España-Serbia
Djordjevic cincela su propio «Dream Team»
España se mide hoy al conjunto balcánico, favorito al oro y cuyas estadísticas meten miedo
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Acaba de terminar su charla con la prensa serbia cuando Djordjevic levanta la vista y esboza una sonrisa. En una esquina de la sala de prensa espera un grupo de periodistas españoles y entre ellos cuenta con varios amigos. Saluda y bromea sobre los viejos tiempos de su época como jugador del Barcelona y el Real Madrid y advierte sobre el peligro de España antes de entrar en materia. «El otro día vi a los españoles en el avión y les pregunté que qué tal estaban. ‘Tranquilitos’, me respondieron. Están tranquilitos porque saben que cuando llega este momento de la verdad son competidores increíbles . Por eso han tenido ese éxito y estas dos décadas de medallas», reconocía con esa fina ironía que le caracteriza.
No le gusta al seleccionador serbio que se sitúe a su equipo como favorito para el oro por encima incluso de Estados Unidos. Está convencido de que el halago debilita y así se lo hace saber a sus jugadores. Un grupo increíble. El mejor de toda la historia de Serbia, porque por primera vez apenas tienen bajas de renombre – tan solo la de Teodosic, ausente por una lesión – y porque la mayoría de los integrantes del equipo llegan a este Mundial en su mejor edad. En plenitud.
Djordjevic cuenta con un arsenal fantástico. Doce jugadores que tendrían sitio en cualquiera de los otros 31 equipos del Mundial. Estrellas de la NBA como Jokic, Bogdnovic y Marjanovic ; figuras de la Euroliga como Micic –al que pretendió este verano el Real Madrid–, Guduric o Milutinov; y complementos de lujo como Bjelica, Simonovic, Lucic, Raduljica, Bircevic o Jovic . El «Dream Team» de Serbia, que por ahora ha ganado todos sus partidos con una diferencia media de 40 puntos. «Estamos trabajando mucho para llegar a lo más alto y ese es el objetivo. Puede que lo alcancemos o que no, pero cada día, cuando nos ponemos la camiseta, nos marcamos ese objetivo como principal», afirma el técnico, que hoy se medirá a España en un partido sin mucho en juego.
Aun así, ni Djordjevic ni Scariolo quieren salir a especular hoy ( 14.30 horas, Cuatro ). «Hay que competir, porque nadie quiere ser arrasado en un partido oficial. Tenemos una reputación que defender», señalaba el italiano, admirador de este equipo construido por el serbio y que para él es el máximo favorito al título. «Ellos están ahora en el lugar donde nosotros hemos estado muchos años. No es del todo cómodo y es lógico que Sasha quiera alejar la presión de su equipo», apuntó Scariolo, en referencia a la selección española que durante años apareció como alternativa a Estados Unidos.
Se decide el primer puesto
Para Djordjevic, Serbia – actual subcampeona del Mundo, de Europa y Olímpica – aún tiene que ganar mucho más para estar a la altura de ese equipo liderado por los Gasol, Navarro o Felipe Reyes. «Ni siquiera hemos ganado a España en Río», recordaba el técnico balcánico. Una tarea pendiente que podría cumplir hoy en el duelo que decidirá el primer puesto del grupo. Posición que no parece relevante esta vez, pues los rivales que se rifan para cuartos son muy parejos ( Polonia y Argentin a ) y porque la posibilidad de cruzarse con Estados Unidos antes de la final no es tan fiera como en otras ocasiones.
Será, eso sí, una prueba para sacar conclusiones pensando en el futuro. Para Scariolo, el principal peligro de Serbia es la altura, con ocho jugadores por encima de los dos metros. « Es un equipo con una dimensión física que yo no recuerdo haberme encontrado en mi vida en el mundo de selecciones. Creo que tienen la media de altura más alta que se ha visto», apuntaba el italiano. Marjanovic, con sus 222 centímetros, marca el techo de los balcánicos, que tienen en Jokic (2,09) a un base dentro de la pintura. A ellos se suma Bogdanovic, un peligro en el perímetro, y entre los tres forman el núcleo central de un equipo con muchas variantes. «Será un reto medirnos a ellos», reconocía Scariolo, que a buen seguro se guardará mucha pólvora por si vuelven a encontrarse camino del podio.