Eurocopa 2016
Las estrellas del futuro que brillaron en la Eurocopa
Repaso a quiénes han sido los mejores jugadores del torneo que acaba de finalizar
Si algo bueno tienen las Eurocopas y los mundiales para el aficionado al fútbol son las oportunidades que le brindan para encontrarse con futbolistas aún desconocidos para el gran público, jóvenes perlas que despuntan en un campeonato de máxima exigencia y que destapan el tarro de la ilusión con vistas a un futuro esperanzador.
Francia 2016 no ha sido una excepción. Desde el primer día, jóvenes jugadores han asumido papeles que parecían reservados para los más habituales de sus selecciones para gritar, con contundencia, que ahí estaban ellos. También se ha dado el caso a la inversa, como sucedió con Dele Alli , el mediapunta inglés que en ningún momento mostró lo que durante el curso liguero certificó a las órdenes de Pochettino en el Tottenham. Su caso obedece más a una dinámica colectiva que a una problemática individual, así que no sería una osadía seguir considerándolo una de las mayores promesas del fútbol europeo.
Existe el caso de algunos diamantes en bruto que ya habían dejado destellos de su proyección durante su corta trayectoria en el fútbol de clubes. Es lo que ocurre con el que a buen seguro será el lateral derecho de Alemania por muchos años, Joshua Kimmich , mediocentro de formación que se ha readaptado a su nueva posición hasta el punto de parecer un auténtico especialista , Kingsley Coman , el rapídisimo extremo que despuntó en la Champions a las órdenes de Guardiola, con Renato Sanches , descarado todoterreno que fichó por el Bayern tras despuntar sobremanera en el Benfica, o con Leroy Sané , que tras dejar sensaciones de auténtico “crack” en el Schalke, podría dar el salto a un gigante europeo este mismo verano (se habla de que Guardiola lo quiere para el City).
El siguiente peldaño en la escala de las expectativas lo ocupan jugadores de clubes importantes en el panorama europeo, pero que alejados aún de los mayores focos, continúan luchando por hacerse un hueco en la élite. En el Basilea jugó este año Breel Embolo , delantero de la selección suiza de 19 años que ya ha firmado por el Schalke 04, y que lleva dos temporadas consecutivas anotando 10 tantos en liga sirviéndose de su vertiginosa zancada y de su grácil definición en los metros finales. Elseid Hysaj , lateral derecho del Nápoles, fue el jugador diferencial de Albania. Desde una posición retrasada como la suya, cargó sobre sus espaldas el peso de construir el juego de su débil selección (mención especial a su partido contra Francia), y confirmó su candidatura a ser uno de los referentes del fútbol europeo en el carril diestro para los próximos años.
Los absolutos desconocidos
Los casos de los jugadores completamente desconocidos para el 99 por ciento del público son seguramente los más llamativos. Son estos futbolistas que aún no han roto el cascarón, y que en su mayor parte continúan jugando en los clubes que les dieron su primera oportunidad como profesionales. Emre Mor maravilló, literalmente, desde el primer balón que tocó tras entrar como recambio en el primer partido de Turquía. El descaro que atesora a su raspada mayoría de edad quizás solo tenga comparación con el campeón Renato Sanches. Sus eléctricos cambios de dirección cuando conduce la pelota le sirvieron para hacerse con un hueco en el once de Terim en el último partido de la fase de grupos, el que decidía si los turcos eran uno de los 16 equipos que disputaban los octavos de final. Lo aprovechó para convertirse en el más joven en lograr una asistencia en una Eurocopa.
La sorprendente Hungría encontró en Ádam Nagy a un director de juego de nivel más que notable. El chico se asentó en una posición de responsabilidad como la del mediocentro para terminar haciendo suyo al equipo: por sus botas pasaban todas y cada una de las jugadas que los húngaros iniciaban desde atrás. Lució una templanza y una categoría impropias de un futbolista con 21 años , más aún cuando lo habitual en su puesto es explotar a edades tardías aprovechando el poso que otorga el paso de los partidos.
Por su desborde y su capacidad para dinamitar partidos entrando desde el banquillo, el de Marko Pjaca es otro de los nombres propios del torneo que acaba de finalizar. Sirva como ejemplo el duelo contra Portugal. Diez minutos le bastaron al joven balcánico para instaurar el pánico en el sentir de los lusos, que vieron la posibilidad de la derrota mucho más cercana con él sobre el césped. Dos años menos (19) tiene su compatriota Ante Coric , un caso especial pues no ha llegado a debutar en el europeo, pero que apunta a ser una estrella absoluta de la Champions League a poco que su potencial caiga en buenas manos.
Jóvenes y prometedores todos ellos, comprimen en su imberbes físicos el mismo caudal de proyección e inexperiencia, lo cual sirve para hacer de las suyas unas historias que merecerá la pena seguir . Si marchan por el camino adecuado para alcanzar el aura de jugadorazos al que apuntan lo dictaminará Rusia, en un par de años.
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