Jorge Lorenzo, campeón del mundo

Un título construido con monólogos

El balear, que ha luchado hasta el último Gran Premio para ser campeón, ha tenido a la constancia como su mejor aliada

REUTERS

L. M.

Se corona en 2015 por tercera vez en la máxima categoría, y aunque el título no se decidió hasta el último Gran Premio , Jorge Lorenzo fue poniendo piezas para construir el trofeo desde Qatar. Superó un inicio irregular del curso, con problemas con el casco en el circuito de Losail, bronquitis y alguna mala decisión de neumáticos.

Sin embargo, se sabía fuerte y con ganas de remontar después de que el año pasado tuviera que decir adiós a la pelea casi antes de empezar. Quería ser el mejor, superar en el asfalto a los mejores y lo ha conseguido. Con la constancia como su aliada. Así, encadenó cuatro victorias consecutivas con un denominador común: ser el primero. En Jerez, Francia, Italia y Cataluña ni hubo nadie que pudiera acercarse a su ritmo. Una vuelta tras otra logró pasar el primero por la línea de meta . Como volvió a hacer en República Checa. Desde el inicio hasta el final, Lorenzo se expresó en modo monólogo, como a él le gusta.

Todos los pilotos admiten que a lo largo del año, con 18 grandes premios, siempre hay un momento que se falla. Que la mecánica, la lluvia o los imponderables pueden con la capacidad de reacción de quien conduce que se registra un cero en el casillero. A Lorenzo le tocó «sumar» cero puntos en San Marino . La ilusión, las ganas, el ímpetu y un asfalto todavía mojado fueron más fuertes que su talento y su estrategia. Una caída que casi lo apartó de la lucha por el título.

Sin embargo, este Lorenzo de 2015 ha tenido un plus de motivación que logró depurar y recuperar a tiempo para revertir la situación. La victoria en Aragón, la sexta de su curso, le impulsó para no volver a bajarse del podio y arañar poco a poco la distancia que lo separaba de Valentino Rossi y jugárselo todo a la última carta. Allí, fiel a sus principios, se mantuvo constante en su velocidad, en su estrategia, en su capacidad para calcar los tiempos de una vuelta a otra.

Necesitaba quedar por delante de su compañero de equipo y que alguien se metiera entre ambos. Lo consiguió. Gracias a los rivales, pero sobre todo, a su buena forma física y mental que lo ha llevado hasta su tercer cetro mundial. El español con más coronas.

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