Real Madrid

Courtois, de las comparaciones odiosas a alcanzar a Buyo

El belga se ha convertido en un líder del sistema de Zidane y se ha ganado el aplauso de la afición

Tomás González-Martín

La Supercopa de España es la primera opción de título que tiene Courtois en el Real Madrid, baluarte de un esquema que busca el gol con la premisa de mantener la portería a cero. El guardameta ha encontrado por fin la felicidad en el club blanco. Le ha costado año y medio, un periodo teñido de ataques y de comparaciones odiosas con Keylor, ganador de tres Champions consecutivas. El cambio no era tranquilo, era difícil, pero ha solidificado con el paso del tiempo y con el cambio táctico establecido por Zidane tras la derrota de Mallorca, un sistema de cuatro centrocampistas, presión desde arriba y disciplina de marcaje que acabó con la sangría de goles.

«Thibaut es el mejor portero del mundo». Palabra de Zizou. Los jugadores creen en él. La plantilla pensó en su día que los ataques contra su compañero eran injustos, porque todo el equipo fallaba en defensa y el pagano era quien llevaba los guantes. «Nadie, ni él mismo, dudaba de su potencial, es un gran portero», advierte Carvajal. «Lo está demostrando y nos va a dar muchos puntos». Courtois, en efecto, nunca perdió la fe. Soportaba muchas críticas y la afición llegó a pitarle en el Bernabéu. Areola tuvo su oportunidad. Pero un error suyo en un pase con los pies dejó claro al madridismo que todos son demasiado humanos. Courtois regresó a la titularidad y se consolidó.

Once partidos imbatido: solo recibio algún goles en diez encuentros; en Liga, 9 veces imbatido en las 16 jornadas que ha jugado

Hoy es, al fin, un líder del «pasillo de seguridad» del conjunto blanco, que comparte con Ramos, Casemiro y Benzema. Ha pasado de los pitos a los aplausos. Se ha ganado el respeto de los seguidores. El Real Madrid posee la mejor retaguardia de la Liga, solo doce goles recibidos en el ecuador del campeonato. La mejor cifra desde la temporada 1987-88, con Buyo como cancerbero. Courtois ha recibido nueve de esos doce tantos en las 16 jornadas disputaas por él. Areola sufrió los otros tres tantos.

El belga ha jugado 21 partidos oficiales a lo largo de la campaña y ha salido imbatido en once. Son datos sintomáticos del gran nivel alcanzado por el sistema defensivo de Zidane. Courtois ha pasado de la bronca a las felicitaciones desde que el entrenador aplicó esa revolución en Estambul, donde el Real Madrid venció 0-1 y salvó su futuro en la Champions además del porvenir del técnico y de muchos futbolistas. Desde entonces, el equipo acumula catorce partidos invicto, diez en Liga y cuatro en Copa de Europa.

Recordemos ahora lo que se decía del belga hace tres meses: «No vale para el Real Madrid, no hace los milagros que requiere este club». Eran momentos crudos, marcados por la derrota en París, 3-0, que abrió la caza de brujas. El cazado fue Courtois, como si fuera culpable de todo. «Estoy contento de demostrar el nivel que necesita el Real Madrid», responde ahora el portero. Se le exige ser decisivo y ya lo es. La Supercopa es la gran oportunidad de ser determinante para ganar un título.

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