El segundo palo
Sin Casemiro
Es cierto que el Banco Real Madrid es hoy más rico, pero el equipo se ha debilitado dejando escapar sin ofrecer resistencia a uno de sus activos más importantes
El hombre del tiempo
El mercado de fichajes, en directo

Colándose de noche, sin pagar la entrada y subiéndose a la atracción de Casemiro como los críos se montan en el Dragon Khan de PortAventura, así se ha comportado el Manchester United con el Madrid, que no ha pagado la cama de milagro. ... Entre humo de tabaco y whisky Dalwhinnie de 15 años, los millonetis americanos han hecho tres fajos de billetes, uno para el mejor medio centro defensivo del mundo, otro para sus representantes y el último para el club blanco, y el paquete que le ha tocado en suerte al vigente campeón de Europa ha sido de 72 millones según desveló Pedrerol. Y ante esta situación, lejos de rebelarse o de exprimir económicamente a un equipo desesperado que se acaba de colar en tu casa, el Real se ha cuadrado pegando un sonoro taconazo como hacía Schlemmer, el fiel secretario de MacNamara, en la hilarante 'Uno, dos, tres' de Billy Wilder.
Ayer, de regreso de mi paseo matutino a La Jarosa, me crucé con un aficionado que me gritó «¡Juanma, 80 kilos al zurrón!», y yo le respondí «si Zurrón es un 9, me vale». Porque es cierto que el Banco Real Madrid es hoy más rico y que seguramente ese ingreso ayude a paliar en parte el sobrecoste provocado por la invasión rusa de Ucrania en la construcción del nuevo Bernabéu, pero el equipo se ha debilitado dejando escapar sin ofrecer resistencia a uno de sus activos más importantes y, por cierto, el más joven del CKM, el mejor y más exitoso centro del campo de los últimos quince años. ¿Por qué 72 y no 192? ¿Por qué no 500? ¿Y si vienen mañana a por Courtois, Vinicius, Valverde y Benzema, los dejaremos marchar? Desconocía que fuéramos una ONG.
Como efectivamente Florentino Pérez posee una mente privilegiada y es además un hombre con suerte demostrada, los merengues siempre tendemos a pensar que tiene elaborado un plan oculto para todo y que los destinos del presidente son inescrutables para el común de los mortales, pero en el caso que nos ocupa no lo creo. O no lo veo. Sin Casemiro mi Madrid es peor equipo, más tierno y menos sólido, más endeble, y para corroborarlo no hay mejor prueba del algodón que atender a las primeras reacciones de alegría indisimulada del antimadridismo, desde Gabriel Rufián hasta Cristóbal Soria. Ya llevo puestas veinte velas a una figura de cerámica a tamaño natural de Tchouaméni que tengo en casa y me marcho ahora mismo a comprar otras veinte a Cerería Ortega. Porque toca rezar.
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