzados -firmó un total de 38 en el partido- minaron su confianza en los momentos clave. En ese 5-5, un intercambio de dejadas que levantó la ovación del público cayó de lado de la jugadora letona y con ello, el juego. El definitivo 7-5 acabó de retratar a una Muguruza descolocada, encadenando grandes golpes con tres errores consecutivos. Le regaló la bola de set con una doble falta. Sevastova no perdonó.

Era el comienzo de una de las grandes sorpresas de la segunda ronda del abierto neoyorquino. La tenista hispanovenezolana tenía opciones de salir de Nueva York con el número uno mundial debajo del brazo, en función de los resultados de Serena Williams y de Angelique Kerber. Las tres han ganado un grand esta temporada : Kerber en Australia, Muguruza en Roland Garros y Williams en Londres. Nueva York parecía el escenario para definir quién manda en el tenis femenino. Sevastova no se contemplaba como el gran obstáculo en ese camino, pero resultó ser un hueso duro de roer. La letona, número 48 del mundo, devolvía todos los golpes, ejecutaba dejadas ocasionales a las que Muguruza no siempre supo responder, y no perdió la concentración en ningún momento.

« No le ha temblado la mano », reconocía después la española en rueda de prensa sobre su rival. «No he encontrado la manera de hacer que ella juegue peor», añadía.

En el segundo set, Sevastova no solo no jugó peor, sino que aumentó la presión desde el fondo de la pista sobre Muguruza , cuyo tenis se deshacía a cada juego. La letona llegó a ponerse 5-1, en un juego en el que la tenista española tenía el saque y cometió tres errores seguidos.

A la letona solo le tembló el pulso cuando vio la victoria cerca. Desperdició dos bolas de juego y permitió que Muguruza se acercara hasta el 5-4 y que la pista Arthur Ashe soñara con un tercer set . Pero fue un espejismo. Volvió a disponer de tres bolas de partido y se llevó la victoria en la segunda. Muguruza cogió el camino de su silla con la cara congelada de decepción.

«Estaba nerviosa», reconoció después. «Quizá debo preparar mejor los partidos, no sé», dijo antes de coger el camino al vestuario, después de firmar un torneo muy por debajo de las expectativas. El gesto a su equipo técnico cuando las cosas se torcían es una señal más de lo incómoda que Muguruza ha estado en todo el torneo . Antes del arranque, ya dijo que Nueva York no era su lugar preferido, que ella no era «una chica de ciudad». Se acaloró en su debut contra la belga Elise Mertens, número 137 del mundo, en un día de verano pegajoso neoyorquino, y cedió un set. Ayer, entre el bullicio del público neoyorquino, nunca pareció jugar a gusto.

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