El Betis, la reválida de Setién

Tres semanas y media han bastado para que la ilusionante llegada de Quique Setién haya generado unas dudas asentadas en la pérdida del liderato liguero y la eliminación en la Copa del Rey . La ligera mejora mostrada en el juego no despeja el pesimismo que invade al barcelonismo ante el complicado futuro que se avecina. La visita al Benito Villamarín se presenta como un nuevo examen al técnico cántabro, incapaz de aliviar la imagen del equipo lejos del Camp Nou. Ibiza, Valencia y Bilbao son los claros ejemplos de la bipolaridad del Barcelona esta temporada.

«A todo hay que buscarle los aspectos futbolísticos. No sé en qué porcentaje influye cada cosa. Las dinámicas en el fútbol existen y son difíciles de cambiar. El otro día mejoramos y no tuvimos fortuna. En el minuto cinco pudimos marcar y no lo hicimos. Ellos al final lo aprovecharon y tampoco era tan clara. A veces no tiene una explicación lógica. Hay que reducir las ocasiones que tiene el rival. Poco a poco vamos mejorando», explicó Setién para justificar esa doble cara que muestra el equipo dependiendo del escenario en el que compita. De todas formas, no tiene la sensación de que su crédito esté en juego dependiendo de lo que suceda en el Villamarín. «Hay que tratar de ganar, como todos los partidos. Queremos estar ahí en el campeonato de Liga hasta el final. Esto es lo que me preocupa de verdad, que estos síntomas de mejoría lo ratifiquemos en un campo difícil », aseguraba antes del último entrenamiento del equipo antes de viajar a Sevilla.

Necesita ganar el Barcelona para reconducir su situación deportiva y también para atajar el runrún que distrae al equipo y distorsiona la tranquilidad en la que debería asentarse el club azulgrana. El 2020 ha llegado cargado de problemas y dislates. Las lesiones de Suárez y Dembélé junto a las cesiones de Carles Pérez, Wagué, Todibo y Aleñá han dejado en evidencia la mala planificación de la dirección deportiva, que no ha sabido encontrar un delantero en el mercado invernal. La destitución de Valverde y las negociaciones y posteriores calabazas de Xavi han provocado el sonrojo en el barcelonismo, aplacado por la llegada de un Setién que no acaba de dar con la tecla resultadista. Y la culminación la firman Abidal y Messi tras enzarzarse en un duelo dialéctico plagado de acusaciones . Un disparo en el pie que podría convertirse en herida mortal si el Barça vuelve a tropezar hoy ante el Betis.

Lo sabe Setién, que deberá lidiar con un r ecibimiento dividido tras la última etapa del cántabro en el banquillo del Villamarín. Al igual que en el Barcelona, la buena imagen que se vislumbraba no estuvo respaldada por resultados y acabó siendo destituido . Situación similar a la que vive Rubi, que solo ha ganado un encuentro de los últimos cinco que ha disputado el Betis.

Una de las grandes armas del Betis para tratar de derrotar a un Barcelona que llega sin el sancionado Piqué, es Loren , un delantero que aparece en la agenda del Barcelona para suplir a Dembélé si se confirma su lesión de larga duración. «Es obvio que necesitamos un delantero», reconoció Setién , que añadió: «A Loren lo conocemos bien, es un futbolista que tiene muchas cosas, es muy interesante. Ha estado muchas jornadas siendo el máximo goleador. Me parece un futbolista muy bueno , con muchas virtudes».