Real Madrid

El vestuario censura los desaires de Bale y Kroos

Los capitanes consideran que esos gestos perjudican a la plantilla y piden que se piense en la unidad del grupo, que salió reforzada tras la autocrítica

Vídeo: Solari, sobre Bale: «Que celebre los goles como quiera, pero que los haga»

Tomás González-Martín

Los líderes de la plantilla del Real Madrid cogieron el toro por los cuernos ante los ocho días decisivos que marcarán el devenir de su temporada. No les gustó el feo gesto de Bale con Lucas , al rechazar su felicitación al anotar el 1-2, y en el fuero interno del equipo tampoco agradó la reacción de Kroos, enojado, cuando Solari decidió sustituirle por Fede Valverde. Los capitanes y otros futbolistas hablaron en el vestuario y expusieron de manera sencilla que deben evitarse esos desaires que perjudican la imagen del grupo y pidieron que todos piensen en la unidad del equipo. Una unión que salió reforzada tras la autocrítica interna. Los pupilos de Solari hicieron piña ante los tres partidos que determinarán el futuro del Real Madrid y el porvenir de ellos mismos.

Solari tiene el apoyo del club. El entrenador expuso a la entidad que tiene las ideas muy claras y se siente refrendado por la empresa

Rocoso, inexpugnable, el entrenador también cerró filas ante las ocho «fechas» determinantes para su cargo y curó internamente la herida generada por Bale. Es hora de sumar y no de poner palos en las propias ruedas. Las gesticulaciones de Bale y de Kroos son los últimos capítulos de una película protagonizada principalmente por Isco, cuya desconexión de la plantilla es una evidencia supina. Suplente fijo para Solari, el malagueño espera al final de temporada para decidir su futuro. En la misma tesitura se encuentra Bale, que acabó sin hablarse con Zidane y ahora repite egoísmo frente a un preparador debutante que ha roto con el poder del vestuario hasta salir de la antigua crisis con decisiones puras de rendimiento, sin mirar el apellido y los títulos de un ramillete de hombres consagrados que ahora no rinden como hace un año.

Libertad con el bisturí

El técnico llegó al mando del plantel el 29 de octubre y decidió quitar del once cronológicamente a Isco, Asensio, Marcelo y Bale, en el caso del británico por culpa de su enésima lesión en el sóleo. El argentino asumió el timón de un equipo que tocó fondo y lo sacó a flote al dar protagonismo a jóvenes como Reguilón , Ceballos, Marcos Llorente y Fede Valverde.

Bale cambió de actitud. El galés sabe que estuvo mal al rechazar a Lucas y luego se abrazó con Modric, Carvajal y Casemiro

El nuevo responsable de la plantilla actuó con finura. No quería escuchar la frase del vestuario triunfal: «Nosotros hemos ganado todos los títulos posibles y usted no ha ganado ninguno». Se anticipó y no dejó expresarla él mismo desde que llegó para curarse en salud: «Este vestuario tiene mucha experiencia, lleva mil batallas a sus espaldas, ha ganado todos los títulos y no tengo que decirle muchas cosas ». A eso se le llama entrar con mimo para meter el bisturí sin jaleo cuando hizo falta. E introdujo el bisturí, apoyado por el club, que le dijo: « Tiene total libertad para hacer lo que considere necesario con tal de sacar al equipo de esta situación y devolverlo a la normalidad». Así fue.

El primer jugador que pagó la crisis fue Isco. Lopetegui le hizo reaparecer prematuramente tras su operación de apendicitis y Solari le indicó que no jugaría hasta que recuperara la forma. Se abrió una brecha que nunca se cerró. El andaluz discutió con el preparador en Éibar, tras hacerle saltar al campo con el 3-0 en contra, y con su ayudante, Santiago Sánchez. El distanciamiento del malacitano con el cuerpo técnico fue absoluto, un antagonismo que hoy persiste. La nula actitud de Francisco Alarcón ha agravado la situación y sus mensajes en las redes sociales, criticando la diferencia de trato, solo han servido para agigantar el divorcio.

El segundo futbolista que perdió su silla fue Asensio. El entrenador dio muchas oportunidades al mallorquín para asentarse en el once. Era lo que el Real Madrid esperaba. El club no fichó un delantero para que Marco tuviera un hueco fijo. Sin embargo, desaprovechó este tratamiento deferente y acabó por perder la plaza a los pies de Vinicius, que se ha convertido en el alma del ataque madridista.

El tercer consagrado que pasó a la reserva fue Marcelo. Solari le ha querido salvar con partidos constantes, 24 ha disputado el brasileño, pero no ha vuelto a ser el de antes, lastrado por seis dolencias musculares. Al final, los problemas defensivos tuvo que resolverlos con la inclusión de Reguilón, que le ha ganado la posición con eficacia, poderío físico e inteligencia . Segundo capitán tras Ramos, Marcelo ha mantenido un comportamiento ejemplar con el equipo. Su apoyo desde el banquillo, sus aplausos y sus saltos de alegría en los goles de los compañeros han demostrado una fidelidad que Bale e Isco no conocen. No obstante, el lateral ha manifestado con crudeza que si continúa así será mejor que le vendan en junio.

El grupo da primacía a la unidad

Bale ha sido el cuarto jinete destronado. Su lesión en el sóleo le tuvo un mes sin jugar y tanto Vinicius como Lucas se consolidaron en la línea ofensiva hasta transformarse en imprescindibles. El enfado del galés por su suplencia es palmario. Lo demuestra en cada partido. En Valencia calentaba en la banda y se sentó en el banquillo, una decisión unilateral, cuando vio que Fede Valverde era el primer recambio. Va por libre y lo expresa con hechos. Solari no hace más que tirarle flores por su capacidad goleadora y el británico las pisotea.

Kroos se subió extrañamente a este tren con su enojo por ser la primera sustitución en el Ciudad de Valencia, un hecho que explicaba su flojo rendimiento actual.

Los líderes del plantel han querido frenar este tren e introducirlo en la vía correcta. Ramos no ha dejado de ayudar a Isco sin que su paisano reaccione. El grupo pide unidad y respeto a los compañeros. Solari se siente respaldado desde la cúpula. Precisamente se le criticó por dar descanso a Vinicius y Reguilón ante el Girona. El argentino ha expuesto en la casa que será fiel a sus ideas. La entidad le defiende. Algunos aún no se han dado cuenta de la revolución.

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