Baloncesto
Madrid y Barça, dos formas de gestionar las adversidades
Los blancos superaron todos los contratiempos y terminaron la temporada ganando la ACB, mientras que los azulgranas aspiraban a todo y acabaron desinflados como nunca
El Real Madrid firma una obra maestra
Fabian Causeur, tras anotar un decisivo triple que dejaba prácticamente sentenciada la final, congeló su mirada y se pasó el dedo por el cuello. Degolló el Real Madrid al Barcelona en la carrera por el título de la ACB (3-1) y conquistó su 36º título liguero , un epílogo del todo inesperado para una temporada que dominaron los azulgranas en su nudo pero que acabó por ser conquistada por los blancos en su desenlace. Los de Sarunas Jasikevicius , al alza desde la llegada del lituano al banquillo en julio de 2020, han sufrido un derrumbe exprés en el último mes de competición, casi inexplicable cómo una máquina que rozó la perfección (primeros en la fase regular de ACB y Euroliga) ha acabado por ser un grupo inerte, débil en lo deportivo y tristón en lo anímico. Devenir muy diferente al que ha tenido el Madrid, que tras un inicio de campaña meteórico pasó por casi todas las penurias a las que se puede exponer un equipo profesional y coleccionó varias de las peores rachas de resultados de la historia del club. Pero «es a final de curso cuando se ponen las notas», como dijo Tavares tras la consecución del título, y ahí, el Madrid, ha estado de sobresaliente.
«Ha sido una temporada muy dura» fue la frase más repetida por la falange madridista durante la celebración en el WiZink Center el pasado domingo. Estaban extasiados los blancos, derrumbados psicológicamente tras meses de inclemencias y de tener la mandíbula tensa. Un prometedor comienzo de campaña, 32 victorias en los primeros 38 partidos de temporada entre todas las competiciones (con dos rachas impresionantes de por medio, 10 y 11 triunfos consecutivos), hacía presagiar que el Madrid volvería a levantar metales a final de temporada. Incluso el grupo se había repuesto de un incontrolable brote de Covid a finales de 2021 (vencieron al CSKA en Euroliga con solo cinco jugadores del priemer equipo en la rotación) pero, de manera inesperada, los problemas comenzaron a amontonarse en febrero.
Carlos Alocén fue el primero en sufrir el mal de ojo que ha acompañado al equipo en el puesto de base. El jugador se rompió el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda en un partido ante el Zaragoza el día 15 y Causeur cayó poco después, justo antes de la Copa del Rey y cuando el calendario era un cuello de botella debido a los aplazamientos por Covid. Williams-Goss , fichaje grande en verano, salía y entraba de las rotaciones de Laso y el equipo, tras caer en la final ante el Barcelona, comenzó a descoserse por completo. Entre marzo y abril perdieron 15 de 20 enfrentamientos y el incendio llegó al techo cuando Laso apartó de manera «definitiva» a Thomas Heurtel y a Trey Thompkins por asuntos extradeportivos.
Todo parecía perdido e incluso la figura del técnico vasco, que tras ganar el domingo la ACB se ha convertido en el segundo entrenador de la historia del Madrid con más títulos (22, solo por detrás de Pedro Ferrándiz , 27, y empatado con Lolo Sainz ), comenzaba a ser cuestionada. Fue en los playoffs de la Euroliga ante el Maccabi israelí cuando todo cambió. Un contundente 3-0 en la eliminatoria lanzó al Madrid, que sumó trece muescas en 15 partidos, tramo en el que le ganó el primer partido de la temporada al Barça (había perdido los cinco anteriores), se quedó a una canasta de ganar la Euroliga y finiquitó la remontada con un título de liga para la historia. Y todo ello con los ya conocidos problemas de salud de Pablo Laso. «Hay años en los que ganas todo y no te sientes tan orgulloso. Este año no hemos ganado todo y estoy muy orgulloso», dijo el vitoriano tras levantar la ACB.
Mucho más agridulce ha sido el final del Barcelona, sufrido su devenir tras caer eliminados en la Final Four de Belgrado, a la que llegaron para reconquistar un título esquivo desde 2010 y de la que salieron con demasiados fantasmas. Surgen las dudas en un proyecto creado para ganar la Euroliga y que tras unos firmes primeros pasos, sufre una importante caída. Prepara el Barça una limpia para contrarrestar el decepcionante final de temporada (Jan Vesely y Thomas Satoransky aparecen en el horizonte como refuerzos de lujo). Jasikevicius, con un año de contrato por cumplir, seguirá siendo el líder indiscutible del equipo desde el banquillo, aunque parece que en las últimas semanas se ha generado alguna que otra grieta entre cuerpo técnico y vestuario, más aún tras la decepcionante final ante el Madrid. «La temporada ha sido un poco fracaso, somos el Barça, debemos de aspirar a más», dijo Mirotic tras la derrota.
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