Fútbol

Las claves del naufragio azulgrana

Tras su rutilante racha de 39 partidos sin perder, pincha en tres de los últimos cuatro partidos

Luis Enrique, cabizbajo EFE

JOSÉ CARLOS CARABIAS

Cada cual es prisionero de sus fantasmas, y el Barcelona comenzó a descarrilar cuando la eterna sombra del Real Madrid se cruzó en su camino varias lunas atrás. La retahíla de victorias (39 consecutivas) y la rutilante pujanza de un equipo que parecía imparable hacia cualquier récord con su trío de cracks empieza a tambalearse ahora, en el tramo decisivo del curso que parecía predestinado al júbilo del mundo culé. Antes de la derrota con el Madrid ( 1-2 en el Camp Nou ), el Barça husmeaba otro triplete Champions, Liga y Copa del Rey. Entre ese derrumbe anímico y el bajón de juego de Messi , el equipo de Luis Enrique ve amenazada ahora su candidatura a la Liga y la Copa. ¿Sufre usted por lo que queda de temporada?, le preguntaron a Luis Enrique después de caer en la Champions ante el Atlético. «Sí, sí, claramente sí» , respondió el técnico, quien al igual que sus jugadores ha asumido la inercia decadente. «Es un bajón», dice Piqué. «Estamos en un bache», explicó Busquets.

La apatía de Messi merma al equipo

Un equipo diseñado y prefabricado para el lucimiento de un jugador único y extraordinario se resiente cuando el líder de la manada palidece. Messi está depre. En el Vicente Calderón se movió con una apatía desconcertante. Aunque los números no resuelven dudas ni categorizan, sí indican tendencias. El argentino recorrió solo siete kilómetros con un setenta por ciento de posesión de su equipo. Ter Stegen completó 4,6 kms. Odiosa la comparación para el genio que ha escrito la moderna historia triunfal del Barcelona.

Agresividad de Luis Suárez y Neymar

Luis Suárez ha sacado al depredador que lleva dentro, a ese lobo feroz suspendido y denigrado por la FIFA. En el partido de ida contra el Atlético agredió a Juanfran (patada sin buscar el balón) y en la vuelta, se hizo sitio a codazos para mayor gloria del párpado de Godín. Será casualidad, pero cuando peor juega el Barça y menos llega a las inmediaciones del gol, más aparece la versión carnívora del uruguayo . Como si fueran trillizos unidos por un cordón, Neymar ha perdido la frescura y el regate fácil. Ya no se escapa con un giro de cintura. En el Manzanares también soltó un derrote contra Juanfran. Por menos de eso expulsaron a Torres en el Camp Nou.

Rotar a o no rotar, el quid de Luis Enrique

El Barcelona fichó a uno de los mejores jugadores del Atlético, Arda Turan, pero su papel es de momento testimonial. Junto al turco se sentaron el miércoles en el banquillo Bravo, Bartra, Adriano, Douglas, Sergi Roberto y Munir. Las críticas en la Ciudad Condal se centran en la escasa capacidad resolutiva de estos jugadores. Futbolistas de refresco, pero no con la energía para modificar el curso de un partido. Los suplentes parecen un problema para Luis Enrique. El técnico ha perfilado una alineación base y apenas introduce modificaciones. Esto se traduce en una importante carga de minutos para los titulares en muchas competiciones. Liga, Copa, Champions, Supercopa de Europa, Supercopa de España y Mundial de clubes. El Barcelona ha disputado doce encuentros más que el Real Madrid y siete más que el Atlético.

Bajón tras el parón con las selecciones

Dado que el fútbol es lo más alejado a una ciencia exacta y todo es opinable, puede ser casualidad o no que el declive del Barcelona esté relacionado con los viajes de sus internacionales para jugar con sus selecciones. Desde el último parón, el equipo de Luis Enrique ha dejado de ser la máquina perfecta y se ha vuelto más previsible. La elaboración del juego se ha resentido y escasean las ocasiones de gol. Neymar (Brasil) , Messi (Argentina) y Luis Suárez (Uruguay) han realizado largos viajes en el tramo final del curso, cuando más esfuerzo y descanso necesita el cuerpo. Todo el brillo del comienzo de temporada son ahora ideas atascadas.

El centro del campo, con la lengua fuera

La luz del Barcelona era el estatus sideral de sus delanteros, pero la génesis del juego procede del corazón mismo de la entidad, el centro del campo, la escuela del 4, el toque, la combinación y la posesión del balón. En el Vicente Calderón se apreciaron claros síntomas del apagón. La cara de Rakitic en el banco, al ser sustituido por Arda Turán, era la de un futbolista sofocado, colorado el rostro pálido, los plomos fundidos. Busquets, el timón que representa los valores futbolísticos del barcelonismo (Guardiola, Milla, Xavi), llegó tarde a cada duelo individual con los rojiblancos. Solo Iniesta enseñó lucidez , talento y piernas, pero su impulso no fue suficiente para contagiar.

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