Copa del Rey | Real Madrid-Bilbao Basket
Llull rescata a un Madrid a medio gas
Doce puntos consecutivos del balear en el último cuarto evitaron la remontada del Bilbao Basket y clasificaron al Madrid para semifinales
Otro fracaso para el Barcelona de Mirotic
Crónica
El Real Madrid , que venía avisado tras la derrota del Barcelona, no se dejó sorprender por el Bilbao Basket , que dio la cara durante dos cuartos, pero que acabó sucumbiendo ante la superioridad de los blancos. Triunfo que clasifica al equipo de Laso para semifinales, donde se las verá con el Valencia Basket, verdugo de los azulgranas en cuartos de final.
No había llegado sobrado el Real Madrid a esta Copa de Málaga, lejos de su versión imponente de final de año, y esa irregularidad permitió que el choque caminara igualado durante muchos minutos. Aceptó el reto el Bilbao Basket, valiente frente al ogro, intercambiando los golpes de igual a igual. Ha construido Mumbrú un conjunto sólido con los mimbres que han ido cayendo en sus manos. Un descarte por aquí, una apuesta personal por allá, un veterano a punto de retirarse... Todo le vale al exjugador, técnico precoz, que está demostrando su valía en el banquillo a pasos agigantados. Mientras los blancos ponían el celo en Bouteille , máximo anotador vasco al que le sigue la pista Herreros para el año que viene, era Rousselle el que asumía la responsabilidad ofensiva de los de negro. Los siete puntos casi consecutivos del base reforzaron la idea del Bilbao Basket , solidario en defensa y veloz en el pase a la hora de atacar. Una máquina bien engrasada a la que el Madrid no terminaba de encontrar los engranajes (27-28, min. 14).
Sobrevivía el Madrid gracias a su calidad. Alos chispazos de Randolph y la defensa de Rudy. Al corazón de Llull y a la capacidad de sacrificio de Causeur , dispuesto siempre a exprimir cada minuto en pista. Aun así, no le servía a los blancos, incapaces de romper la resistencia vasca. Pétrea muralla que comenzó a resquebrajarse tras el descanso (50-47).
El poderío de Tavares
En el tercer cuarto, el Madrid subió una marcha. Apretó los dientes en defensa y la fortaleza del Bilbao empezó a mostrar signos de flaqueza. Un parcial de 14-0, fabricado a fuego lento, sentó las bases del triunfo blanco (71-55, min. 27). El poderío de Tavares bajo los aros (14 rebotes) secó la producción vasca cerca de la canasta y la eléctrica actividad de Campazzo impulsó a sus compañeros en ataque. Carroll y Deck fueron los que mejor se sumaron a la alegría del base argentino , autor de 9 asistencias.
Incapaz de frenar el vendaval, Mumbrú sacó bandera blanca. Reunió a los suyos y pidió calma. Lo hizo sin estridencias, como le gusta a él. Diálogo pausado. Marcando con claridad las órdenes. El plan del técnico lo sostuvo Balvin , que no se arrugó ante Tavares, y permitió al Bilbao soñar con la remontada. Punto a punto, casi sin hacerse notar, los vascos se pusieron a cinco a falta de seis minutos (75-70). Rugía el público del Martín Carpena , aliado con el débil, mientras Laso se desesperaba en la banda. Entre el técnico y Randolph –negado tras el descanso– saltaron chispas , aunque el roce no fue a más. Logró calmar las aguas el entrenador, que optó por darle la manija del equipo a Llull.
El balear, que no había brillado hasta el momento, entró en trance sumando doce puntos consecutivos que rompieron definitivamente el marcador (87-74, min. 37). El Llull de las grandes ocasiones había vuelto, cuando menos se le esperaba. Después de un mes aciago, Llull volvió a ser Llull. Héroe blanco que evitó un sofoco mayor. No le dieron las fuerzas para más a un Bilbao Basket mayúsculo que vuelve a casa orgulloso de su paso por la Copa.