Fórmula 1
La F1 en España, hacia una segunda edad de oro
El fichaje de Sainz por Ferrari y el posible regreso de Alonso reavivan un deporte que cayó un 50% en seguimiento
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La cima de la Fórmula 1 en España no fue la marea azul Renault nunca vista en Montmeló para apoyar a Alonso , las cuatro televisiones españolas siguiendo al piloto por el mundo, la proliferación de ibéricos en el paddock, la creación ... desde la nada de un equipo español de F1 ( Hispania-HRT ) o un segundo gran premio con sede en el puerto de Valencia. La cumbre fue una noche de enero en la Ciudad de las Ciencias y las Artes de Valencia, la presentación más fastuosa que nunca hubo en la F1, Alonso y Hamilton en el McLaren 2007: cena para 1.000 invitados, un móvil Vodafone de 300 euros de obsequio a cada asistente, un Mercedes clase A de regalo para el afortunado al que le sonó el teléfono recién estrenado, acróbatas del Circo del Sol animando la velada y una manta serigrafiada de McLaren que es ya objeto de culto para los comensales de aquel festín. Hasta ahí llegó el factor Alonso como palanca de una industria que ha decaído sin él en los últimos años.
Se pasó de los nueve millones de espectadores que lloraron por el fiasco de McLaren en Brasil 2007 a los 150.000 por cada gran premio de 2019. Una debacle que amenazaba con devolver a la F1 a su antiguo estatus minoritario. Pero la primavera del virus le ha alegrado la cara. El fichaje de Carlos Sainz por Ferrari y el posible regreso de Alonso a Renault han reavivado un deporte que había caído más de un 50% en seguimiento.
Datos a la baja
Según un estudio elaborado por la empresa Personality Media, en 2013 un 68% de los mayores de 45 años reconocían «interés y seguimiento» por la F1, lo mismo que los jóvenes menores de 30 años, donde un 50% también afirmaban este apego. Diversos factores han contribuido a la desgana del público: la televisión de pago para ver F1 en España, los malos resultados de Alonso con McLaren y su retirada en noviembre de 2018. A finales de 2019, el dato resultaba desolador: una caída del 55% en el interés de los jóvenes y del 40% en los adultos .
Carlos Sainz, quien debutó en 2015, cargó un gran peso a la hora de relanzar la F1. Pese a una estimable valoración en modernidad, atractivo y marca de tendencia en el estudio referido, no había generado un gran impacto en la audiencias. Su fichaje por Ferrari, la opción de ganar carreras en un equipo que aspira al título, sí ha disparado las expectativas. « Esto va a ayudar a retomar las cifras, el interés de la audiencia y arrastrará a patrocinadores, pero siempre tendrá el lastre de no poder disfrutar de TV en abierto, lo que impedirá llegar a los momentos más altos de la categoría, aun con Sainz ganador».
Pedro de la Rosa, referente en la F1 , considera que «estamos ante una segunda era dorada, de auge. Aunque no lo parezca, la F1 es un deporte de equipo, y cuando tienes coche competitivo que puede ganar carreras y títulos, todas las posibilidades se multiplican».
¿Y con Alonso de vuelta? « Fernando mueve masas, lo hemos visto antes –comenta De la Rosa a ABC–. Si da el paso, da igual con quien vuelva. Va a generar el impacto de siempre».
Otro piloto español de F1, Roberto Merhi , cree que Sainz en Ferrari es una gran noticia para todos. «Beneficiará seguro tener a un español delante, luchando por los triunfos -asegura a ABC-. Igual que benefició en su día Fernando. Las empresas volverán, se volcarán, y los jóvenes querrán ser Sainz o Alonso. Puede haber otro boom de pilotos españoles en los próximos años».
La nueva jerarquía se mide en los despachos donde se negocian los derechos de televisión. Optan Movistar y Dazn , quien está asociada a Mediaset en MotoGP. No se palpa interés en los canales tradicionales, operadores en abierto. La crisis del Covid rebajará sin duda los costes de la F1, tal vez empezando por los derechos televisivos. Dazn, con su modelo flexible estilo Netflix, puja fuerte frente a Telefónica, cuyo contrato de exclusividad concluye este invierno.
«La crisis va a impactar en nuestro deporte. Somos un reflejo de la economía mundial –analiza De la Rosa–. Dependemos de los patrocinadores y las marcas de automóviles. Es lógico rebajar costes para que la F1 siga como deporte rey a precios competitivos y equipos más igualados».
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