Real Madrid
Las dos caras de Bale en el Real Madrid
El galés rindió nada más llegar en 2013, estelar en la final de Copa ante el Barcelona en Mestalla. Marcó después en la final del Mundial de Clubes en Marruecos. Anotó otros goles clave en las finales de Lisboa y Kiev. Y desde 2018 se diluyó
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El Real Madrid se desprende pir un año de Gareth Bale y respira por el ahorro de 27 millones en caja, pues al no fichar a nadie estos ahorros son realmente cobros en efectivo. El delantero costó 92 millones de euros, abonados en agosto de 2013, y sus actuaciones decisivas que sirvieron especialmente para conquistar cinco títulos muy concretos, entre ellos tres Champions, una Copa del Rey y un Mundial de Clubes.
Tras no poder debutar ante el Getafe en el Bernabéu en septiembre de 2013, producto de los nervios, que le provocaron una bola muscular en una pierna, Bale se estrenó en Villarreal con gol y un empate.
Esa primera temporada devolvió buena parte de su coste al decidir la Copa del Rey en Mestalla ante el máximo rival, el Barcelona, con una galopada por la banda izquierda que rompió la cintura a Bartra para superar a Pinto y anotar el gol que decantó el título para el Real Madrid, con Cristiano en la grada celebrando la victoria.
Ancelotti, que también vino en 2013, disfrutó de ese primer año espectacular al ver cómo Bale cabeceaba ante el Atlético en Lisboa el 2-1 que abrió el camino de una Champions que el Real Madrid no habría ganado si Ramos no cabecea la igualada, 1-1, en el minuto 94. Comenzó la prórroga y el galés firmó el tanto que dio paso al triunfo por 4-1.
En diciembre de 2014, en su segundo curso como madridista, Bale volvió a ser determinante al marcar en la final del Mundial de Clubes en Marruecos.
También fue clave el británico al marcar el gol decisivo ante el Manchester City en el Bernabéu en las semifinales de la Copa de Europa de 2016, sin Cristiano en el campo, que dio paso a la final de Milán y a otra victoria en la competición fetiche del club.
Dos años más tarde, en 2018, los dos goles al Liverpool en la final de Kiev le elevaron a la cima, por encima de Cristiano, pero los dos deslucieron esa gran noche al declarar a la vez que deseaban marcharse. Ronaldo se fue el 11 de julio de ese año y Bale se quedó.
El británico ha acabado con esa gran trayectoria por comportamientos que destrozaron su prestigio personal en los dos últimos años. El club ganó títulos y eso es inolvidable, pero el jugador se ha hecho daño a sí mismo en tal manera que ahora tiene que irse por su actitud.
Autor de goles fundamentales en cinco partidos que decidieron títulos o el camino hacia ellos, su indisciplina al no ser titular minó su credibilidad. Primero, jugando al golf cuando su equipo competía. Segundo, con su pancarta de Gales, golf y Madrid, por este orden. Y tercero, con su actitud de hacerse el dormido en la grada de Valdebebas, con la mascarilla tapándole los ojos, porque no jugaba
Las lesiones fueron un problema eterno . A pesar de todo, se recuperaba y marcaba tantos determinantes. Es su comportamiento el capítulo grave.
Cuando Zidane comenzó a dejarle en el banquillo, el futbolista respondió de manera provocadora al jugar al golf mientras el equipo competía en Liga. No es obligatorio ver a tu equipo jugar, pero es profesional. Por eso, cuando el Real Madrid juega en casa, los jugadores deben acudir al estadio.
Su pancarta de Gales, golf y Madrid por este orden fue otra idiotez que le ha acabado por echar del Real Madrid. Se tiraba piedras contra su propia ventana, la casa que le paga 27 millones brutos por curso.
Su falta de actitud en el campo tuvo su última visión frente al Getafe, en Valdebebas, en julio. Zidane le sustituyó en el minuto 70, cansado de der cómo no defendía bien ni ayudaba a Carvajal. Fue su último encuentro con el club.
Su desgana y comportamiento indisciplinado fue el colmo . Como no jugaba, se dormía en la grada y se tapaba la cara con la mascarilla, como si durmiera. Fue televisado a todo el mundo.
Autor de goles fundamentales en cinco partidos que decidieron títulos o el camino hacia ellos, su indisciplina al no ser titular minó su credibilidad. Primero, jugando al golf cuando su equipo competía. Segundo, con su pancarta de Gales, golf y Madrid, por este orden. Y tercero, con su actitud de hacerse el dormido en la grada de Valdebebas, con la mascarilla tapándole los ojos, porque no jugaba. De momento, se va por un año . En junio se decidirá si se queda otro año cedido.
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