Roland Garros
Davidovich no encuentra techo en París
El español supera a Delbonis y se cuela en los cuartos de un Grand Slam por primera vez en su carrera (6-4, 6-4, 4-6 y 6-4) y se medirá con Zverev
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Fuerte, serio, formal y poderoso, Alejandro Davidovich ya no tiembla ante los imposibles, convertidos en opciones de seguir construyendo una carrera con muy buena pinta. Está en cuartos de final de Roland Garros , rotos todos los techos en los Grand Slams, pero no es una casualidad, sino la recompensa a mucho trabajo en los circuitos challenger y a muchísimo más para cuadrar esa cabeza que se llenó de ilusiones cuando levantó Wimbledon júnior en 2017.
Cierto es que todavía está en crecimiento, recién cumplidos los 22 años , pero ya son hechuras de proyecto sostenible y sostenido. Agarrado a un tenis alegre, sorprendente y lleno de trucos, capaz es de golpear la pelota a 200 kilómetros por hora con el saque como de sacarse de la nada una dejada perfecta.
Así acabó con Federico Delbonis (6-4, 6-4, 4-6 y 6-4), muy buen jugador de tierra, pero que no aguantó los cambios de ritmo, alturas y todo propuestos por el español. Ya se cree que puede, después de una época en la que los éxitos parecían tener que llegar de la nada porque era campeón de Wimbledon con 18 años. Pero tuvo que trabajar para atemperar el espíritu guerrero y juvenil de quien se cree el dueño del mundo.
De la mano de Jorge Aguirre desde que era un crío, planea bien en pista dura y se desliza bien en tierra. Alcanzó los octavos de final del US Open 2020 y ahroa está en cuartos de Roland Garros. Un crecimiento pausado y una madurez que se notaron en pista, inalterable cuando se vio 1-3 al inicio del encuentro, inalterado cuando todo empezó a soplar a favor. Todavía se enfada, todavía lanza gritos e improperios al aire. Ese carácter endiablado que lo caracteriza desde su irrupción en los torneos de categoría. Pero ya no se despista. Deja soltar la rabia y sigue con el trabajo . Punto a punto sin saltarse ninguno.
Delbonis solo pudo sacarlo de su táctica en el tercer set, soltado al aire un «dos juegos de mierda», pero volvió a recomponerse para volver a empezar. Y otro set férreo, apretando cuando debía y apuntalando con su servicio lo que ganaba al resto . Y aunque todavía tembló la mano, una doble falta y un saque por abajo inapropiado para ofrecer dos bolas de rotura cuando sacaba para ganar, sonrió por fin después de dos horas y 56 minutos de muecas y sufrimiento. Davidovich se regala unos cuartos de final, arrodillado en la Suzanne Lenglen y masajeado el brazo después de la batalla.
«Estoy por méritos propios»
«Han sido tres horas, como has dicho, he disfrutado mucho. Gracias a mi equipo que me apoyan cada día. Muchas emociones ahora mismo, estoy muy contento. Estaba muy nervioso con mi servicio, solo quería golpear la pelota en ese último juego, así que Dios, gracias a ti. Estoy muy cansado ahora», comentó antes de acercarse a los suyos y haceerse una autofoto para recordar el instante en el que pisaba los cuartos de final por primera vez.
El miércoles habrá otra batalla contra Alexander Zverev , que batió a Kei Nishikori por 6-4, 6-1 y 6-1 en una hora y 54 minutos. Por el momento, no hay freno en su camino, apoyado por una grada que ya lo adora. «Lo dije el primer día: jugar en París es como jugar en casa. La afición y toda la gente está a tope y cantando mi nombre y eso me suma muchos puntos y con mucha más energía para seguir luchando y sufriendo en cada bola».
«Sinceramente, yo cada torneo al que voy, voy a ganarlo. Estoy en cuartos de final por mis propios méritos. Todo el trabajo que hemos hecho atrás estos meses ha sido para estar aquí , disfrutando y seguir mejorando en pista. Este resultado es esperado y no esperado. Cada partido es un mundo y yo he dado mi máximo en todos. Estoy contento de estar en cuartos y lo daremos todo para estar en semifinales», comentó tras el partido. «Ahora solo quiero descansar, que está siendo una semana bastante dura, con muchas emociones y que sea lo que tenga que ser. Estoy disfrutando cada momento, cada día. Lo que venga, bienvenido sea ».
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