Garbiñe Muguruza, o cómo compaginar el tenis y unos tacones

La campeona de Roland Garros casi no ha desconectado desde la victoria contra Williams

Garbiñe Muguruza levanta la copa del Roland Garros AFP
Angie Calero

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« Éste es el año más difícil de mi carrera », vaticinó Garbiñe Muguruza el pasado mes de enero. «Dime algo que no sepa», le espetó a su entrenador, Sam Sumyk, en uno de los descansos de los cuartos de final del Premier 5 de Doha (Qatar) en febrero, cuando vio que se le escapaba el set definitivo ante la alemana Andrea Petkovic . Era un partido repleto de escarpaduras que terminó con la victoria de su contrincante alemana. Quién le iba a decir a esta joven, vasca y venezolana a partes iguales, que tres meses más tarde se coronaría como la campeona del torneo Roland Garros. En los últimos años se la ha tildado como la joven promesa del tenis y ahora es la más buscada . Alabanzas que no solo aparecían en las secciones de deportes de los principales medios de comunicación, sino también en revistas y semanarios sobre estilo de vida. Hasta «Forbes» llegó a incluirla en el listado de las treinta personas más influyentes de Europa que todavía no han llegado a los treinta.

«Los Mugu»

«Garbi» -como la llama su círculo más cercano-, empuñó una raqueta por primera vez a los dos años, cuando todavía vivía en Venezuela y acompañaba a sus hermanos, Igor y Asier , de once y diez años más que ella, a entrenar a un club privado. Poco después, ellos cruzaron el charco y se instalaron en Barcelona para entrenar en la Academia Bruguera. Garbiñe acudió al año siguiente cuando «los Mugu» -así se llama el grupo de Whatsapp familiar-, decidieron que ella y su madre, Scarlet , también debían instalarse en la ciudad condal. Allí Garbiñe continuó entrenando en la misma academia que sus hermanos y comenzó a admirar a Arantxa Sánchez Vicario y Rafa Nadal, también a Roger Federer y, sobre todo a Serena Williams, a quien ganó en el Roland Garros.

Una victoria de la que empieza a ser consciente ahora. «Han sido unos días peculiares para ella. Ha estado muy contenta, como en una nube , pero también es consciente de que ahora no puede dejarse ir. Ahora está en Mallorca y después viene Wimbledon», cuentan desde su entorno. Y añaden: «Se la ve muy cambiada, mucho más serena y contenida , más equilibrada, mucho más calmada y sabiendo lo que le viene encima». Sus amigos más cercanos afirman que Garbiñe «se siente muy orgullosa de lo que ha hecho y sabe que tiene que trabajar duro».

Cuando en las portadas de los quioscos aparece una deportista de élite que acaba de vencer a Serena Williams, se tiende a mitificar al personaje, olvidando que no deja de ser un humano. A escasos meses de cumplir 23 años, Garbiñe tiene los gustos, aficiones y ganas de disfrutar propios de cualquier joven de su edad . Le encanta la música, «desde ‘Paquito el Chocolatero’ hasta músicos brasileños». También es aficionada a los coches, se sabe todos los modelos; y, por supuesto, le «gusta mucho la moda».

Desconecta viendo películas «de miedo y sangre», un género con el que ha crecido gracias a sus hermanos. «Es curioso, ella tiene ese punto de ‘chicazo’, pero también es súper femenina . Es una combinación muy graciosa», cuenta una amiga cercana, que ha visto la evolución de la tenista durante los últimos años y sabe a qué dedica su tiempo libre cuando viaja y tiene que pasar largas horas en el hotel: «Desconectar para ella supone no gastar más energía de la cuenta ». También recurre a Youtube: «Le encantan los videos, desde los de cocina hasta los de maquillaje».

Que Garbiñe «es muy coqueta» no hace falta que lo confirme su entorno, solo hay que bucear un poco en la hemeroteca para ver que ha llegado a bromear con ir vestida de gala al supermercado y que ha llegado a sufrir ante la obligación de ir en chandal para entrenar. Que es presumida también lo dice su armario, donde todas las sandalias tienen un tacón de 15 centímetros . «Me encantaría poder arreglarme todos los días», decía. Ella siempre ha considerado que la feminidad no debe estar reñida con la ambición por un deporte. De hecho, para llegar a un término medio, siempre utiliza la línea de Adidas que diseña Stella McCartney , que no es simplemente ropa de deporte.

Revolucionar el universo del tenis y viajar durante siete meses al año también tiene momentos difíciles. No es fácil combinar el deporte de élite con la vida personal. Por eso utiliza las vacaciones para reunirse con su familia. « Es muy hogareña, los Muguruza son muy piña», dicen amigos de la familia . Respecto a cuestiones amorosas, la tenista ha comentado en varias ocasiones que está centrada en su carrera. «Prefiero aplazar el amor: me va a desconcentrar».

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