el segundo palo
El renglón torcido de Mbappé
«El Mbappé de Florentino, como el mío, sólo existió en el inconsciente colectivo de una afición engañada, siempre fue una invención, una mentira podrida»
Sin Casemiro
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Que Dios es merengue lo demuestra también el hecho de que en los últimos tiempos el Real Madrid haya sido capaz de esquivar las balas de las dos bombas deportivas de racimo más letales del fútbol mundial, Neymar y Mbappé, y que la ... tercera en discordia, Messi, se echara atrás en el último instante. Eso y La Decimocuarta, lograda entre Courtois, Benzema y los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, sumado al traspaso de Morata al Chelsea por 80 millones de euros, me parece más que suficiente para organizar un auto de fe.
Y como ejemplo de la insignificancia del ser humano puedo servir yo mismo, que los quería a los tres en mi equipo, al brasileño bailongo, al nuevo Fouché y al faraón argentino, sin saber que la Divina Providencia tenía un plan más refinado que el mío consistente en la frivolité de conquistar la Champions con gol de Vinicius Júnior.
El más taimado de todos ellos es sin lugar a dudas Mbappé, capaz de entretener por Tinder durante un año largo a Florentino haciéndole ver que era Blancanieves cuando en realidad se trataba de la Reina Malvada para, en el último instante, pegarle el tocomocho, faltar a su palabra y largarse con el oro del mejor postor. A Neymar se le ve venir de lejos, no cotiza en Bolsa que se acatarrará o se torcerá un tobillo para asistir al cumpleaños de su hermana, mientras que Messi está de retirada, pero, y por las noticias que nos llegan desde París, el nuevo director deportivo del club, jugador franquicia y puede que próximo entrenador es capaz de desplegar una versatilidad manipuladora que habrá de dejar boquiabierto y tiritando al pobre Galtier, y si no al tiempo.
Florentino dijo en El Chiringuito que el Mbappé de aquellos inciertos días del mes de mayo en los que ya no le cogía el teléfono no era su Mbappé, pero es que su Mbappé, como el mío, sólo existió en el inconsciente colectivo de una afición engañada, siempre fue una invención, una mentira podrida. Gracias, Macron, por insistir apelando a su patriotismo. Gracias, Al- Khelaifi, por entregarle las llaves del club dejándole hacer y deshacer a su caprichoso antojo. Que tire los penaltis y que los pare, que haga los cambios, fiche y dé de baja, que sea el niñito en la pila bautismal, el nervioso novio en la boda y el finado en el velorio. 'Merci et au revoir'. Dios volvió a escribir una vez más recto con el renglón torcido de Mbappé. Porque Él es del Madrid.
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