Mundial de baloncesto 2019
Recital de España ante la todopoderosa Serbia
La selección abruma a la gran favorita al oro y se medirá a Polonia por un lugar en semifinales
Mundial de baloncesto 2019: España - Australia
España vence a Australia y se mete en la final del Mundial de baloncesto
Crónica
En Wuhan se encontraban las dos escuelas más importantes del baloncesto europeo del siglo XXI. Los dos estilos dominantes de la canasta continental. Aspirantes principales a desbancar a Estados Unidos en la última década. Serbia , que quiere ser España , es ahora mismo la que ocupa ese lugar. Subcampeona de todo y deseosa de subir por fin al primer lugar del podio. Es el suyo un sitio que quema, porque no es fácil vivir con la etiqueta del favorito. Llevaba días Djordjevic tratando de lidiar con esa presión, que se llevó un poco por delante a su equipo ante la selección.
Es cierto que el duelo era de fogueo, porque el primer lugar del grupo, que era lo que estaba en juego, apenas tenía incidencia esta vez. Escondía de premio, si acaso, un viaje más amable hacia la siguiente fase y la opción de evitar a Estados Unidos en semifinales. Razones más que suficientes para que ambos salieran con ímpetu, aunque dejando claro que no iban a poner todas las cartas sobre la cancha.
Scariolo varió por primera vez su cinco titular, que había sido el mismo durante todo el Mundial. Se quedó en el banquillo Claver , héroe ante Italia , y entró en su lugar Oriola . Cuestión de centímetros. El catalán respondió a la confianza anotando los seis primeros puntos de España, que tuteó a Serbia de inicio. Lo hizo, hasta que Bogdanovic pidió paso e hizo su presentación oficial en el partido. Imparable el escolta de los Kings , que campó a sus anchas para sellar un parcial de 9-0 que obligó a Scariolo a parar el encuentro. Seguía atascada España en el triple, con un solo acierto en todo el primer cuarto. Lastre que complicó mucho el panorama (11-20, min. 10).
Los aplausos en el semivacío Sports Center se multiplicaron cuando Nikola Jokic entró en la pista. Es una de las estrellas del Mundial y los chinos se vuelven locos con él. Aun así, su presencia no fue sinónimo de éxito para su equipo, que vio cómo la selección se le subía de repente a las barbas. Se había confiado Serbia tras ese buen inicio y no vio venir a España, cuyo orgullo se adueñó del partido.
Los cambios - Llull y Claver- impulsaron a España y la defensa española empezó a comerse a los serbios. Una exhibición total. Continuación de la mostrada ante Italia. Mayor incluso si tenemos en cuenta que los de Djordjevic anotaban hasta hoy 103 puntos por partido. Un mate de Willy Hernangómez sobre la figura interminable de Marjanovic (2,22 metros) descorchó el recital de España, que dejó secos a los balcánicos durante cinco minutos en los que solo sumaron dos tiros libres de Jokic. Enfrente, hasta los triples empezaron a entrar, dándole a España su primera ventaja tras un parcial de 13-2 (26-22, min. 14).
Volaba la selección cuando volvió a aparecer el mismo árbitro de mal recuerdo del partido ante Italia. El mexicano Bermúdez , con el que Ricky se enfadó muchísimo el pasado viernes, tuvo como premio dirigir de nuevo a España. Y la lió otra vez. Le pitó una técnica a Scariolo que dio aire a los serbios, aunque esta vez no fue suficiente para detener a los de blanco. Imperiales en defensa y otra vez acertados en el perímetro. Hasta seis triples sumaron en este segundo cuarto en el que Lucic era el único que sacaba la cara por los balcánicos (45-37, min. 20).
El paso por los vestuarios no rebajó el ritmo de España, que salió dispuesta a romper el encuentro. A demostrar que en un Mundial no se especula y que si Serbia quiere subir a lo más alto del podio iba a tener más rivales que Estados Unidos. Seis puntos consecutivos entre Marc, Rudy y Ricky encendieron más a los serbios, que por primera vez en el torneo se veían incapaces de hacer frente a su rival. Era tal el aluvión que a Jokic se le cruzaron los cables. La estrella balcánica se enfadó muchísimo en una acción que él consideraba falta y que los árbitros entendieron como lucha. Se descontroló tanto que acabó en el vestuario, expulsado. El golpe tardó en encajarlo Serbia y para entonces caminaban 21 abajo (63-42, min. 26).
Lo que días atrás parecía un milagro estaba sucediendo. La España que sufrió ante Irán y Puerto Rico tenía contra las cuerdas a la favorita. «Siempre hacen lo mismo», advertía Djordjevic. Un sabio el entrenador balcánico.
La reacción serbia llegó por el sitio menos esperado. Raduljica y Bjelica , dos de los secundarios de lujo de este equipo, hicieron la desventaja menos escandalosa antes de entrar en el último cuarto (67-56).
Serbia se encomendó entonces al talento de Bogdanovic, cuyo talento desbocado consumió a España por momentos. El de los Kings se bastaba para ir limando la distancia, imparable a pesar de las ayudas. En cada punto subían los decibelios de la grada, entregada a la causa balcánica. Se hacía pequeña la selección, que empezó a mirar el reloj demasiado pronto. Le costaba un mundo anotar, pero contaba con Claver. Un sustento defensivo y también en ataque. El mejor otra vez. Impresionante. Un dos más uno del valenciano serenaba los ánimos del banquillo español, aunque su aportación no había terminado. Se dejó el alma en cada rebote, asumiendo incluso la defensa de Bogdanovic. Hasta un tapón le puso a Raduljica. El chico para todo (77-68, min. 38).
Quedaban dos minutos, pero no iba a sufrir ya España. Una canasta de Ricky -magnífico- sentenciaba a Serbia y encargaa un billete de la selección para Shanghái, donde se medirá a Polonia por un lugar en semifinales.