Mundial de Rusia 2018
La maldición europea del campeón del Mundo
Aquellos que se alzan con la copa están condenados a una estrepitosa eliminación en la siguiente edición
Como si de un maleficio se tratara , el mayor deseo de todas las selecciones de fútbol puede suponer a su vez la peor de sus pesadillas. La regla no escrita que dice que alzarse con la copa del mundo te condena a una humillación en la siguiente edición, si eres un equipo del continente europeo.
El último precedente de este embrujo ha sido Alemania en el presente Mundial . Nadie diría que la vigente campeona caería en la fase previa contra una selección ya eliminada, como era Corea del Sur. Una verguenza impropia del máximo aspirante.
Sin embargo, este no es el único caso. Así le sucedió a España tras ganar el Mundial de Sudáfrica en 2010. Holanda, la que fuera la derrotada en el duelo final de aquel torneo, se convirtó en verdugo de la selección pasados cuatro años, al caer en el mismo grupo previo.
En esa misma edición, la «azzurra» llegaba al campeonato después de derrotar a la Francia de Zidane en Berlín, en el Mundial de 2006. A pesar de ser un combinado habituado a jugar las rondas eliminatorias, en el país africano no consiguieron ninguna victoria en la fase de grupos ante selecciones, a priori, de menor nivel como Paraguay, Eslovaquia y Nueva Zelanda. Unos resultados que propiciaron su debacle y su vuelta a casa con tan solo dos puntos en su casillero.
Francia por partida doble
Los galos han sido víctimas de estas malas artes por partida doble. El festejo y la celebración colmaron las calles de Francia en el Mundial de 1998. Una generación magnífica de jugadores , tales como Zidane, Petit o Deschamps hizo historia para su país . Nadie sospechaba en ese momento que en la cita mundialista de 2002 los campeones no serían capaces de superar una fase clasificatoria compuesta por Senegal, Dinamarca y Uruguay. Promocionaron las dos primeras.
El Mundial de 2006 fue un torneo para olvidar para Francia. Caería ante Italia en una final para la historia , cuyo campeón se decidió a penaltis. Un partido con dos protagonistas, los goleadores Zidane y Materazzi, y su polémica del cabezazo en el que se vieron ambos implicados. Aunque no resultasen vencedores, llegado la siguiente cita mundialista,y con el mismo entrenador, la transición de jugadores veteranos a jóvenes no fue eficiente. Los «bleus» no pudieron superar una crisis interna que les condujo a lo mas hondo de su grupo mundialista, todo ello siendo subcampeones .
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