Ciclismo

Baño de realidad en 'El día menos pensado 3': «Quiero que me echen del equipo»

El documental del Movistar aporta nuevos detalles del conflicto entre Supermán López y Enric Mas en la Vuelta

Supermán López, al abandonar la Vuelta Juan Carlos García (TVE)

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En la era de los documentales del deporte, Txente García Acosta es el pionero. «Una estrella del rock», según le dice el presidente de Telefónica, Álvarez-Pallete, copiloto en el coche Movistar en la única alegría que se lleva el equipo en la pasada Vuelta, el triunfo del colombiano Supermán López en el coloso Gamoniteiro. «Bah, son todo primos», responde Txente ante la aclamación constante del público en las cunetas. Tipo afable, rural, del ciclismo, sus sentencias se han convertido en himno para los nuevos seguidores de este deporte. «La fuga de la fuga», «Cago en SOS» y la última, «Atrás huele a muerto», consejo que aporta a sus líderes en la Vuelta 2022, eje de la tercera entrega de 'El día menos pensado', el documental que ha creado escuela en el Movistar.

Se puede resumir a primera vista que las chicas son más armoniosas, mejores compañeras y más sensibles al espíritu de equipo que los chicos. La serie de cuatro capítulos enfoca con otro aroma a Annemiek van Vleuten , la holandesa número uno del mundo, quien construye a su vera una realidad amable de colegas entregadas, risas y llantos en buena sintonía. Gana el oro olímpico contrarreloj, el Tour de Flandes y lo que se le ponga por delante con los pendientes que le regaló su padre fallecido.

El documental bucea en las ambiciones masculinas y muestra más de lo que se espera, sabiendo como sabe todo el mundo que todo no se puede enseñar. Pero lo parece. Se aprecia a Enric Mas quitándose el pinganillo en la etapa de Velefique en la Vuelta para no escuchar más la verborrea de Txente y tener así una excusa para decir «no escuché» en la hora de la verdad, cuando se marcha con Roglic y Supermán López se queda atrás.

O en la etapa de marras que desemboca en la gran trifulca, de estos barros estos lodos, en Mos, penúltima etapa de la Vuelta cuando el colombiano López pierde el podio por un error estratégico suyo con muchos matices. Haig (el que le arrebata el tercer puesto), Mas y Roglic escapan y a él nadie le ayuda por detrás. Lo lógico. «No tires, arranca», le insisten desde el coche Movistar.

Pero Supermán está ofuscado, entiende que el equipo favorece a Enric Mas y se retira en una imagen impensable. «Me quedo aquí, fue un placer señores», suelta. De nada sirve el impulso de Rojas, «pégate a mi rueda y échale huevos», ni los serenos consejos de Unzué, «la oportunidad estaba ahí, es una putada, pero no puedes seguir así». López se para, le llama su amigo Carlos Verona, su mujer, se detiene en la cuneta Imanol Erviti. No hay manera de convencer al fogoso colombiano. «Solo quiero que me echen del equipo», dice.

Salen intrigas a la luz. Enric Mas pregunta en carrera qué ha pasado con Supermán. «Se ha retirado, cabreado», contesta Txente. Luego en la meta, aconsejado por el departamento de prensa, Mas miente a los periodistas. «¿Qué ha pasado? ¿Se ha caído? No sabía».

Roglic es intratable para los Movistar, gana la tercera Vuelta seguida. Y en el hotel del equipo español, el equivocado Supermán tiene un acto de gallardía. En la cena pide disculpas a todos, al patrocinador, a los directores, a los compañeros, pero quiere dar su versión de Enric Mas. «No quiero volver a compartir contigo una carrera».

En el serial se mastican más decepciones que éxitos, lo normal en el ciclismo. La retirada por una caída de Marc Soler del Giro al que acudía como líder. «Si es un golpe nada más», analiza Txente. «Lo que tiene mal es la cabeza», dice Sciandri, el directo italiano del equipo. También la retirada de Valverde de la Vuelta con una clavícula rota. Sin

El documental deja divertidos personajes. Supermán López, ahora en el Astana, el ardiente guerrero al que se le cruza el cable. «Faltan huevas en la dirección técnica del equipo». Enric Mas, sibilino y opaco. «Si me pican tanto, algún día voy a saltar». Valverde, veterano referente de todos, piedra angular. «Le dolía más el alma que la clavícula». Marc Soler, piel muy fina. «A la gente solo le interesa la polémica y el salseo». Txente García Acosta, la estrella del pueblo. «Atrás en el pelotón huele a muerte». Patxi Vila, método y cálculo sin carisma. «No dudo de su compromiso, pero faltó al respeto al equipo». Eusebio Unzué, sabiduría. «No vale hacerlo, también hay que contarlo». Y Annemiek van Vleuten, ambición y liderazgo. «La victoria es la recompensa».

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