Real Madrid-PSG
La nueva vida de Keylor Navas
París se rinde al costarricense, de nuevo mostrando un nivel top. Su adiós también ha sacado la mejor versión de Courtois. Se reencuentran hoy en el Bernabeú
![Keylor, durante el entrenamiento de ayer en el Bernabéu](https://s2.abcstatics.com/media/deportes/2019/11/26/navas-bernabeu-kcwF--1248x698@abc.jpg)
Verano de 2014. El Madrid plantea una dulce transición en la portería. Casillas apura su tiempo de blanco y el club elige a Keylor Navas como su sucesor. Un verano después, el mostoleño decide marcharse al Oporto, dando plenos poderes al costarricense, pero por el camino aparece una oportunidad de mercado que hace cambiar los planes blancos. De Gea, por entonces el mejor guardameta del mundo, termina contrato con el United en 2016 y decide no renovar, hastiado de tener a Van Gaal en el banquillo. En ese río revuelto, echa la caña el Real Madrid ofreciendo 30 millones más Keylor. Trato cerrado pero fallido, por culpa de aquel famoso fax fuera de plazo. Lo que entonces no sabía nadie es que la maldita burocracia fue un pasaje hacia el cielo
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Con Navas, el Real Madrid encontró un portero sólido, con un mano a mano felino, reflejos infranqueables y un alto porcentaje de acierto en los penaltis. Solo flaqueaba en el juego aéreo, pero ahí Casillas también era algo flan, y eso no fue óbice para que ambos alcanzaran un estatus de top mundial. Navas llegó ganando menos de dos millones de euros y se fue cuando su soldada alcanzaba los cinco «kilos» y su palmarés brillaba con tres Champions. Esta noche, regresa al Bernabéu tras un abrupto adiós que dejó cicatrices entre una gran mayoría de aficionados blancos.
La edad penaliza a Keylor
Las diferencias entre Navas y el Madrid aparecieron conforme el costarricense cumplía años y el fútbol evolucionaba hacia plantillas con dos porteros de máximo nivel. Una ecuación en la que Keylor estaba vendido. En la dirección deportiva blanca era prioridad no competir con un suplente de nivel medio, y en el verano de 2018 no iban a dejar escapar una nueva oportunidad de mercado. Courtois había decidido no renovar con el Chelsea , cansado de Mourinho, y aterrizó en el Madrid por 35 millones. Ese fue el principio del fin de Navas
El belga, seis años más joven que Navas y premiado con el Guante de Oro en el Mundial de Rusia , se hizo con la titularidad en un pestañeo y mantuvo ese rol toda la temporada, pese a no sumar méritos deportivos para ello. Aquello tocó el orgullo de Keylor, relegado a la suplencia sin motivos de peso y envenenado por la nómina de su compañero, dos millones por encima de la suya: «No eran los mejores amigos del vestuario», desvela el entorno del costarricense: « Keylor creía y cree que es mejor portero que Courtois. Entre ellos había respeto, pero nunca hubo química», añade.
Navas se sentía injustamente desplazado, y Thibaut maltratado por los medios, a los que consideraba afines a Keylor e hirientes con él. Entonces, volvió Zidane, y su regreso lo embarulló todo un poco más. Volvió a contar con Navas y le hizo creer que habría competencia de igual a igual, pero no fue así: «Nadie lo va a reconocer nunca públicamente, ni siquiera el propio Zidane, que es el que tuvo que ‘tragar’ con Courtois. El preferido era Navas», explican personas cercanas al tico.
El presente y el futuro de la portería del Madrid es Thibaut, y así se lo transmitió el club a Zidane. Navas, una vez conocidos los planes, se despidió el 19 de mayo en el Real Madrid-Betis (0-2) que puso fin a la pasada temporada: «Siempre se sintió muy querido por el madridismo y ahí su sentido adiós». Lo hizo orgulloso de sus cinco años de blanco, pero dolido. Con 32 años, se encerró en su familia y su fe, prefirió morderse la lengua para no decir algo de lo que pudiera arrepentirse, y se centró en encontrar un equipo top que le diera el último gran contrato de su vida. Ahí apareció el PSG, que al principio del verano quiso llevárselo gratis, algo que no aceptó el Madrid, y que en los últimos días de mercado puso los 15 millones que exigía el club blanco.
En su nuevo reto en París, donde vive felizmente con su familia, ha entablado una estrecha amistad con Icardi y Wanda , su famosa pareja, y disfruta del reto de darle al PSG la primera Champions de su historia: «Su lugar favorito es la Torre Eiffel, y en cuanto pueden se escapan a Disneyland para que los niños disfruten. En el vestuario ha caído de pie, entre la afición también y está aprendiendo francés. Está muy identificado». Es la nueva vida de Keylor, referente e ídolo en el PSG en tan solo tres meses con un rendimiento sobresaliente. Como Courtois, que por fin acumula paradas y actuaciones que empiezan a recordar al gran portero que fue. Ambos han salido ganando. Sus clubes, también. Hay morbo hoy en el Bernabéu.