Fútbol femenino

«Los padres no soportan que una niña sea mejor que su hijo»

Andrea Sánchez Falcón, jugadora del Barcelona y de la selección, desgrana para ABC todos los tabues que rodean al fútbol femenino

Andrea Falcón posa para ABC en la Casa de Rusia, en Barcelona PEP DALMAU

Sergi Font

La vida de Andrea Falcón daría para una película de superación, con éxitos y vaivenes. A sus 22 años atesora un palmarés increible (seis Ligas y dos Copas de la Reina), ha militado en los dos clubes más potentes de España (Barcelona y Atléticod e Madrid) y es una de las fijas en la selección española . Pero para ello tuvo que abandonar su Arucas (Las Palmas) natal cuando era prácticamente una niña y ha conocido el sinsabor de las lesiones. Un precio demasiado alto. Actualmente se está recuperando de una operación de rodilla (rotura de ligamento cruzado) que le impedirá jugar más en lo que queda de temporada. Con la intervención de la agencia de comunicación Villarrazo Madrid , recibe a ABC en la la Casa de Rusia de Barcelona y desgrana su trayectoria, las pruebas que ha tenido que superar, los tabús que se padecen en el fútbol femenino y su estado de ánimo.

Segunda lesión de rodilla...

Cuando ya has pasado la primera... La primera lesión fue un golpe muy duro porque nunca me había sucedido. La segunda duele más porque es otra vez lo mismo y te preguntas porqué. Pero ahora sabes que sales de ello. Con la primera tienes más dudas de volver a ser la misma y jugar igual, al mismo nivel o tener que dejarlo... A nivel mental lo afrontas sabiendo que puedes salir adelante, que ya lo he superado una vez y que estás en el mejor sitio para recuperarte. Todos sabemos que el Barcelona tiene los mejores médicos a nivel mundial. Todo el mundo te dice que si te tienes que lesionar lo hagas en el Barça porque vas a volver a mejor. Al final es duro pero creo que lo afronto mejor gracias a eso.

¿Qué es lo más duro de la recuperación?

Los primeros meses en los que te dejas de sentir futbolista, deportista y de todo. Todo deportista es muy activo y con esta lesión no puedes hacer nada durante los dos primeros meses y tienes que aprender a andar literalmente. Es complicado tener que estar en casa y no valerte por ti mismo.

Y sin poder jugar...

El mundo sigue. Tu forma de vivir cambia pero ves que tus compañeras siguen, que todo sigue y nada para. Eso de ir, verlas entrenar, verlas jugar y pensar: "tendría que estar ahí". Eso duele. Al principio no era consciente porque hacía vida normal pero en el momento que te operan, te ves con otra cicatriz... Ves que vas a pasarlo mal y que no vas a poder hacer lo que querías cuando lo dejaste todo. Yo deje a mi familia con quince años por el fútbol y un esguince que te tiene dos semanas sin jugar al fútbol ya es mucho, imagina seis meses... Al final es ponerlo todo en una balanza y saber el porqué tienes que volver. Mi familia ha hecho mucho sacrificio para que yo jugara y le dolería mucho que esto me obligara a abandonar mi sueño.

¿La familia es a lo que se aferra para salir adelante?

No. Lo que me va a hacer salir adelante es que amo este deporte. Quiero jugar al fútbol hasta que las piernas me den. Es una lesión dura pero de la que puedo salir.

¿En qué busca la paz interior?

Yo soy mucho de aislarme. Cuando estoy mal me gusta pasarlo sola. La familia siempre está pero te refugias en gente qué ha pasado por lo mismo y que sabe lo que estás pasando, que te aconseja. Te refugias en la gente que te quiere.

¿Existen los fantasmas, pensar que se puede volver a lesionar?

Mi miedo no es volverme a romper. Mi miedo es no volver a ser la misma. Al final es una lesión, es larga pero te operas y te recuperas. No te quedas inválida, hay cosas peores. Mi miedo es volver y no ser la que era futbolísticamente.

¿Le ayuda el haber estudiado psicología?

Llevaba muy mal cualquier tipo de lesión. Un simple esguince se me hacía un mundo. Fui al psicólogo y me gustó tanto las herramientas que me dio para poder afrontarlo que quise poder ayudar a gente como yo. Y no solo eso, también ayudar a compaginar estudios con deporte, gestionar la presión y el estrés que genera el deporte de alto nivel.

¿Es necesaria la figura de un psicólogo en un equipo de fútbol?

Es vital. Ahora está más al día pero antes era tabú. Parecía que si ibas al psicólogo estabas loco o tenías depresión... Puedes estar muy bien y te ayuda muchísimo. Te puede ayudar a gestionar tus emociones. El estado anímico es muy importante en el deporte.

La futbolista afronta la recuperación trs su lesión de rodilla PEP DALMAU

La gente solo ve lo bonito pero detrás hay mucho sacrificio...

Si te dijera que lo hacía todo para ser profesional te mentiría. El fútbol femenino no tenía la fuerza que tiene ahora y era muy complicado. Ahora es vivir un sueño que no entraba en mis planes. Dejé a mi familia con 15 años para irme a Barcelona. Si algún día quería tener una oportunidad tenía que salir de mi isla. Cuando apreció el Barça dije que sí sin pensármelo pero el día antes de irme me lo pasé llorando y mala.

Era una niña...

Sí pero mi madre me dijo que lo peor que me podía pasar era que no me gustara y me tuviera que volver. Ella siempre ha sido mi apoyo. Y como mi habitación no la iban a vender (risas)...

Fue la primera chica en entrar en la Masía.

Iba a clase con ellos, comía en la Masía, daba clases particulares allí, entrenaba aunque luego residía en mi piso. Pero incluso me dejaron una habitación por si quería descansar.

¿Se sintió un bicho raro entre tanto chico?

Para ellos es su casa, andan en zapatillas... Y para mí era como que estaba entrando en la casa de unos chicos. Pero fue fácil porque entablé relación con ellos en clase y fuera de la Masía, así que cuando entraba ya les conocía. Lo raro es que estuviera paseando por allí una chica o que fuera a clases particulares de inglés con los chicos, pero como ya me conocían... Nunca tuve problemas.

¿Ha tenido que superar algún tabú para ser futbolista?

En el colegio sí. Me llamaban machorra, babymacho, vete a jugar con las barbies... Con seis o siete años jugaba en el Aruca y los padres le decían a sus hijos que no me pasaran el balón... Muchos padres quieren que su hijo sea Messi y no soportan que una niña sea mejor que su niño... Cuando ves que una chica es mejor ¡ojo!

¿Y su familia?

Nadie quería que jugara al fútbol. Mi madre me apuntó a fútbol a escondidas después de apuntarme a todos los deportes habidos y por haber. Hice natación, taekwondo... pero yo quería fútbol y me tuvo que apuntar a escondidas. Mi abuelo, lo primero que dijo es que como esta niña va a jugar al fútbol y además con niños, porque no había equipo de chicas. Y ahora vete a verlo que se le cae la baba.

Su palmarés es espectacular con la edad que tiene ¿Cómo mantiene la ambición?

Yo me considero una persona muy ambiciosa y nunca te acostumbras a ganar, por mucho que hayas ganado. Cada Liga ganada la vives como la primera, con una ilusión increíble. Cada temporada hay que superar obstáculos distintos. Mi objetivo, al margen de ganar, que es algo que nos viene impuesto, es el de mejor día a día porque así podré aportar muchas más cosas a mi equipo. He compartido vestuario con las mejores jugadoras de España, tanto en el Atlético, como en el Barcelona, como en la selección y es un lujo poder aprender de ellas.

La jugadora del Barcelona durante un momento de la entrevista PEP DALMAU

¿En qué posición está España a nivel internacional, tanto a nivel de selección como de clubes?

Estamos un par de escalones por debajo a nivel de todo. En España hace solo un par de años que ha explotado el fútbol femenino, se ha profesionalizado y ha tenido un boom. Países como Francia, Alemania y, evidentemente, Estados Unidos llevan muchos años con una Liga profesional y apostando por el fútbol femenino. Aquí, hasta hace dos años tenías que compaginar el trabajo con el fútbol. No había recursos. Nos llevan esa ventaja, esos años de experiencia. Hay que ser realista.

¿El objetivo principal es conseguir la igualdad con el fútbol masculino o entre ustedes mismas?

El primer reto es igualarnos entre nosotras mismas y se ha visto con lo que hemos hecho por el convenio. Al final es nuestro trabajo y queremos hacerlo en unas condiciones dignas. Hay jugadoras que no pueden vivir de esto pero es su trabajo y dedican las mismas horas que los chicos o que jugadoras como nosotras que sí podemos vivir de esto. Queremos que todas tengamos las mismas posibilidades y condiciones que nos permitan hacerlo al cien por cien, que no tengamos que estar trabajando en tiendas o en otro sitio porque la exigencia es la misma y si no puedes estar al cien por cien el fin de semana porque eres enfermera y has tenido turno de noche... Luego ya miraremos más allá.

¿Cómo se vive en un vestuario el clima político que hay en Cataluña?

Sinceramente no lo hablamos. Muchas son extranjeras y otras somos de fuera... Creo que es más el boom mediático que tiene que lo realmente sucede. Nosotras vamos a jugar y nos dedicamos al fútbol. En un vestuario sueles hablar de todo menos de política.

¿Notan ese clima cuando juegan fuera? ¿No les dicen nada?

Nada. Tal vez es una de las diferencias con el fútbol masculino. Nos respetan más, aunque siempre hay alguien que mea fuera del tiesto pero lo pasas por alto. El fútbol femenino, en estos aspectos, es mucho más sano y disfrutas mucho más. Por ejemplo, lo último que estamos viendo, que se suspenda un partido de la Liga masculina, son cosas que en la época en la que estamos no deberían suceder. El respeto y la tolerancia deberían ser los valores que primen sobre todo lo demás. En este sentido, el fútbol femenino es mucho más limpio.

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