Real Madrid
Los disparos en el pie de Zidane
Su particular política de rotaciones no funciona, irrita a ciertos jugadores y pone en alerta a la planta noble. El galo usó 27 onces distintos en 27 jornadas de Liga
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Tres dobletes de Liga y Champions ha logrado el Real Madrid a lo largo de su historia. Dos en la década de los cincuenta (1957 y 1958) y el tercero, 59 años después (2017) gracias a la impecable gestión de Zidane. Entonces, logró lo que nunca antes había conseguido otro entrenador. Tener dos equipos titulares en una misma plantilla, éxito que le condujo al premio doble final, admirado y aplaudido por propios y rivales.
Ya se habían visto anteriormente equipos de tres/cuatro suplentes con nivel para que su entrada en el once no mermara el potencial del mismo, pero con Zidane , el Madrid llegó a modificar hasta el ochenta por ciento de su once y el rendimiento no solo no variaba, sino que incluso elevaba el nivel.
Aquella metodología la ha vuelto a poner en práctica el técnico francés en esta segunda etapa en el banquillo del Bernabéu, pero metidos ya de lleno en marzo y con la primavera a la vuelta de la esquina, Zidane aún no se ha dado cuenta de que lo hecho en 2017 no vale para 2020. Ni tiene un plan B con el nivel de hace tres años, ni está tan acertado en la gestión del mismo, deshaciendo camino andado y pegándose tiros en el pie que ya le costaron caer en los cuartos de Copa , le puede penalizar en octavos de la Champions y, de momento, le ha privado de depender de sí mismo en la Liga, el título que más tiene a su alcance y que más se ha empeñado en complicarse.
Ya en el autobús camino al aeropuerto, Zidane repasaba junto a sus ayudantes el partido más calamitoso del equipo durante este curso. Impensable una función así en el Benito Villamarín , justo después de ganar el clásico y recuperar la primera plaza de la Liga. El equipo hizo un partido indigno de ese escudo, pero el entrenador volvió a usar las piezas de un modo que solo él sabe descifrar. 27 onces titulares ha utilizado Zidane en 27 jornadas de Liga. 38 en total si sumamos las onces fechas que estuvo al frente del equipo en el tramo final de la pasada temporada. De hecho, solo en dos ocasiones ha repetido alineación este curso. En el duelo de Champions en Estambul ante el Galatasaray (0-1) y el siguiente, en Liga contra el Leganés (5-0), y en la semifinal y final de la Supercopa de España jugada en Arabia.
Rotaciones radicalizadas
Tanto movimiento en el tablero ha desnudado las carencias de una plantilla en la que no todos los jugadores tienen nivel para estar en ella, aunque Zidane insista en demostrar lo contrario. El guantazo sin anestesia de Copa no parece haberle hecho pupa al francés, y la temporada comienza a acumular goteras en el momento en el que los resbalones cuestan títulos. Desde aquel atrevido once ante la Real Sociedad, que le costó la eliminación el torneo del K.O, hay ciertos jugadores que no comprenden los motivos de agitar tanto el árbol cuando el equipo había acumulado cuatro meses sin perder y se había hecho fuerte en área propia, disimulando su déficit de gol.
En ese escenario, Kroos es el jugador más molesto. Señalado en el derbi de Liga, suplente contra el City, y otra vez en la diana el domingo en el Villamarín . Tipo elegante y alérgico a las portadas, Toni nunca le hará un desplante público a Zidane, pero no entiende qué ha visto en él su entrenador para señalarle con el dedo en este último mes sombrío del equipo.
Tampoco en el vestuario se entienden ciertas decisiones del francés. Bale, de la grada al once y del once al banquillo. Lucas, de la grada al once y del once a la grada. James , grada o banquillo. Mariano, de jugador número 25 a delantero salvador. Jovic, de decena de oportunidades a la grada. Rodrygo, segundo máximo goleador del equipo, degradado al Castilla. Y la más inexplicable, Mendy y Valverde, de insustituibles a la suplencia.
Extrañas suplencias
A falta de talento, con Hazard y Asensio lesionados toda la temporada, y sin la capacidad goleadora de antaño, tras la marcha de Cristiano, Zidane acertó construyendo este Real Madrid desde atrás, con Mendy y Valverde dándole el vigor y el músculo que el fútbol moderno exige. Gasolina para un equipo con varios titulares por encima de los treinta. Este último mes, de tono azul oscuro casi negro, ha coincidido con la pérdida de la titularidad de ambos, y en ninguno de los dos casos por causas de fuerza. Ni la plantilla ni los dirigentes se explican cómo Zidane ha amputado a su equipo sin dos de sus piezas más valiosas de este curso.
Otro de los disparos en el pie del francés ha sido su regreso al 4-4-3, con el que cayó en Copa y con el que sucumbió en el Villamarín. Si Zidane encontró la pócima adecuada con cuatro centrocampistas, e incluso a veces con cinco, no se entiende que insista en el 4-3-3. Si, además, en ese centro del campo coinciden Kroos y Modric, al que los partidos ya se le hacen muy cuesta arriba, el número de grietas aumenta.
De todo ello se toma nota en la planta noble, donde se mantiene la confianza en Zidane pero se mira con perplejidad algunas de sus decisiones. El inminente desenlace de los octavos de Champions y los próximos partidos de Liga serán claves para el futuro del técnico francés.