Fútbol

La Copa de Rubiales destroza a los grandes

La primera vez desde 2003 que Madrid, Barça, Atlético, Valencia o Sevilla no están en semifinales. Mirandés, Real Sociedad, Granada y Athletic estarán hoy en el sorteo, a las 13.00 horas

Rubén Cañizares / Sergi Font

La llegada de Luis Rubiales a la presidencia de la Federación provocó una revolución en los dos torneos que organiza el máximo organismo del fútbol español. La Supercopa, llevada a Arabia en formato final four, y la Copa del Rey a partido único, en campo siempre del rival de inferior categoría. Un formato que ha enamorado a todos los amantes del deporte rey y que, además, ha provocado la caída de todos los grandes de nuestro fútbol. Si el Atlético cayó en dieciseisavos contra la Cultural, de Segunda B, y el Sevilla en octavos frente al Mirandés, en cuartos han besado la lona el resto de favoritos.

Por primera vez en diecisiete años, ninguno de los cuatro semifinalistas de Copa serán Real Madrid, Barcelona, Atlético, Valencia o Sevilla , escenario que no se daba desde 2003, cuando Recreativo, Osasuna, Deportivo y Mallorca llegaron a la penúltima ronda de Copa.

Zidane, triste

Veintiún partidos y tres meses y medio después, el Madrid volvió a hincar la rodilla, y lo hizo en el peor día posible, cuando el K.O. no tiene remedio. El torneo maldito de Zidane , esa Copa del Rey que no ganó como jugador ni tampoco como entrenador, vuelve a cruzarse en el camino del técnico francés, que tenía como tope los cuartos de final y los va a seguir teniendo una temporada más: «No creo que se me atragante este torneo. Podíamos haber ganado en Copa y perder el domingo en Liga», explicó el entrenador blanco.

Fue atrevido Zidane en su planteamiento, volviendo a un centro del campo de tres futbolistas, y uno de ellos James, ante un equipo de jugones que disfruta con el balón en los pies y que tiene talento, inteligencia y gol como para darle un serio disgusto a cualquier equipo. Y eso hizo anoche la Real Sociedad de Imanol Alguacil en el Santiago Bernabéu, marcándole cuatro tantos al equipo menos goleado de la Liga y con el mejor engranaje defensivo de los últimos tiempos: «Siendo de Orio, de la Real, de esta casa, con tantos jugadores jóvenes, en el Bernabéu, contra un equipo a tope, y hacer un partido de este nivel, te puedes imaginar que estoy muy orgulloso y contento. Es la segunda vez en 32 años que nos metemos en semifinales de la Copa», dijo Alguacil, gran triunfador de la batalla táctica de ayer.

« La sensación es mala . El rival ha jugado muy bien, estuvimos mal en presión durante la primera parte y cometimos errores defensivos que no solemos hacer», justificó Zidane a la vez que no tenía la lectura de una mala elección de los jugadores: «Estoy triste, claro. Hasta hoy lo que hicimos lo hicimos bien. Tengo que analizar y ver este partido tranquilamente, pero después es fácil. Yo creo que no me equivoqué con el once. Hay un rival que juega, y jugaron bien. Insisto en que cometimos errores que no solemos hacer, pero no tiene nada que ver con la alineación. Aquí cuando ganamos, ganamos todos. Y cuando perdemos, perdemos todos».

El plan de rotaciones de Zidane esta vez no funcionó, y por primera vez en sus dos etapas como entrenador del Real Madrid recibió cuatro goles, motivo, además de la eliminación copera, que no le va a hacer variar su hoja de ruta: «No va a cambiar nada esta derrota. La idea de rotar va a seguir siendo así. Lo que hay que hacer ahora es recuperarse, levantarse y seguir trabajando , porque el domingo ya hay otro partido importante».

El gran encuentro de la Real Sociedad llevó la firma de su entrenador y de todos los jugadores, pero en especial de dos, Odegaard e Isak. El sueco hizo dos golazos y dio el cuarto: «Estoy muy contento. Ha sido increíble. Estamos en las semifinales de manera merecida, aunque al final hayamos sufrido un poco. Hoy hicimos historia en el Bernabéu».

Semana negra azulgrana

La derrota ante el Athletic culmina una semana negra para el Barcelona. La lesión de Dembélé, el bofetón de Leo Messi a Eric Abidal que hizo temblar los cimientos del club, y el conocimiento de los problemas internos del vestuario (Messi tuvo un serio enfrentamiento con Ter Stegen durante un entrenamiento) dejan en evidencia el complicado momento por el que transita el Barcelona. La llegada de Quique Setién se recibió como el reencuentro con una filosofía de juego que debía aunar títulos con espectáculo pero un mes después la realidad es dolorosa. El equipo ha sido descabalgado del liderato liguero tras su derrota en Mestalla y ya no puede optar al un título copero del que llevaba disputando seis finales consecutivas.

«El resultado es lo más importante, pero también lo son las sensaciones. El equipo ha dado un nivel muy bueno y ha sido bastante superior», se justificó Setién. «El dominio del Barcelona no ha tenido premio. Con esta actitud y ambición este equipo conseguirá muchos éxitos», añadía Josep Maria Bartomeu .

El vestuario asumió el mensaje de su entrenador. «Es un golpe duro pero estamos contentos por cómo ha reaccionado el equipo a todo este ruido externo. Suena raro, pero nos vamos contentos. Nos hemos quitado un peso de encima al ver que podemos jugar como antes y ver que podemos ir al Villamarín y ganar, y luchar por la Liga y la Champions», explicó Gerard Pique , que valoró los sucesos de esta semana: «Tirarnos las cosas a la cara no ayuda y tenemos que centrarnos en jugar y en ganar. Este club se ha sustentado en los últimos años en la victoria y tenemos que volver a la misma senda. Estamos en un momento difícil pero en el vestuario hay tranquilidad». Hemos hecho el mejor partido de la temporada», lamentaba Jordi Alba.

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