Al Khelaifi, en la previa del partido en el Bernabéu AFP

S. D.

La remontada del Real Madrid ante el París Saint-Germain no sentó bien entre los dirigentes parisinos. El primer gol del conjunto local, que fue el preludio de una remontada histórica, se entendió como una afrenta por Nasser Al-Khelaifi y Leonardo, su director deportivo, por no haber señalado el árbitro falta de Karim Benzema sobre Donarumma. La cúpula del PSG consideró que esa acción resultó determinante para el resultado final del encuentro.

Convencidos, una vez eliminados en los octavos de final de la Champions League, volvieron a bajar al vestuario de los árbitros, como ya hicieron en el partido de ida en el parisino Parque de los Príncipes.

Visiblemente nerviosos según testigos, el presidente del París Saint-Germain llegó incluso a encararse con un empleado del Real Madrid que grababa imágenes con un móvil.

Ante la actitud de los responsables del equipo francés, tuvieron que personarse en la zona de vestuarios varios agentes de la Policía Nacional.

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