Del Bernabéu a Cibeles, el recorrido icónico
En las calles de la Castellana se consuma lo que dice la tradición: caminar todo el trayecto para llegar a festejar
El club que se persigue a sí mismo, el dueño indiscutible de Europa
Courtois, el hombre milagro del Real Madrid
El colegiado pita por tres veces seguidas en París, el Madrid es campeón por decimocuarta vez en su historia. Acaba el partido en el campo y empieza otro en la capital española. La fiesta es incontrolada: vuela todo lo posible, abrazos, besos, bufandas y banderas. Gente que llora, hijos que hacen videollamada con sus padres desde el Santiago Bernabéu . La emoción crece y todo el mundo viste de blanco esta noche. La fiesta acaba de empezar, afuera siguen los cánticos (Mbappé es el más invocado), la atmósfera es la de las grandes ocasiones y el aire que se respira es de una sensación única, casi familiar. El camino ya está decidido: cuatro kilómetros, todos rectos, atravesando la Castellana y llegando hasta Cibeles , ahí se festeja. Aún no se sabe si el equipo llegará o no, pero esto no importa, hay que celebrar la victoria. Un dato: hay cerveza en todos lados.
Durante el trayecto, la afición madridista se abraza en una única ola blanca. Las personas y las historias se cruzan, como la de Majiad y Sudhi, una pareja siria que se ha escapado de la guerra hace años y, ahora, ha venido de Alemania solamente para asistir al partido . El fútbol es lo que une en estos casos y así se sigue hasta llegar a Cibeles. Litros de cerveza perdidos por la calle. Mucha gente viene de todo el mundo para asistir a este espectáculo: la prueba son Bruno y Bernard, dos chicos brasileños que vinieron de vacaciones a Madrid para poder asistir al evento del Santiago Bernabéu. En el recorrido se improvisan vendedores ambulantes de comida para que los kilómetros no sean tan pesados. Hay quien come una hamburguesa, hay quien patatas, hay quienes lo único que comparten son la cerveza y el triunfo.
250 policías rodean la zona y registran una a una a cada persona que quiera acceder. No hay necesidad de intervenir, no hay malas intenciones, solamente muchas ganas de celebrar a los ‘Reyes de Europa’. Una vez llegados al centro de la fiesta, el delirio es total. Cánticos, bailes y bengalas reinan la situación. Camionetas de la policía con sus sirenas azules ayudan al Madrid a brillar en una noche inmaculada, como la victoria en París. La noticia de la llegada del equipo en el día de mañana llega, pero esto no apaga el ánimo de los madridistas que galvanizados por la situación siguen gritando y festejando: la noche es salvaje.
La fiesta sigue, se vacía y los furgones policiales empiezan a alejar los pocos ‘guerrilleros’ aun permanecían en la plaza. «Hay que montar y preparar lo de mañana» dice uno de ellos invitándonos a salir de la zona. Mientras todo vuelve a su origen, en las inmediaciones continúa uno de los grupos más agitados de la noche. Entre ellos está Esteban, un chico de Cádiz que nos cuenta su ‘loca aventura’. Una furgoneta llena de esperanza, chicos y cervezas empezó en la mañana un viaje desde Espera, un pueblo de 4.000 habitantes, para ir al Bernabéu. 40 personas enamoradas del club de Madrid que a las 11 de mañana deberán volver porque el lunes tendrán que trabajar. Pero como dijo Esteban, «valió la pena» . Cómo no te voy a querer…
Noticias relacionadas