Barcelona 85 - Real Madrid 87
Garuba y Vukcevic lideran el orgullo blanco en el Palau
El Real Madrid gana el clásico con un gran partido en el que superó al Barça cuando nadie lo esperaba. Los canteranos Garuba y Vukcevic, claves en un choque que decidió Laprovittola en el último suspiro
Crónica
El Real Madrid vuelve a mandar en el clásico . Victoria inesperada y merecida, que se complicó en el último minuto. Porque lo tenía tan ganado el equipo blanco que se olvidó de cerrar el choque y lo pasó muy mal. Tanto, que Laprovittola tuvo que rescatarlo con una última canasta mágica que hizo estéril la remontada del Barcelona , que había enjugado una diferencia de ocho puntos en apenas medio minuto. El duelo sirvió para devolver la alegría al Madrid y para presentar en sociedad a Vukcevic , la última perla de la cantera, que brilló con luz propia ante los problemas de faltas de Tavares.
Era un clásico, con el liderato liguero en juego y muchas cuentas pendientes, pero las miradas estaban centradas en Pau Gasol . Su espigada figura volvía a la ACB veinte años después y, de nuevo, como en aquel último partido, lo hacía con el Real Madrid enfrente. Un viaje de ida y vuelta plagado de experiencias entre medias.
En su segundo partido de azulgrana en esta nueva etapa, Jasikevicius volvió a darle al pívot un sitio en el cinco titular . Cariño para hacerle crecer y olvidar los más de dos años de inactividad. Aun así, se le notaron las costuras a Pau, que sufrió mucho en el inicio de partido con Tavares. Ese duelo desigual abrió la primera diferencia a favor de los blancos, cuyo parcial inicial de 9-0 obligó al banquillo azulgrana a sacar bandera blanca.
Solo la segunda falta personal del gigante del Madrid equilibró un poco el choque . Se fue al banquillo y con él lo hizo también Gasol, intrascendente hasta ese momento para su equipo. Todo lo contrario que Higgins , que desatascó el ataque azulgrana e impulsó la recuperación del Barcelona (15-20 min. 10).
Con la marcha de Deck , que ayer ya no jugó y que esta semana pondrá rumbo a la NBA, y la lesión de Thompkins, a Laso no le quedaron muchas opciones para la rotación. Así, el técnico tuvo que tirar de un juego interior imberbe durante muchos minutos. Garuba y Vukcevic, que se estrenaba en un partido grande, cumplieron con creces, pues con ellos en cancha el Madrid creció y se subió a las barbas de un Barcelona desconocido en el que Mirotic era incapaz de anotar y en el que solo Smits y Kuric veían el aro a cuentagotas . Así creció la ventaja blanca, que llegó a ser de catorce puntos mediado el segundo cuarto (22-36, min. 15). Para entonces, Vukcevic se había sacudido los nervios iniciales y había anotado hasta un triple. Destellos que apuntan a jugador grande, que se llevó un aprendizaje gigante del clásico.
El talento de Calathes
La defensa, tras el descanso, fue otra vez el principal argumento del Barça. Igual que en la Copa, la fiereza de los azulgranas atascó al Madrid , al que le costaba mucho anotar. Se le fue escurriendo la ventaja poco a poco, enredado en la maraña tejida por el Barça y en el talento de Calathes y Mirotic. Su despertar en el tercer cuarto igualó el encuentro y puso contra las cuerdas al Real Madrid (56-57, min. 29).
Tocaba sacar de nuevo el orgullo ante el arsenal azulgrana y no falló el equipo blanco, que en cuestiones de corazón no tienen rival . Fue Causeur el que agarró por la solapa el partido, liderando un parcial de 10-0 al que Vukcevic su sumó con un triple fantástico (57-67, min. 32).
Para entonces, el italiano había dejado de ser un niño y se había convertido en un ogro. Ya no le buscaba el Barça, porque no era el lado débil. De hecho, la quinta falta de Tavares le devolvió a la cancha con el partido caliente (74-78, min. 38) y con Calathes liderando la remontada. Nada de eso le importó al pívot, que anotó un triple y le puso un tapón a Davies que parecía decantar el clásico a falta de 46 segundos (74-83).
Si no lo hizo es porque Jasikevicius tiene tanta calidad en su banquillo que el Barcelona protagonizó una remontada exprés tan inesperada que pilló por sorpresa a todos. Ocho puntos consecutivos pusieron a los azulgranas a un punto (82-83) . Laprovittola, desde los libres, parecía temblar, pero estaba fingiendo. Solo sumó uno de sus dos intentos, lo que dejaba una posesión para poder ganar el partido.
El triple de Mirotic desató entonces la euforia en el banquillo del Barcelona, que celebró y se olvidó de defender a Laprovittola, cuya entrada a canasta terminó en un 2+1 que le dio el clásico al Madrid. Un duelo que comenzó con los focos apuntando a Gasol y que se terminó con ellos dirigiéndose hacia Vukcevic . La nueva perla de la cantera blanca, clave para voltear un clásico loco que confirma el liderato blanco en la ACB.
Noticias relacionadas