Fútbol

La Rambla ya llora a Messi

En Canaletas, rincón de estupendas tertulias «tribuneras», los jubilados estaban ayer en estado de «shock». Mientras, los tenderos se lamentan: «Nueve de cada diez camisetas que vendemos son de Leo»

Aficionados del Barça se cuelan en el Camp Nou para protestar contra la posible salida de Messi ATLAS

Miquel Vera

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La pandemia de coronavirus y la sequía de títulos de esta temporada han vaciado por completo La Rambla de Barcelona de todo su simbolismo azulgrana. En un año sin triunfos que celebrar -más allá del descenso a segunda del RCD Espanyol - solo las tiendas de recuerdos, camisetas y souvenirs mantienen erguidos sus estandartes culés. Con todo, la marcha de Messi ha sido la «puntilla» que le faltaba a tenderos como Gulshan para redondear un curso nefasto en lo económico y en lo deportivo. «Nueve de cada diez camisetas que vendíamos eran de Messi. El negocio ya bajó con la marcha de Neymar , esperemos que llegue otra estrella que levante el ánimo pronto», explicaba ayer a ABC más preocupado por la asistencia a su caja registradora que por el palmarés del club barcelonés. En la tienda de este paquistaní algo se olían de lo de Messi. Sus «clones» en forma de muñeco llevaban tiempo en liquidación , como las viejas tazas de Neymar, rebajadas de nueve a cinco euros. «No se venden», certificaba el comerciante.

Si algo define el «pedigrí» culé de La Rambla es la mítica Fuente de Canaletas , epicentro de las celebraciones azulgranas que, hasta no hace mucho, se llenaban cada año de aficionados eufóricos celebrando Ligas y Copas. A la espera de tiempos mejores, este lugar es hoy un bebedero de palomas y uno de los imprescindibles de los turistas que aún llegan a Barcelona a cuentagotas. En unos bancos a la sombra situados donde antaño exhibía sus artes el célebre «Ronaldinho» de La Rambla (que por algún motivo que la ciudad desconoce también tuvo un clon argentino) se congregan, tradicionalmente, grupos de jubilados que comentan con espíritu «tribunero» los dimes y diretes de la prensa deportiva , aún en estado de «shock». Sus primitivas tertulias futboleras nada tienen que envidiar a sus «hermanas» radiofónicas en polémica y pasión.

«Le ha llegado su hora, y se va. Es normal, cuando se fue Xavi, también fue a esta edad. Es ley de vida. Para mí es normal », comentaba un aficionado que se lamía las heridas, todavía abiertas, de la histórica derrota contra el Bayern en Lisboa. «Ha cubierto su tiempo, dicen que se va “el mejor”, pero ya no es el de antes. Lo que pasa es que es un símbolo, pero hasta las mejores flores se marchitan. Todos los fenómenos acaban igual, llámese Kubala, Cruyff o Messi. También Ronaldinho se fue , y duró menos que él. Ya llegarán otros», zanjaba Jaime March, aficionado y asiduo al Camp Nou desde los años 40. «Tenemos perspectiva», comentaba un tercero antes de deslizar una posibilidad tremenda. Messi en el Manchester jugando contra el Barça a las órdenes de Guardiola la próxima temporada. « Al menos no se irá al Español como hizo Kubala», rememoraba Jaime tirando de la hemeroteca de la vieja -y siempre traumática- relación de la afición barcelonista con sus amados tótems.

Perspectiva histórica no es precisamente el atributo del motivo que llevaba este miércoles a Danely hasta La Rambla en busca de una equipación azulgrana en el día más negro de la historia reciente club.

«Mi yerno es muy del Barça, lo es a morir, y se lo está inculcando a mi nieto de tres años, pero qué pena que empiece a conocer el fútbol con el equipo así de mal... ¿Qué tal que se haga del Real Madrid ? », bromeaba mientras observaba desanimada las persianas bajadas de la «store» que el Barça inauguró en plena Rambla hace justo un año y que hoy es un páramo sombrío vigilado por dos maniquís con el uniforme de la temporada pasada y una réplica de latón de la orejuda de la Champions. A escasos metros de allí, la tienda del Real Madrid lucía abierta, y con algo de actividad. En la puerta de la embajada azulgrana un cartel excusaba el motivo del cierre. No era el luto por el ocaso de Messi, sino la pandemia.

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